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Entrevista Juan Marín: “Yo quiero que me hagan presidente los andaluces. No Juanma Moreno ni el PSOE”

El presidente de Ciudadanos en Andalucía afirma que lo que quiere es ser presidente y que compite con el dirigente del PP, Juanma Moreno, para serlo. Para ello, ambos necesitan sumar una mayoría absoluta que no parece probable -ninguna encuesta se la da-, pero Marín se niega a tirar la toalla.

Juan Marín, retratado por la fotógrafa Laura León.

raúl bocanegra

Juan Marín encara su segunda campaña electoral en Andalucía. Esta es muy diferente de la primera, en la primavera de 2015. En aquella, su partido acababa de llegar a la política y obtuvo 9 escaños, que sumados a los 47 del PSOE, fueron decisivos para la gobernabilidad de Andalucía y para la estabilidad política en la Comunidad más poblada del país.

Marín, un amante del western y de las películas de John Wayne, ha jugado durante tres años y medio el papel de hombre tranquilo, que le viene como anillo al dedo. Pero ahora, su partido y su presidente, Albert Rivera, afrontan un reto mayúsculo. Después del resultado en Catalunya, donde ganó las elecciones, Ciudadanos quiere situarse como la referencia del centro derecha en España. Para ello, necesita un buen resultado en Andalucía. Y si es un sorpasso en la derecha, que algún sondeo no lo descarta, ya sería El Dorado.

Así, si hace cuatro años Marín pisaba territorio virgen, en esta campaña sale a por todas. Y a las pocas horas de convocados los comicios, lo dejó bien claro. Dijo que no haría de nuevo presidenta a Susana Díaz, aun a riesgo de que se repitieran las elecciones. En esta entrevista, afirma que lo que quiere es ser presidente y que compite con el dirigente del PP, Juanma Moreno, para serlo. Para ello, ambos necesitan sumar una mayoría absoluta que no parece probable -ninguna encuesta se la da-, pero Marín se niega a tirar la toalla.

¿Cree que el debate que se está viendo en esta campaña es el que se merecen los andaluces o se están mezclando otros asuntos?

Hay muchos asuntos que no entran dentro del marco de una campaña andaluza como tal. Pero hay una evidencia de una situación provocada después de 40 años de gestión del PSOE. A nosotros no nos gustaría hablar de la corrupción, pero el debate lo han ocasionado los corruptos, no nosotros, cuando se habla de tarjetas black, de puticlubs, de dinero desviado a corrupción. 

¿Puede hacer un diagnóstico de los principales problemas de Andalucía y las soluciones que ofrece?

Hay un problema claro que es de confianza de los andaluces en su administración. Eso se ha roto y eso hay que devolverlo. O devolvemos eso o va a ser imposible que Andalucía funcione como tiene que funcionar. Hemos planteado medidas para luchar contra el fraude dentro y fuera de la administración. Una segunda apuesta pasa porque la clase política no se sienta protegida. Y por eso hemos planteado la supresión de los aforamientos, que es muy fácil, solo firmar una proposición del ley. Luego, ya viene el desarrollo. 

Hay un segundo problema fundamental. Esta CCAA tiene más de 35.000 millones de presupuesto. Eso es más de un 20% del PIB de Andalucía, que está en torno a 160.000 millones de euros. Con 35.000 millones se pueden hacer muchísimas cosas y no tiene por qué fallar la gestión en la educación, la sanidad, las políticas sociales y las inversiones públicas, las infraestructuras que tenemos que construir. Y eso es un problema de eficacia en la gestión. Tenemos que evaluar los resultados de las medidas que vamos a poner en marcha. Queremos poner en marcha una ley de evaluación de políticas públicas. 

Una de sus obsesiones es la ejecución presupuestaria

Teniendo recursos, que no se utilicen esos recursos, no lo entiende nadie. Si dices, mira, no tenemos dinero, lo entiendo. Entonces, hay que elegir y decidir, pero es que tenemos 35.000 millones y 250.000 empleados públicos. La Junta es la administración más grande de España. Aquí hay un problema grave de gestión. Si tengo mas dinero que nadie y más trabajadores que nadie y a final de año no tengo los resultados que me den algún beneficio, en este caso, el bienestar de la gente, algo estaré haciendo mal. Y ni el PP ni el PSOE han escuchado estas propuestas.

