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El cambio en Andalucía Breve retrato de Marta Bosquet, la décima presidenta del Parlamento de Andalucía 

La diputada por Almería ha sido elegida con los votos de su partido, Ciudadanos, los del PP y los de la ultraderecha, los de Vox

La diputada almeriense de Ciudadanos Marta Bosquet momentos antes de prestar juramento como nueva presidenta de la Cámara andaluza. (JULIO MUÑOZ | EFE)

raúl bocanegra

Marta Bosquet (Almería, 1969) presidirá el Parlamento de Andalucía. Será la décima presidenta del Parlamento de Andalucía -la tercera mujer-, la segunda de  un partido diferente al del PSOE, y el cargo institucional más importante que tiene Ciudadanos en todo el país hasta que se resuelva, de una u otra manera, la formación del Gobierno de Andalucía. Bosquet es abogada, profesión que ha ejercido durante más de 20 años, con especial sensibilidad a los temas de género. Bosquet es una persona que tiene una excelente sintonía con Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucía, y ha coordinado las negociaciones con el PP para el acuerdo programático que ambos partidos cerraron en Navidad.

Es su segunda temporada en el Parlamento de Andalucía, en la que dirigió los trabajos de su grupo en la comisión de investigación sobre el uso y destino de los fondos para la formación de trabajadores. Tiene carácter y es capaz de asumir riesgos políticos, como demostró en plena crisis de la Atención Temprana la pasada legislatura. En un momento en que todos los partidos presionaban al PSOE para que asumiera que las cosas no marchaban bien en ese sector, se fue al. Palacio de San Telmo, y, por sorpresa, cerró con la presidenta Susana Díaz, un aumento en el presupuesto destinado a esos menesteres que, además, anunció ella misma en la tribuna parlamentaria. Después, le llovieron las críticas.

“Yo llevo 22 años ejerciendo mi profesión de abogada y sí. Tengo el sentido de la responsabilidad alto. Cuando tengo una obligación la intento llevar lo más honestamente posible y lo mejor posible, y me esfuerzo mucho. […] Siempre he pensado en el presente, y lo que estoy haciendo en ese momento lo procuro hacer bien. Si tú a nivel personal, y en tu vida laboral estás pensando en el mañana, en realidad estás perdiendo el norte”, dijo en esta entrevista en la Voz de Almería, su ciudad, en la que dejó el despacho de abogados al que espera regresar cuando acabe su periplo en la política. “Jubilarme en política no lo voy a hacer, a mí me gusta mi profesión”, afirma.

Se decidió a entrar en política al “ver que estaba muy desprestigiada en este país”. “Albert Rivera me gustaba cuando el partido solo estaba implantado a nivel de Cataluña, y cuando empezó el movimiento ciudadano me acerqué por eso, un poco asqueada de la situación política porque, sin haberme implicado antes en política, sí reconozco que soy una persona inquieta. Llevo afiliada desde noviembre o diciembre de 2013 pero sinceramente si a mí en ese momento me llegan a decir que iba a ser cargo, que iba a ser diputada, no me lo hubiera creído porque tampoco empecé con ese ánimo”, dijo en esa misma entrevista. 

Ahora le toca gestionar un Parlamento con cinco partidos, al que llega de la mano del partido de ultraderecha Vox y del PP.

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