Público
Público

Comandante de la Guardia Civil El número dos de la investigación del 'procés' confunde a los 'Jordis' y no sabe si Junqueras era vicepresident 

El comandante de la Guardia Civil que actuó como número dos del teniente coronel Daniel Baena en las investigaciones sobre el 'procés' carga contra Josep Lluis Trapero, Carme Forcadell o los propios Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. El interrogatorio de las defensas deja en evidencia varias inexactitudes y el testigo recurre al "no lo sé" y admite posibles errores en varios apartados de su reconstrucción de los hechos.  

Los acusados Oriol Junqueras , Raül Romeva, Joaquim Forn, Jordi Sánchez, Jordi Turull, detras de los abogados Andreu Van den Eynde y Jordi Pina, durante la décima semana del juicio del procés con la declaración como testigo del número dos del operativo de la Guardia Civil que lideró la investigación sobre los preparativos del 1-O. EFE/ Tribunal Supremo

El comandante de la Guardia Civil que ejerció como número dos de la investigación sobre el procés catalán compareció este lunes ante el Tribunal Supremo dispuesto a no dejar títere con cabeza, cargando duramente contra varios políticos independentistas y contra el major de los Mossos, Josep LLuis Trapero. Y algo más de dos horas y media después salía tocado, tras reconocer posibles errores e inexactitudes en su testimonio, recurriendo insistentemente al "no lo sé" ante las preguntas de las defensas, confundiendo cuestiones básicas para quien era el secretario de los atestados que sustanciaron las primeras actuaciones judiciales contra el procés, en el juzgado 13 de Barcelona -la semilla de la causa que hoy debe enjuiciar el Alto Tribunal.

Para empezar, el comandante de la Guardia Civil decía desconocer si Oriol Junqueras era vicepresident o “tenía algún cargo” cuando comenzaron las investigaciones de las estructuras de Estado paralelas en 2016 (fue vicepresident de la Generalitat desde enero de ese año). “Sé que era presidente de ERC”, afirmaba el testigo ante preguntas del abogado de Junqueras, Andreu Van den Eynde, al que tampoco sabía explicar “por qué” ponían el nombre del político catalán en las diligencias. "Nosotros no investigamos a aforados en el inicio de las diligencias" y estas “tienen que ver con personas que hacen cosas” y con empresas, respondía.

Además, ante preguntas de la letrada de Jordi Sànchez, Ana Bernaola, el testigo confundía al expresidente de la ANC con el todavía líder de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart. El número dos de la investigación de la Guardia Civil ha reconocido que la principal fuente para elaborar sus atestados era la agenda Moleskine de la que se incautaron tras la detención del exnúmero dos de Junqueras, Josep María Jové, si bien no era capaz de responder preguntas concretas sobre cuándo y cómo pudieron contrastar estas anotaciones con otras fuentes.

A esta agenda se le unía Enfocats, el documento con la supuesta hoja de ruta independentista al que todos los acusados restan valor -y que aseguran no conocer-. El testigo afirmaba inicialmente que la agenda era “el documento Ejecutivo, con nombres, cometidos y finalidades”, y Enfocats el “documento estratégico, de idea”. El vínculo entre esta idea y la “realidad”, no obstante, estaba cogido con pinzas. "¿Sucedió en la realidad lo que allí [en el documento] se describe?", cuestionaba Bernaola. "Sucedió un referéndum y una declaración de independencia”, respondía el comandante.

Andreu Van Den Eyden, abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva (sentados detrás de él), durante la sesión del juicio del procés, con la declaración como testigo del número dos del operativo de la Guardia Civil que lideró la investigación sobre los prepara

Andreu Van Den Eyden, abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva (sentados detrás de él), durante la sesión del juicio del procés, con la declaración como testigo del número dos del operativo de la Guardia Civil que lideró la investigación sobre los preparativos del 1-O. EFE/ Tribunal Supremo

De manera similar se expresaba al ser preguntado por la reunión “del último intento”, en la que ERC y PDeCAT supuestamente se repartieron el Govern, en enero de 2016, ante la presencia de Sànchez y Cuixart, según el testigo. Primero afirmó que este encuentro tuvo lugar el 7 de enero, en la sede de la ANC, si bien luego reconoció que esto cuestión podría haber sido abordada en realidad en otra reunión, un día después, celebrada en el Hotel Balmes de Barcelona.