Podríamos poner infinidad de ejemplos. Pero voy a poner uno. La Autovía del Almanzora. Empieza el primer proyecto en 1985. Han pasado 33 años y todavía no se ha culminado. Hombre, por favor. Si acabo de ver que los chinos acaban de inaugurar el puente mas largo del mundo y lo han hecho en 9 años. ¿En 33 no somos capaces de acabar con esa infraestructura? Como ese, mil ejemplos. Cosas que se han hecho mal. Tranvías que nunca han empezado a rodar. Hoy vengo de Alcalá de Guadaíra. Y ahí están las vías. La gente las usa para caminar. Aeropuertos que no funcionan. Polígonos industriales abandonados.

Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucíaa.

Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucía. Retrato de Laura León.

¿Qué se puede hacer para combatir el paro, el problema estructural más persistente de la Comunidad?

El principal problema de Andalucía es el paro. Sigue siendo el paro y la precariedad laboral. Por mucho que Sánchez hable de subir el SMI, el problema es que no hay empleo. Ya me gustaría cobrar el salario mínimo, pero no tengo un empleo estable. La situación está en ese punto. Si no le facilitamos la vida a las empresas. Si no hacemos las infraestructuras, si no lo hacemos nunca... ¿Cómo vamos a crear empleo y riqueza? ¿Cómo van a ser nuestras empresas competitivas? Aquí parece que o viene otra Expo 92 o no se hacen las cosas. Estamos viendo que todos los gobiernos, sean del color político que sean, se han saltado a la torera el Corredor del Mediterráneo cada vez que les ha venido en gana. Nada más que lo han usado en campaña.

O apostamos por una administración, útil, limpia y eficaz o va a ser muy difícil sacar a Andalucía de la cola. Es una realidad. Los problemas no se arreglan cuando se mira para otro lado. Y ese es el problema del PSOE en Andalucía, aparte de la corrupción. ¿Qué quieren? ¿Que no hablemos del campo andaluz? ¿Del abandono escolar de nuestros jóvenes? ¿Entonces de qué quiere que hablemos la señora Díaz? Cuando se levantan estos señores por la mañana, a veces no doy crédito. ¿Piensan que los andaluces tienen los problemas resueltos? Porque hay cuestiones que hay que poner en marcha que no se hacen porque no les da la gana.

¿Garantiza usted una sanidad y una educación públicas?

Claro. Tenemos que garantizar una educación y una sanidad públicas y gratuitas. Eso nadie lo discute. Otra cosa es que no pueda convivir la iniciativa privada con la pública, como parece que algunos piensan. La sanidad pública y la educación pública no llega a todas partes. Y hay padres que prefieren tener a sus hijos en un colegio privado o en uno concertado. Se pueden permitir el lujo de tener un seguro. ¿Por qué no podemos convivir? Ahora, hay que garantizar que tu hijo desde que nace hasta que termina sus estudios universitarios tenga igualdad de oportunidades en el acceso a la educación como cualquier otro ciudadano de Andalucía y de este país también. Porque la igualdad no es solo entre andaluces, sino también en España. ¿Quién sabe si su hijo va a trabajar en unos años en A Coruña o va a irse de enfermero a Albacete?

Lo que pretendemos es que la sanidad y la educación pública estén garantizadas. Y tenemos recursos públicos para ello. Mi hijo fue a un colegio concertado porque no había uno público en el entorno. La delegación provincial de Cádiz me dijo que mis hijos tenían que ir a este colegio. La Divina Pastora en Sanlúcar de Barrameda, que cuenta con unos profesores que tienen una profesionalidad igual que en la pública. Además, la protección social es la que permite que se genere la riqueza.

¿Cómo de importante es la reducción de las desigualdades para Ciudadanos?

