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Encuestas electorales Anticipar las generales provocaría un empate de bloques ingobernable, según los sondeos

El auge de Vox, a costa del PP, y el reforzamiento del bloque derechista por el ascenso de Ciudadanos, provocaría una igualdad casi absoluta en el Congreso de los Diputados entre ese tripartito y la suma de las fuerzas izquierdistas y nacionalistas, si Pedro Sánchez convocase ahora elecciones, según las estimaciones del gabinete demoscópico Key Data.

Hemiciclo resultante de las estimaciones de Key Data si hoy se celebrasen elecciones generales.

Si hoy se celebrasen elecciones generales, el PSOE las ganaría por sólo 175.000 votos –la mayoría más exigua de la historia de la democracia española– y las perspectivas de investidura de un presidente del Gobierno serían casi nulas porque ninguna de las posibles combinaciones de voto de los diversos partidos presentes en el Congreso de los Diputados superaría la barrera de la mitad más uno de los escaños: la suma de las derechas quedaría a dos diputados de la mágica cifra de 176, y la de izquierdas+nacionalistas sumaría un parlamentario menos.

Al menos ése es el resultado del complejo desk research de todos los sondeos electorales efectuados recientemente –que incluyen el efecto Vox en Andalucía–, efectuado para Público por el gabinete demoscópico Key Data. El indudable crecimiento del voto derechista que acompaña al meteórico despegue de Vox –empujado por la gran atención mediática que recibe– se compensa por el voto útil del electorado izquierdista, que desplaza casi medio millón de sufragios desde Unidos Podemos hasta el PSOE.

Según estas estimaciones de Key Data, la suma PP+Cs+Vox alcanzaría los 174 diputados –aumentando en 5 los que obtuvo la derecha en 2016–, mientras que PSOE+UP+PDCat+ERC+PNV se quedaría en 173, exactamente 5 menos de los que sumaron estos cinco partidos en las últimas generales, como se aprecia en el hemiciclo comparativo que encabeza este artículo.

En votos, las derechas crecerían en casi 1,2 millones de sufragios (hasta los 12,2 millones) y las izquierdas+nacionalistas caerían en 1,7 millones (quedándose en menos de 10,2). Esto es, el 51,6% de los votos válidos favorecerían a partidos de derecha o ultraderecha, frente al 42,8% que iría a parar a los de izquierda o los nacionalistas, como refleja la tabla completa de estimaciones, comparadas con los anteriores resultados, que se ofrece a continuación:

Tabla comparativa de las estimaciones de Key Data a 24 de enero de 2019 con los resultados de las elecciones generales de 2016.

Cs y Vox ganan aún más votos que los perdidos por el PP

Gracias al sistema de cálculo estimativo ideado en su día por Jaime Miquel, Key Data es capaz de obtener datos exactos de los números de electores que se decantan por cada una de los opciones, según los últimos sondeos. De forma que se pueden comparar con los escrutados en las pasadas elecciones para extraer interesantes conclusiones.

Por una parte, el espectacular crecimiento de Vox, que pasaría de 47.000 a 2.450.000 de votantes potenciales, más el de Ciudadanos, que ganaría casi 1,6 millones de electores, superaría ampliamente los 2,8 millones de votos perdidos por el PP. Por tanto, el auge de las derechas procedería también del regreso a las urnas de muchos abstencionistas desengañados por la corrupción del partido de M. Rajoy.

Así se comprueba en el estudio de transferencia de voto que efectúa Key Data y que estima en 565.000 el número de electores que se pasarían a Vox desde la abstención, y en 425.000 el de nuevos votantes de Ciudadanos que se abstuvieron en las pasadas generales.

Ciudadanos ganaría 1,57 millones de votos mientras que Unidos Podemos perdería 1,54 millones de votantes

No obstante, otros desarrollos de números de votos son notablemente similares: Ciudadanos ganaría casi los mismos electores (1,57 millones) que los que perdería Unidos Podemos (1,54 millones), por mucho que las verdaderas transferencias del voto sean más complejas: Cs perdería 215.000 votantes hacia Vox, pero ganaría 200.000 que votaron socialista; UP sufriría una sangría de 900.000 votos hacia la abstención, y sólo obtendría el apoyo de 220.000 del millón de jóvenes que acaban de llegar a la edad de votar.

