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las negociaciones para el cambio El Gobierno de Andalucía se decide en Madrid

Moreno acepta que los apoyos a su Ejecutivo se negocien con Vox fuera de Andalucía, mientras busca fórmulas para cuadrar a Ciudadanos y al partido de ultraderecha

Juanma Moreno con Francisco Serrano, en el Parlamento de  Andalucía.

raúl bocanegra

El partido de ultraderecha Vox ha ganado ya la primera de las batallas entre las tres fuerzas que gobernarán Andalucía a partir del próximo día 16 de enero, si nada se tuerce entre ellas. Las ganas del PP de llegar a la presidencia de la Junta, después de 36 años de derrotas consecutivas, y el tremendo volantazo de Ciudadanos, que ha pasado en solo un trimestre de sostener un Ejecutivo del PSOE -con tres presupuestos incluidos- a llegar a un acuerdo con Vox para -por el momento- presidir el Parlamento autonómico explican que las negociaciones que llevarán, con toda probabilidad, a Juanma Moreno a la presidencia de la Junta se puedan producir en Madrid, algo impensable hasta ahora en Andalucía porque el PSOE andaluz siempre había tenido margen para explorar y negociar sus propias alianzas, las que han necesitado en algún momento los tres últimos presidentes, Susana Díaz, Jose Antonio Griñán y Manuel Chaves.

Para ser presidente, para superar los 50 noes de PSOE, 33, y Adelante Andalucía, 17, a Moreno, que cuenta con 26 diputados, no le basta con los 21 votos favorables de Ciudadanos, con quien tiene firmado un acuerdo programático, sino que necesita también a Vox. Y el partido antiestatutario, antieuropeísta, antifeminista y xenófobo, para dárselos, quiere antes negociar. Así describió el mismo Moreno en una entrevista en Onda Cero el procedimiento a seguir con Vox para que el partido ultra acabe por propiciar su investidura: la negociación “no está en el ámbito andaluz”. Es “a nivel nacional”, en unas conversaciones en las que él no participa, que las llevan “directamente" el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y su homólogo en Vox, Javier Ortega Smith.

Moreno justificó esta situación con un argumento simple: como en la comisión de negociación de Vox no está su candidato a la Junta, el magistrado condenado por prevaricación Francisco Serrano, tampoco tiene sentido que esté él, dijo. Luego, puntualizó que lo que sí existe es una íntima coordinación con el PP andaluz” y con él "a nivel personal”.

Para ser presidente, Moreno tiene ahora que conjugar a Vox y a Ciudadanos

Para ser presidente, por tanto, Moreno tiene que conjugar a Vox y a Ciudadanos. Una cosa es la Mesa de la Cámara, para cuya negociación Ciudadanos contó además con una afortunada foto con Adelante Andalucía, que le permitió cubrirse durante un tiempo del abrazo de Vox, y otra bien diferente el Gobierno de Andalucía. Moreno ya ha comprobado que para Ciudadanos un exceso de protagonismo de Vox supone un problema. Y Vox no está dispuesto a liquidar la hegemonía socialista en Andalucía de tapadillo.

Así, Moreno manifestó que tanto Ciudadanos como Vox deben "tener claro" que en Andalucía hay "un tsunami" por el "cambio" y para apartar al PSOE. “Nadie puede estar con tacticismos. Quien ponga un obstáculo al cambio va a tener un castigo severísimo dentro de cinco meses en las urnas. Tenemos que intentar entre todos llegar a un acuerdo que sea razonable. Desde el PP-A vamos a poner lo mejor de nosotros mismos para buscar puntos de encuentro con Ciudadanos y Vox”.

Los votos de Rivera

El partido que dirige Albert Rivera se llevó el pasado 2 de diciembre en Andalucía al menos 100.000 votos, según los cálculos de los expertos, del PSOE, y tiene otro buen número de sufragios de gente moderada, reformista, centrista, a quien los extremos le producen urticaria. En otras palabras, en esta negociación, y a expensas de su resolución final en enero, Rivera, cuyo objetivo final no es el Gobierno andaluz, sino La Moncloa, podría dejarse unos cuantos pelos en la gatera, léase votos, y perder la posibilidad de sorpasso al PP en todo el país al trocar su perfil de bisagra, siempre en aras de la gobernabilidad, entre la derecha la izquierda, la estrategia que le ha permitido crecer hasta ahora, por una apuesta nítida por la derecha. El acuerdo con el PP, de hecho, el primero al que llega Ciudadanos en todo el país con la idea de ejecutarlo desde un Gobierno, es, fundamentalmente, una propuesta de corte liberal, con guiños a la Iglesia y que podría abrir la puerta a una liberalización sanitaria.