Precisamente con nuestro concepto liberal de igualdad de oportunidades para todos estoy respondiendo a la pregunta. Las desigualdades que existen están provocadas por la falta de oportunidades, de una educación de garantías, de calidad, y en el acceso a un mercado laboral, que desgraciadamente en esta CCAA es muy difícil. Tenemos una tasa de paro del 24%. No hay empleo estable, que no sea en precario. La mayoría del empleo que se crea es temporal. Si creas riqueza en un territorio, si creas empleo, lo que estás haciendo no solo es recaudar más, como hemos demostrado estos cuatro años, sino que logras mantener el Estado del Bienestar, porque la única vía que tiene de sostenimiento es generando empleo. Crear empleo estable es la mayor contribución que podemos hacerle a una familia para garantizar su bienestar y su igualdad de oportunidades. Si eso no lo conseguimos… ¿Y quién crea el empleo? ¿La administración? No. Es la empresa, el autónomo, el emprendedor. Yo he estado esta mañana con una mujer, de unos 30 años que ha puesto en marcha una empresa agraria y tiene 20 trabajadores. Y no le ha hecho falta ayuda de la administración. Lo ha hecho sola. La administración es un problema.

Otra de sus obsesiones es facilitarle la vida a los emprendedores y autónomos

La eliminación de trámites es fundamental. Los empresarios no quieren una administración enfrente. Quieren una administración que arrime el hombro con ellos. Y hoy la administración de la Junta de Andalucía está a años luz. Afortunadamente, nuestros autónomos y emprendedores están muy por delante de nuestra administración. Los políticos una vez que salimos elegidos estamos en la obligación de tomar decisiones que muchas veces son muy difíciles, pero no podemos estar siempre esperando a que todo el mundo esté de acuerdo. Te presentas con un proyecto político. Tienes que ejecutarlo. Y si no lo haces, pues las cosas se paralizan.

Para poner en marcha un negocio en Andalucía tardamos de media más de 9 meses. Y hay países donde se hace en 48 horas. ¿Y cómo se hace eso? La administración tiene que eliminar las trabas para las empresas. Pero cuando hablamos de empresas, la gente piensa en Zara, Carrefour, pero hablamos de gente como la mujer de Alcalá de Guadaíra. A esa persona hay que ponerle una alfombra roja y no un vallado de higo sangre, como se dice en mi pueblo: son espinas que nunca terminan y ahora necesitan un informe del informe. Y ahora ese informe ya no me vale que sea municipal, tiene que ser provincial. Llega un momento en que te aburres. A los agricultores les obligan a ir cada año con la documentación para recibir las ayudas para modernización. Pero, ¿no sabe usted quién soy ya?

¿Qué reforma fiscal proponen?

Hemos hecho un avance importante. Hemos conseguido eliminar casi de facto el impuesto de sucesiones y donaciones, pero tenemos que avanzar. A nivel nacional, cuando Albert sea presidente de España, será cuando lo eliminemos definitivamente, pero la ley está como está y las CCAA tienen unas competencias. No podemos eliminarlo al 100%, pero se puede avanzar, en los grados de parentesco, por ejemplo. En materia de IRPF, quisiéramos llegar a 1,5 puntos de bajada en la próxima legislatura, con lo que estaríamos en tres puntos y medio y eso haría nuestro mercado laboral mas competitivo. Y la clase media, más de 1,7 millones de andaluces, podrían vivir de forma más desahogada.

Además, hay que tocar el impuesto de transmisiones patrimoniales. Eso es el chocolate del loro. Estamos dificultando la actividad empresarial. Queremos llegar ahí a los niveles del año 2012. Ya se pagaba mucho. Lo que se hizo fue incrementar ese impuesto en Andalucía.

Y también hay que reformar el de actos jurídicos documentados. Por vender y comprar no puedes estar pagando lo que se está pagando actualmente cuando tienes que hacer la liquidación de los impuestos. Estás pagando, pagando, pagando. Y cuando te vas a la cesta de la CCAA resulta que es una ridiculez pero le estás haciendo la vida infinitamente más fácil a los ciudadanos. Planteamos una exención de hasta 1.500 euros en este impuesto para que haya más fluidez a la hora de poder hacer negocios. Las operaciones, en este caso, entre particulares, entre empresas, sea más ágil y rápida, y la gente tenga más dinero para consumir y para ahorrar y la Junta recaude más como hemos demostrado vía IRPF.

La reforma fiscal que planteamos es ambiciosa. Esperamos que la economía sea más fluida. En Andalucía, jamás habían bajado los impuestos hasta que Ciudadanos negoció los presupuestos. Fue la primera vez en 40 años. Estos 4 años hemos recaudado más. Cuando yo llegué al Parlamento andaluz, el primer presupuesto que negociamos era de 29.000 millones, el último de 35.000. No le ha ido mal a Andalucía, a los andaluces, bajando los impuestos y destinando el dinero a los autónomos.