En Catalunya, Esquerra Republicana ganaría casi el mismo número de votantes (unos 100.000) que los que perdería el PDCat (110.000). Mientras que en Euskadi el PNV perdería casi igual número de electores (24.800) que los que ganaría EH-Bildu (25.700).

Entretanto, el PSOE lograría mantener casi intacto el suelo de votos por encima de los cinco millones (sólo pierde 135.000 y cuatro décimas de punto), lo que le haría ganar 13 escaños; al tiempo que el PP se mantendría como primera formación de la derecha por encima de Cs (pese a perder 11,5 puntos y 48 diputados) gracias a su gran presencia en los medios tras conquistar por vez primera la Junta de Andalucía y celebrar el regreso de Aznar a su Convención de viraje derechista.

Madrid, Andalucía y València serán las rampas del despegue de Vox hacia el Congreso de los Diputados

Por autonomías (estimaciones de que muestra este gráfico interactivo, en el que aparecen los datos pormenorizados al pasar el cursor sobre las barras), Key Data estima que el despegue de Vox a nivel nacional partirá de tres rampas de lanzamiento: Madrid (con 7 diputados), Andalucía y València (3 escaños en cada una). El resto del impulso se lo proporcionarían Castilla y León (2 parlamentarios), Aragón, Murcia y Asturias (con un diputado en cada una).

Por su parte, el PP acentuaría su caída en Andalucía (donde perdería 9 diputados), Castilla y León (-7 escaños), Madrid (-6) y el País Valencià (-5), además de perder tres parlamentarios catalanes y otros tres castellano-manchegos, y dos en cada una de las comunidades de Galicia, Canarias, Aragón y Extremadura. De hecho, el partido de Pablo Casado sólo mantendría el mismo número de diputados en tres enclaves autonómicos: Illes Balears, Ceuta y Melilla.

Gran parte de ese debacle pepero se deberá, según las estimaciones, a la implantación de Ciudadanos en Castilla y León (donde pasaría de uno a ocho diputados), Andalucía (en la que casi duplicaría escaños, al pasar de 6 a 13), y Catalunya (su lugar de origen, donde doblaría el número de parlamentarios, de cinco a diez). El partido de Albert Rivera también ganaría en Madrid y Castilla-La Mancha (+3 en cada una), Aragón y Extremadura (+2) y las comunidades de Galicia, Canarias, Baleares, Navarra y La Rioja, en las que subiría un escaño, hasta sumar una ganancia total de 35 escaños, más que duplicando su anterior registro (pasaría de 32 a 67 diputados).

Finalmente, la formación de Pablo Iglesias y sus confluencias sufrirían las mayores pérdidas en Catalunya (-4 escaños), Madrid (-3), Andalucía, València y Castilla y León (con dos menos en cada una). También perdería un escaño en Galicia, Castilla-La Mancha, Canarias, Aragón, Extremadura, Asturias y La Rioja. En conjunto, 20 escaños menos en el Congreso.

En definitiva, las Cortes Generales quedarían fragmentadas de tal forma que la gobernabilidad se haría casi imposible, puesto que ninguna de las formaciones nacionalistas aceptaría apoyar un triunvirato PP+Cs+Vox, y aunque Coalición Canaria fuera capaz de tragarse votar lo mismo que Santiago Abascal –quien pretende acabar con el Estado de las Autonomías– su voto sólo daría un total de 175, a uno del mínimo para la investidura.

Igualmente difícil parece que Pedro Sánchez lograse reunir no sólo todos los votos que le apoyaron para la investidura, sino también a Coalición Canaria, votando codo con codo con EH-Bildu en vez de abstenerse como hizo el 1 de junio.

Unas perspectivas políticas muy poco halagüeñas.

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