Los observadores y analistas nacionales e internacionales tienen ahora mismo puesto el foco en Andalucía. El fichaje que Rivera ha hecho para la alcaldía de Barcelona, el exprimer ministro de Francia, Manuel Valls, también cuestiona día sí, día no, el pacto en Andalucía. Buena parte de la prensa de calidad europea, sobre todo la francesa, daba cuenta en términos críticos del pacto de Ciudadanos con el PP y con la ultraderecha, una triple alianza que, de hacerse finalmente en Andalucía, podría exportarse al ámbito nacional, si Pedro Sánchez se queda sin presupuestos y decide convocar los comicios y las encuestas que predicen una victoria en España de la derecha radicalizada, aciertan.

Juan Marín quiere un Gobierno con diez consejerías en el que haya un equilibrio nítido de poderes

Y, aunque Juan Marín, el presidente de Ciudadanos en Andalucía, ya está pensando en la configuración del Gobierno de coalición con el PP, en el que quiere que haya diez consejerías y un equilibrio nítido de poderes entre su partido y el PP, la decisión final, en su caso, la tomará Albert Rivera también desde Madrid, al igual que sus nuevos aliados. De hecho, Marín fue corregido de manera indirecta un día después de que afirmase que el pacto de Navidad que firmó con el PP podría modificarse en cualquier momento, según las necesidades del guión. Esta mañana su secretario general, José Manuel Villegas, lugarteniente de Rivera, manifestó que el programa del nuevo Gobierno que se constituya será “el documento acordado entre el PP y Cs”. “No va a haber ningún otro tipo de negociación o pacto en el aspecto programático”, dijo, rechazando así la incorporación de propuestas de Vox, según recoge Europa Press.

Por su parte, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, aseguró que el partido ultra va a "hacer todo lo posible para desalojar de la Junta al Gobierno del PSOE, de la corrupción, del cortijo y del atraso económico”. “Somos demócratas, tenemos 12 diputados y tenemos que hacer las cosas en función del peso que tenemos, pero lo que no se nos puede decir es que aceptemos un trágala de medidas ya cerradas”, agregó, según recoge Europa Press. Ciudadanos no descartó, llegado el caso, mantener un encuentro con Vox.

Un plan B

A pesar de todas estas cautelas, nadie duda de que el desenlace de esta historia vaya a ser otro efectivamente que un Gobierno encabezado por Juanma Moreno. El mismo Moreno se mostró este viernes optimista al respecto del desenlace de las negociaciones, “el cambio empieza a tomar cuerpo y forma”, dijo, pero fue un poco más prudente que en días pasados, porque añadió que “el cambio no está hecho porque aún queda mucho que hablar y negociar”. “Ahora más que nunca hay que apartar el tacticismo y la visión a corto plazo de pensar en lo que puede pasar en mayo, de cara a la celebración de las municipales. Ahora no toca eso, sino que se requiere generosidad para conseguir unos objetivos comunes y cerrar, de una vez por todas, la puerta de cuatro décadas y abrir una nueva puerta de ilusión y esperanza”, proclamó Moreno, según recoge Europa Press.

Ciudadanos podría, llegado el caso, bajarse del Gobierno, votarle la investidura a Moreno y, a continuación, pasar a la oposición

En el caso de que el PP, en su negociación con Vox, acabe por no respetar el acuerdo con Ciudadanos, Villegas dijo que su partido no estaría en el pacto. "Ya veremos qué decisiones adoptamos. Si no sale, nos plantearemos el resto de escenarios”, dijo Villegas. A diferencia de Moreno, cuyo único plan es presentarse a la investidura y sacarla adelante como sea, porque no puede desaprovechar la ocasión de gobernar Andalucía tras tantos años de fracasos, Ciudadanos maneja en efecto un Plan B por si el A, que en realidad consiste en un Gobierno de coalición apoyado por Vox, pero sin que eso les haga daño en términos electorales, no resulta. Según fuentes de Ciudadanos, el partido de Rivera podría, llegado el caso, optar por bajarse del Gobierno y dejar al PP solo en el Ejecutivo. Votarle la investidura a Moreno y, a continuación, pasar a la oposición.

Moreno, por lo que pueda pasar, ya va dándole espacio a Vox, con quien, dijo, su partido mantiene "una línea abierta, fluida y creo que sincera”. Moreno le otorgó a Vox una "enorme capacidad de influencia” y "una magnífica oportunidad de modificar, criticar, matizar, perfeccionar o mejorar" las propuestas acordadas por PP-A y Cs una vez que lleguen a la Cámara legislativa, teniendo en cuenta que los escaños de Vox son "necesarios para hacer reformas en Andalucía”. "No podemos ser ingenuos", ha avisado el líder del PP-A al respecto, apostillando que todo ello será "fruto también de una negociación y debate en el ámbito parlamentario”. Ortega Smith se manifestó en este aspecto en la misma línea que Moreno y dijo que Vox irá "votando las leyes una a una”. Emerge así de escuchar y leer lo  que dicen unos y otros un escenario en el que se haga la investidura y cada  uno tome su espacio.

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