¿Le gusta la subida del salario mínimo?

En el sector de los autónomos hay inquietud no solo por el SMI, sino porque la media de cotización es de 370 euros y se van a ir por encima de 415. El presidente dice que no va a pasar, pero no dice cómo va a recaudar. Yo veo bien que el SMI suba. Ojalá en lugar de 900 fueran 2000, pero hay que decir cómo se va a hacer. Y le vas a meter el gasoil a 14 millones de españoles, de los que unos pocos son andaluces y unos cuantos tendrán una camioneta para repartir el pan todas las mañanas, y tienes que explicar si el pan le va a costar al ciudadanos. 10 céntimos más o no.

Me vas a subir los salarios y los impuestos. Si me subes los salarios y no me subes los impuestos, se crea más empleo, la administración recauda más. Eso me parece perfecto. Pero, si me subes el SMI y a un millón de autónomos les subes la cuota a los 400 euros cuando ya no pueden pagar los 370 todos los meses, me lo explicas. Son 4000 al año en tu cuenta de resultados. A un empresario, a un agricultor que no sabe lo que va a valer el tomate o el cereal que produce, le estás metiendo una presión fiscal. Y ya veremos, porque Sánchez dice hoy una cosa y mañana otra.

Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucía, retratado por Laura León

Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucía, retratado por Laura León

Antes me habló de liberal ¿Qué adjetivos le pone al proyecto de Ciudadanos en Andalucía?

Creo que a Ciudadanos la gente en la calle lo ve como un proyecto con mucho sentido común. Eso es importante, porque por encima de las siglas, de las ideologías, los políticos estamos aquí para hacerle la vida más fácil a la gente. No para complicársela. Y hoy, si Ciudadanos se caracteriza por algo, es por esa utilidad para mejorarle la vida a la gente. Veo un proyecto muy auténtico, muy a lo que la sociedad demanda. A lo mejor, eso uno lo utilizará para decir: usted es de extrema derecha; y otro dirá: usted de de extrema izquierda. Si nos dicen eso, es que estamos haciendo las cosas bien. Estamos en el centro, porque nos pegan de todos lados. Eso lo sabíamos antes de entrar. A la política, hay que venir llorado.

Usted marcó el comienzo de la precampaña y montó un buen lío cuando dijo que no iba a hacer presidenta de nuevo a Susana Díaz.

Hacía falta un lío que moviera los sillones. (bromea)

Ha venido reivindicando logros y conquistas de estos cuatro años. Si con 9 diputados han hecho cosas ¿Por qué renunciar a seguir haciéndolas con los que saquen ahora, que serán más?

Vamos a gobernar. Trabajaremos para subir lo que haga falta. ¿Qué ha cambiado? Es muy importante devolverle a los ciudadanos la confianza en las instituciones. Si la gente no tiene confianza en sus representantes, el partido está perdido. Estoy orgulloso de lo que hemos hecho estos 4 años. Hemos sido capaces de arrancarles muchas cosas al PSOE, pero se las hemos tenido que arrancar siempre. Chaves, Griñán, fuera. Costó lo suyo para dar un paso que inicialmente no queríamos dar. Y lo dijimos en campaña, pero tuvimos que tomar una decisión importante. Y a nadie se le escapa hoy que Chaves y Griñán fueron una pieza muy importante para que tuviéramos esta legislatura. Y si alguien no lo entendió, hizo muy mal.

Cuando Chaves y Griñán abandonan sus escaños y se pone en marcha la legislatura, desde entonces hasta aquí, le hemos tenido que arrancar las bajadas de impuestos… Y me siento orgulloso, claro que sí. Y por eso hemos seguido negociando presupuestos, pero a la vez, en paralelo, hemos ido poniendo en marcha reformas para regenerar a las instituciones. Ya en septiembre de 2015, la primera propuesta de Ciudadanos fue la creación del grupo de trabajo para la reforma de la Ley Electoral. En el primer mes del primer periodo de sesiones de esta legislatura que ha terminado. No es que se nos ocurriera tres años después.

