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Juicio independencia El jefe de Policía el 1-O se desmarca y baja el tono contra los Mossos: "Su dispositivo persigue salvaguardar la seguridad colectiva"

En su declaración como testigo en el juicio al 'procés', el comisario jubilado Sebastián Trapote se desmarca de Diego Pérez de los Cobos, coordinador del operativo, e incluso del secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto. El primero acusó a los Mossos de colaborar activamente para permitir el referéndum; el segundo les atribuyó una actitud pasiva. 

El jefe de la Policía en Cataluña durante el 1-O, Sebastián Trapote (2i), a su llegada, este jueves, al Tribunal Supremo para asistir a una nueva sesión del juicio del "procés" que también permitirá escuchar los testimonios del jefe de la Guardia Civil Ángel Gozalo, pero también están citados los primeros mossos: el excomisario de Información Manuel Castellví y el de Planificación y Seguridad Emili Quevedo. EFE/Mariscal

Sus superiores jerárquicos dispararon con todo contra los Mossos d'Esquadra: les acusaron de facilitar pasiva o activamente el referéndum soberanista del 1 de Octubre de 2017, pero el comisario jubilado Sebastián Trapote se ha desmarcado de este relato suavizándolo, regalando algo de oxígeno a las defensas.

Hubo "algún enfrentamiento" entre mossos y policías, y el dispositivo fue "insuficiente, inadecuado e ineficaz", según Trapote

El que fuera jefe superior de la Policía Nacional en Catalunya el 1-O ha comparecido este jueves ante la Sala de Lo Penal del Tribunal Supremo, responsable de enjuiciar el procés catalán, y ha rebajado considerablemente el nivel de las acusaciones contra los Mossos. Trapote, que participó en las reuniones de coordinación de los diferentes cuerpos de seguridad para el 1-O, ha asegurado que el dispositivo de la "policía autonómica catalana" era insuficiente, si bien ha evitado aclarar si estaba pensado para el "cumplimiento" o la "obstrucción" de la orden judicial de impedir el referéndum. 

"Hacen un dispositivo enfocado a, sobre todo, salvaguardar la seguridad colectiva, con lo cual es imposible que con ese dispositivo pudiesen hacer cualquier tipo de intervención" dentro de los colegios, afirmaba el comisario jubilado. "Era una utopía, dos mossos no pueden entrar a un colegio a hacer una intervención porque lo que tienen allí delante se lo va a impedir", incidía.

Defiende a los policías de las cargas del 1-O: "La Policía no se dedica a golpear de una manera gratuita"

"Su actitud fue más bien pasiva", reconocía, añadiendo que hubo "algún enfrentamiento puntual" entre agentes de los Mossos y de la Policía, y que así consta "en las actas". Desde el principio consideraron que el día del referéndum sería "muy complicado", que requeriría de especial "sensibilidad", y que en algunas ocasiones llegó a percibir un clima "de odio extremo". Siempre tuvieron la "percepción" de que los Mossos podían fallar, si bien no lo comprobaron "fehacientemente" hasta el 1-O.

En varias ocasiones, Trapote ha recordado que el fiscal jefe de Catalunya ya trasladó a los Mossos que su operativo -que él "nunca" vio- era adecuado para mantener el orden en unas "elecciones convencionales", pero no en una jornada que a todas luces sería "muy complicada". Fue "insuficiente, inadecuado e ineficaz", incidía, a preguntas del abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva, Andreu Van den Eynde.

El lunes, el exsecretario de Estado, José Antonio Nieto, aseguró que los Mossos mantuvieron una actitud pasiva, e incluso que los agentes buscaban "otro objetivo", que no concretó, en vez de impedir el referéndum. Un día después, el excoordinador del operativo, Diego Pérez de los Cobos, aseguró que el dispositivo fue una "estafa", que estaba pensado para "facilitar" el referéndum, y que en una decena de casos los agentes obstruyeron físicamente la actuación de los policías. 

La llamada del "mundo radical e independentista" a la protesta

Por otro lado, Trapote ha asegurado que hubo "llamamientos por parte de los miembros del Govern, y sobre todo de determinadas asociaciones de carácter independentista", para que "la gente acudiera de manera masiva a los colegios para bloquear la entrada, impedir la actuación de las fuerzas de seguridad y garantizar que el referéndum se llevara a cabo".

A esta conclusión llegaron con el trabajo de las unidades de inteligencia, pero también a través del seguimiento de las redes sociales: "La conseguimos a través del mundo radical y del mundo independentista", apostillaba, si bien también reconocía que no podía detallar "de quién, concretamente", venían estas llamadas.

Así, alineándose con todos sus predecesores en esta cuestión, Trapote ha defendido que la Policía usó la fuerza de manera "congruente, racional y proporcionada". "La Policía no se dedica a golpear de una manera gratuita", apuntaba, sino que lo hace "cuando queda más remedio". En este caso, aseguraba, "usó la fuerza mínima imprescindible", frente a las "cadenas humanas" que actuaron "de forma muy violenta".

Fueron los jefes de los equipos quienes dictaminaron cuándo usar la violencia, fuera con pelotas de goma o con porras, apuntaba, señalando a estos jefes de equipo como responsables de todas las incidencias, algunas de ellas ya investigadas por la Justicia en Barcelona.

En concreto, el exjefe superior de Policía ha tirado de memoria para precisar que, de los 50 procedimientos judiciales abiertos por esta intervención policial, en 17 casos ya se ha decretado un archivo provisional, en 4 hay sentencias absolutorias, y el resto aún permanecen en fase de instrucción. 

Trapote también ha demostrado su buena memoria al recitar, de un tirón, el número de agentes heridos y las localidades en las que tuvieron lugar las agresiones: fueron 65 policías heridos, de los que 24 lo fueron en Barcelona, 20 en Lleida, 7 en Girona, 7 en Tarragona, 6 en Sabadell y 1 en Hospitalet.

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