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La lucha de 'las Puris' por un entierro digno para sus abuelos

Estas dos mujeres llevan seis años reivindicando en la Puerta del Sol en Madrid su derecho a dar una sepultura digna a sus abuelos, asesinados en la represión posterior a la Guerra Civil

Purificación Gallardo y Purificación López, dos mujeres que no rinden en la búsqueda de sus abuelos.- MAURICIO HERNÁNDEZ CERVANTES

Mauricio Hernández Cervantes

Purificación Gallardo (Badajoz, 1959) encontró en 2012 la fosa común con los restos de su abuelo, Pedro, fusilado por el régimen franquista en 1940. Seis años después sigue sin poder exhumarlos. Mientras, su amiga Purificación López (Badajoz, 1955) ha tenido aún peor suerte: no ha conseguido encontrar la fosa en la que arrojaron el cuerpo de su abuelo. Han pasado casi 80 años desde que fueron asesinados, pero a día de hoy ambas se siguen concentrando cada jueves desde hace seis años en la Puerta del Sol de Madrid junto a una treintena de víctimas de la dictadura que piden “enterrar dignamente a sus muertos”.

A Pedro Gallardo Escribano, abuelo de Pury (con y, como escribió su nombre durante 20 años de exilio en Australia), lo metieron preso a finales de 1939, justo al término de la Guerra Civil. Él decidió quedarse en España para recuperar el puesto de concejal del Ayuntamiento en su pueblo. Y eso le valió que un vecino los acusara a él y a su familia de “rojos” y “marxistas”. Fue entonces cuando la Auditoría Militar lo sentenció a la “pena capital” en 1940, aunque según las actas del Consejo de Guerra murió por una “hemorragia interna” estando en prisión. A Feliciana, su esposa, también la encarcelaron, pero la liberaron en 1943 cuando estaba a punto de morir de inanición.

Pedro está bien, se ha ido a visitar a unos familiares lejanos”, fueron las palabras con las que Feliciana se enteró que a Pedro lo habían fusilado

Pury lleva años recopilando información sobre el paradero de su abuelo. Actas de detención, causas, órdenes de traslado, dictámenes de fallecimiento, etc. Tiene más de 900 documentos, además de cartas que se escribieron sus abuelos durante el tiempo en prisión. “¡Viva España!”, así como la imagen de Hitler, Franco y Mussolini decoran alguna de esas postales que ella hoy conserva. Aquellas crónicas de puño y letra narraban con discreción el día a día en la cárcel, pero también contenían mensajes con doble sentido. “Pedro está bien, se ha ido a visitar a unos familiares lejanos”, fueron las palabras con las que Feliciana se enteró que a Pedro lo habían fusilado, según cuenta Pury. Así se sorteaba a la censura en aquellos días.

Para Pury “la Ley de Memoria Histórica no ha servido para nada” y “menos desde los recortes”. Aún así, asegura que “con presupuestos o sin ellos, con ley o sin ella, vamos a seguir trabajando para encontrar a nuestros abuelos”. De su bolsillo han salido más de 3.000 euros para esta búsqueda.

Por otra parte están Puri y Julián López. La nieta y el hijo de Álvaro López Ruiz, otro de los más de 114.000 desaparecidos durante la dictadura. Hoy, no saben en qué fosa se encuentra, sólo tiene pistas, pero ninguna certeza. Julián fue quien lo vio con vida por última vez, el 17 de abril de 1940. Siendo todavía un niño, le llevaba la cena a su padre a la “casa cárcel” donde estaba detenido. Pero el 18 de ese mes ya no hubo rutina

A Álvaro se lo habían llevado y nadie nunca supo a dónde ni por qué motivo. Según Puri, su abuelo no había participado en la guerra ya que “nunca tocó un fusil". "En su vida sólo hubo pico y pala para hacer los caminos”. Sospechan, gracias a información de vecinos de la zona, que la fosa se encuentra en un sito a ocho kilómetros de su pueblo, concretamente, Valdecaballeros (Badajoz). Sin embargo, no han conseguido continuar con esta investigación debido a la falta de apoyo económico de las instituciones. Puri ha gastado más de 1.000 euros en abogados y trámites para encontrar a su abuelo, porque al igual que su amiga, ella sólo quiere: “Enterrarlo dignamente”.

Lío parlamentario

El 26 de diciembre pasado se cumplió la primera década de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica de España. Fue aprobada durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y desde entonces no ha dejado de ser un tema polémico. Sobre todo cuando en 2012 Mariano Rajoy anunció la eliminación de cualquier partida presupuestaria para ella.

Pury y Puri, al igual que muchos descendientes de los represaliados de la dictadura franquista, confían más en sus esfuerzos y en los de las asociaciones como la Asociación de Recuperación para la Memoria Histórica para encontrar a los suyos. Porque las reformas y recomendaciones parlamentarias de la Ley de Memoria Histórica, hasta hoy, carecen de medios para funcionar como un instrumento de reparación. Porque “con la ley o sin la ley”, ellas no van a permitir que el silencio, la indiferencia y los obstáculos administrativos sentencien al olvido la historia de sus abuelos.


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