Y cuando hemos llegado con un dictamen de reforma de la Ley Electoral terminado para votarlo el 12 de septiembre en el Parlamento, cuando hemos llegado con una proposición de ley, ya firmada por Podemos, a la que solo le hacía falta la firma de PSOE o de PP, pero lógicamente yo lo había firmado con el PSOE. El PP no quiere saber nada, no quiere cambiar nada. No contaba con ellos. Y cuando tenemos el decreto de puesta en marcha de la oficina contra el fraude y la corrupción. Qué tres cosas. Ley Electoral: el voto de los andaluces vale lo mismo. Segundo, una medida para acabar con las corruptelas que están en marcha. Y tercero, que un político vaya a un juzgado ordinario, cuando alguien pueda detectar una irregularidad. Y cuando llega el momento de aprobarlo, el PSOE te dice que de eso no quiere hablar, es decir: ¿Qué haces? Esto es el tronco del acuerdo que usted y yo firmamos. ¿Por qué ahora dice usted que no? Evidentemente, la paciencia se agotó. El límite estaba en ese momento.

Siempre pensé que el PSOE iba a utilizar los presupuestos de 2019 para romper los acuerdos y poder convocar elecciones. Eso lo pensábamos la mayoría de los que nos movemos en estos ámbitos. Pero no, no. El PSOE ya tenía su hoja de ruta programada para convocar las elecciones, porque a Susana se le venía encima un calendario judicial muy frío y muy duro. Las tarjetas de los puticlubs, de los clubs de alterne, se le venía encima el invierno del gasto del dinero de todos los andaluces. Se le viene encima los ERE. Y la Faffe no es solo tarjetas. Un juzgado de Sevilla ha pedido qué se hizo hasta 2011 ahí. Eso sumado a que Pedro Sánchez toma decisiones que a la señora Díaz le han dado portazos en las narices como que no hay financiación autonómica. De eso ya no se habla en esta legislatura. Ayer escuché a María Jesús Montero, a la que he escuchado durante tres años y medio en este Parlamento, hoy ministra, diciendo que la ley de financiación autonómica era imprescindible…

Dicen que esto [la ruptura del pacto] estaba planeada. ¿Cómo va a estar planeado? Ciudadanos es una cosa y el PSOE, otra.

¿Por qué renunciar a seguir haciendo cosas? Ciudadanos está hipotecado. Su apuesta es o suma con el PP o que se repitan las elecciones, salvo que haya algún tipo de pacto del PSOE con Adelante Andalucía.

Porque le dimos la oportunidad al PSOE y a Susana Díaz de hacer un trabajo con ese acuerdo de investidura. Depositamos nuestra confianza en ese documento. Y Susana Díaz y el PSOE han roto la confianza. Ahora recuperar la confianza es imposible. Al menos con este PSOE y con esta presidenta. Por eso, los votos de Ciudadanos no van a servir para hacer ni al PSOE ni a Susana Díaz presidenta de la Junta de Andalucía otra vez. Ya lo hicimos. Depositamos nuestra confianza. Firmamos unos documentos. Y repito, nosotros hemos perdido la confianza en el PSOE y en Susana Díaz. Y por tanto, nosotros no vamos a hacer lo que hicimos en 2015. A partir de ahí, yo no sé lo que van a decidir los andaluces el 2D. No lo podemos saber. Nuestra sensación es que la gente quiere un cambio y quiere un cambio ya. Y los sondeos así lo dicen.

La tendencia es que Ciudadanos sigue subiendo de una forma muy importante, mientras que el bipartidismo, PP y PSOE, pierde espacio. Y pierden espacio porque han perdido la confianza de los andaluces. Esa sensación que te traslada la gente y que te trasladan los sondeos, al final, nos motiva mucho más para pensar y creer en lo que estamos haciendo y que el día 2D cualquier cambio de Gobierno en Andalucía pase porque lo lidere Ciudadanos. ¿Quién nos va a apoyar? Cuando termine el día 2 y sean las ocho de la tarde, si yo tengo la responsabilidad y el honor de tener que formar gobierno, lo intentaré. Eso tiene que hacer un presidente. Lo que no tiene que hacer un presidente es empezar a hablar de bloqueos, de los cenizos, o como hace Teresa Rodríguez de los pijos. ¿De qué están hablando ustedes? Aquí estamos hablando de dirigir una Comunidad de casi 9 millones de habitantes. Por lo tanto, lo que hay que hacer es buscar los apoyos que hay que buscar el día 3 de diciembre.

