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Las negociaciones para la investidura en Andalucía Rivera evita las críticas a Vox, quiere que Marín sea presidente, y a la vez le mete presión a Díaz para que se abstenga

El presidente de Ciudadanos desembarca en Sevilla y defiende que el PSOE andaluz va a ir a la oposición

Rivera y Marín, en un acto de Ciudadanos

raúl bocanegra

Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos, desembarcó esta mañana en Sevilla y desplegó, con cierta habilidad argumentativa, todas las cartas con las que juega la mano de la investidura andaluza, un sudoku en el que después de que PP y Ciudadanos hayan decidido trabajar un acuerdo -al que llegarán con seguridad- la estabilidad depende de que o bien el PSOE de Susana Díaz se abstenga y después colabore en la gobernabilidad de una o de otra manera o bien Vox les vote a favor.

Como el PSOE no contempla en este momento otro escenario, como partido mas votado en las pasadas elecciones, que repetir en el Ejecutivo, la única opción de Ciudadanos y PP es hoy por hoy Vox, un partido de extrema derecha, antiestatutario, antifeminista, xenófobo y antieuropeísta.

Este es el tapete verde, el contexto, en el que se movió la conferencia y coloquio que dio Rivera. Invitado por la Cadena Ser, moderado por Diego Suárez, director de contenidos de la emisora en Andalucía, el presidente de Ciudadanos hizo tres cosas fundamentalmente, en relación con la investidura en Andalucía.

Como premisa, dejó bien claro que el PSOE va a ir a la oposición y después, por un lado, evitó, tras el toque de atención de Santiago Abascal, presidente de Vox, de esta semana, todo lo que pudo las críticas a la formación ultraderechista, lo que invitó a pensar que, en un momento dado, estaría dispuesto a contar con sus votos para propiciar un cambio de Gobierno en Andalucía. Así, eludió una pregunta directa sobre la condena por irregularidades contables del vicepresidente de Vox, Víctor González Coello de Portugal.

Por otro lado, Rivera jugó duro la carta de Juan Marín como presidente de la Junta de Andalucía, la única línea roja que ha puesto el PP, que quiere que Juanma Moreno, su candidato, sea el próximo presidente, para cerrar de manera definitiva el pacto entre ambos. “¿Y si Moreno es imputado por la Gürtel?, deslizó Rivera.

Y, por último, trató por todos los medios de convencer a la audiencia de que es el PSOE de Susana Díaz quien tiene que permitir que se forme un Gobierno de derechas en Andalucía, de coalición entre PP y Ciudadanos, que no dependa de la extrema derecha. Así, Rivera pidió una alianza de los partidos constitucionalistas y reivindicó la “revolución de los moderados” para no tener que depender de los extremos.

La primera piedra

Las autonómicas andaluzas han inaugurado el ciclo electoral y, a la espera del resto de las municipales y europeas de mayo, quedó claro y así lo dijo Rivera, que lo que se haga en Andalucía va a tener eco en España y en Europa, de donde había llegado el presidente de Ciudadanos, de una reunión en Bruselas con los partidos liberales del continente, en la que pudo comprobar la preocupación por el auge de la extrema derecha . “Es la primera piedra”, dijo el presidente de Ciudadanos, para completar su proyecto para España.

La conferencia dejó claro que Rivera tiene un dilema. Y que él, personalmente, preferiría que se lo resolviese el PSOE, pero el PSOE de Díaz argumenta que han ganado ellos los comicios y que si Rivera quiere un bloque constitucionalista, lo tiene fácil. Cerrar otra vez algún tipo de acuerdo con ellos, en lugar de aceptar los votos de Vox.

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