¿Le preocupa que Díaz y Rodríguez lleguen a un acuerdo para la investidura y que eso haga por ejemplo que la bajada de impuestos se revierta?

Que Teresa Rodríguez decida votarla no es un escenario complicado de imaginar. Es más. Yo creo que hay un acuerdo entre los dos, PSOE y Adelante Andalucía.

Nosotros no podemos hacer otra vez a Susana Díaz presidenta. Y si Podemos decide hacerlo, será su responsabilidad. Si la señora Díaz con el apoyo de Podemos puede gobernar Andalucía y decide subir el impuesto de sucesiones, pues, oye, eso es algo que van a decidir los ciudadanos con su voto. No lo va a decidir Juan Marín. Eso es lo que nosotros creemos que podemos evitar. Pero hay una cosa importante. El estilo de hacer política de Ciudadanos en el Parlamento de Andalucía ha sido desde la oposición. No nos han hecho falta sillones para poder dirigir muchas decisiones. Lo hemos hecho desde la oposición. Y eso hasta ahora, muchos no entendían que se pudiera hacer. Una oposición responsable, colaboradora, cuando es necesario sacar los temas importantes, y a la vez, crítica.

Nosotros estemos en el Gobierno, estemos donde nos pongan los andaluces, siempre, nuestro espíritu es que las cosas se sigan haciendo bien. Que haya transparencia, que se refuerce la credibilidad en las instituciones, que se pongan en marcha nuestras posibilidades en materia económica, que son muchas y no se están haciendo a nuestro juicio bien. Y ya después, vamos a hacer, si tenemos que hacerlo, ese trabajo, estemos gobernando o estemos en la oposición. Pero yo no voy a hacer a Susana Díaz presidenta porque nos han demostrado que no nos podemos fiar de ellos. Y lo estoy hablando con hechos. No hablo de suposiciones. A mí no se me ha mirado a la cara, porque todavía la presidenta no me ha dado ninguna explicación.

¿No han hablado desde la ruptura del acuerdo?

Cero. La saludé en el entierro de José Gil, el bombero que murió, el otro día. No era el momento, por supuesto. Pero no ha habido ni una llamada ni una conversación. ¿Es eso lógico? Entiendo que esté enfadada. No le gusta la situación, pero la situación la ha provocado quien ha incumplido. Y se lo dije muchas veces en el parlamento. La confianza es muy difícil de conseguir y muy fácil de romper. Y va a acabar usted con nuestra paciencia. El que avisa no es traidor. Cualquier ciudadano vería normal una llamada de teléfono. Tomamos un café. Charlamos. Mira, Juan. Esto no lo hemos podido hacer. Porque Pedro Sánchez me ha dicho que no eliminemos los aforamientos. Pero no me lo podía decir, porque tres días después, Pedro le dio un portazo en las narices diciendo que en 60 días reformaba la Constitución y eliminaba los aforamientos.

Estas no son formas. Yo eso nunca lo haría. Si te tengo que decir que no cuentes conmigo para esto, por esto, por esto y por esto pues lo haré. Pero no fue así. A mí no se me miró a la cara. No se me dijo: no, por esto. Se me dijo, sencillamente: de esto no vamos a hablar. Esa fue la única explicación que recibí. Del vicepresidente de la Junta. En la comisión de seguimiento de los acuerdos. Desde entonces, hasta aquí, cero.

Esto le deja entonces solo con el PP

Confío en que voy a ser capaz cuando gane las elecciones de convencer a unos y a otros para que me apoyen. No solo al PP. Hablaré con todo el mundo. Hablaré con todo el mundo. Con Adelante Andalucía. Y les explicaré cuál es mi proyecto. Cuáles son las decisiones. Cuando le diga al PSOE que voy a poner una auditoría, igual no le gusta.

No parece probable que se pueda poner de acuerdo con Adelante Andalucía

Es probable que no lleguemos a acuerdos. Pero habrá que hablar con ellos. Estoy seguro de que Adelante Andalucía quiere que se reformen los órganos de extracción parlamentaria. Y querrá reformar el reglamento. Y querrá que en la RTVA estemos todos. Habrá puntos en común. Si buscamos lo que nos separa, no nos sentaremos. Pero yo intentaré sentarme con Teresa, con Susana, con Juanma y explicarles cuál es mi proyecto, y cómo quiero llevarlo adelante. Y si consigo apoyos para unas cosas o para otras, y si consigo apoyo para la legislatura o para la investidura, ese será mi trabajo.

Si gana el PSOE, como pronostican las encuestas, es posible que Susana Díaz haga esto mismo y le llame a usted otra vez, además de a los demás

Y me sentaré a hablar con el PSOE, con Podemos, siempre hablaré. Juan Marín y Ciudadanos siempre están sentados en la mesa para hablar y para buscar puntos de encuentro, pero le diré a Susana Díaz, si es el caso: no cuentes conmigo para que tú seas la presidenta de la Junta de Andalucía.

¿Cómo ve al PP y a Juanma Moreno?

Juanma Moreno ha tirado la toalla antes de empezar el partido. Solo se ve con la posibilidad de mantenerse en un gobierno con el apoyo de Ciudadanos. Siento decírselo así. Uno no va a un partido para perder, ni para empatar. Yo voy a jugar. Es complicado. Pero vas siempre con la voluntad de ganar el encuentro. Y Juanma ha salido ya a perder el partido. Por eso los estados de opinión dicen lo que dicen. Yo creo que Juanma, en este sentido, está bastante preocupado por el crecimiento de Ciudadanos, pero no hacen autocrítica de por qué los andaluces han perdido la confianza en el PP.

Nosotros tratamos de transmitir un proyecto, con propuestas. Y además somos capaces de firmar los acuerdos y cumplirlos. Lo hemos demostrado. Y no nos gana nadie a la hora de estar en una mesa y echarle horas para tratar de llegar a acuerdos y cuando llega la hora de unos presupuestos, siempre que no vayan en la línea contraria, intentamos que salgan adelante. Que después no podemos llegar a acuerdos, pues no podemos llegar a acuerdos. A lo mejor, de los diez puntos, podemos llegar a acuerdos en tres, o uno. Pero si eso beneficia a los andaluces, ¿por qué no? Pero el PP no ha querido nunca hacer eso.

Cuando le planteé que se incorporara a un grupo de trabajo para eliminar el impuesto de sucesiones, me dijo que no. Que eso era una mesa de camilla y un teatro para que en Andalucía el PSOE siguiera gobernando. Y ahora cuando aprobamos el impuesto de sucesiones y donaciones, lo vota en contra. ¿Por qué? Porque venía de la mano de Ciudadanos. El PP anda preocupado porque Ciudadanos crezca. Preocúpese usted de los andaluces. Nosotros sí estamos centrados en los andaluces. Y lo demás es política. Y hay que escribirla con mayúsculas en Andalucía. Y los políticos tenemos que acostumbrarnos a sentarnos, aunque no nos pongamos de acuerdo, Y tenemos que comparecer en las comisiones porque no tenemos nada que esconder. Y hay que darle explicaciones a los andaluces. El PP no quiere eso. El PP solo quiere un sillón.

¿A Moreno no le dice lo mismo que a Díaz?

Yo con Juanma Moreno no he firmado ningún acuerdo de compromiso que él haya roto. Yo, con Juanma Moreno, compito por la presidencia de la Junta de Andalucía. Pero mas que por la presidencia, compito por hacer a los andaluces más felices. Él quiere que Juan Marín lo haga presidente. Yo quiero que me hagan presidente los andaluces. No Juanma Moreno ni el PSOE.

¿Qué hubiera hecho usted en la crisis con Arabia Saudí que hubiera podido afectar al empleo en Navantia?

El Gobierno tiene que tomar la decisión. Sánchez es presidente no solo para tomar un avión para irse a un concierto. Parece que la UE fuera un reino de taifas. Más o menos como trabaja el PSOE en España. Esto es España. Esto es la UE. Y dentro de la UE tienen que tomarse decisiones para que ser respeten los derechos humanos. Si mañana Alemania decide suspender la venta de armas a Arabia Saudí, pasado será Francia el que tome otra decisión. Lo que ha sucedido es intolerable, inhumano y tiene que tener un castigo. Y suspender las reacciones comerciales tiene que tener un plan B porque afecta al empleo. Esto no va tampoco de ocurrencias como la de Teresa Rodríguez. Que hagamos las corbetas con los presupuestos: ¿Están en la feria? La respuesta tiene que venir desde la UE. Esto hay que verlo desde el ámbito global y tener un plan B para garantizar el empleo.

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