También daba por hecho que a ella asistieron el propio Junqueras, para ser desmentido por la letrada: "Hemos fallado uno. ¿De cuántos?", esgrimía como respuesta.

Sí habrían estado quién días después sería nombrado conseller de Presidencià, Jordi Turull, y la número dos de ERC, Marta Rovira. Según el testigo, esta reunión sirvió además como evidencia del “papel fundamental” de las organizaciones civiles en el procés. “¿Como puede constatar que se eligiera presidente a [Carles] Puigdemont?”, preguntaba Bernaola. "Si ponemos explícitamente lo que se dice en esa reunión y lo contraponemos con lo que dice la prensa de ese día, vemos que es así", sostenía el testigo, incidiendo en que tras esa reunión hubo “un comunicado de prensa” en el que se recogía que ésta había tenido lugar: “¿Usted está seguro de que eso se produjo en una reunión donde estuvo Jordi Sànchez?”, inquiría la letrada. “Yo creo que sí”, dudaba.

En la misma línea, ante preguntas del abogado de Cuixart, Benet Sallelas, el testigo ha reconocido no saber “exactamente” cuándo entró en vigor el artículo 155 de la Constitución en Catalunya, con la consiguiente destitución del Govern y la convocatoria de elecciones. El “hostigamiento” que narró antes habría acabado con esta intervención del Gobierno de Mariano Rajoy a la Generalitat, si bien no recordaba “exactamente” la fecha.

El comandante de la Guardia Civil, que no ha sido citado por su nombre, sino por su identificador policial, era el primer testigo de la 31 sesión del procés, en una semana en la que el Supremo debe acoger los testimonios de cerca de 60 agentes. El agente, que fue condenado por torturas por la Audiencia de Barcelona en sentencia tumbada después por el Alto Tribunal, no ha permitido que las cámaras del Salón de Plenos capten su imagen, como han hecho todos los agentes y la inmensa mayoría de oficiales que ya han testificado.

El presidente del tribunal que enjuicia la causa del 'procés', Manuel Marchena (c), junto a los magistrados (de izda a dcha) Luciano Varela, Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo y Antonio del Moral, durante la sesión del juicio del procés con la de

El presidente del tribunal que enjuicia la causa del "procés", Manuel Marchena (c), junto a los magistrados (de izda a dcha) Luciano Varela, Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo y Antonio del Moral, durante la sesión del juicio del procés con la declaración como testigo del número dos del operativo de la Guardia Civil que lideró la investigación sobre los preparativos del 1-O. EFE/ Tribunal Supremo

Los letrados de los 12 dirigentes independentistas que se sientan en el banquillo de los acusados en el juicio a la cúpula del procés no fueron capaces de hacer lo propio con el que fuera superior jerárquico del testigo de este lunes, el teniente coronel Daniel Baena, que compatibilizó su rol de investigador con verter comentarios contra los independentistas en redes sociales, camuflado tras el pseudónimo Tácito.

Las defensas no lograron que la Sala de Lo Penal del Tribunal Supremo aceptara realizar una prueba que evidenciase el vínculo de Baena con el perfil de Twitter que usó para cargar contra los independentistas -como él mismo reconoció a Público-, pero sí han llevado a cometer errores al que fuera su número dos. 

El correo de Cuixart que no escribió Cuixart

Los giros del testigo le llevaban incluso a referirse a un supuesto correo electrónico en el que el líder de Òmnium planteaba “llevar a personas vulnerables a la votación del 1-O”, para luego reconocer -siempre a preguntas de las defensas- que el correo no lo escribió Cuixart. Lo habría escrito una mujer a la que identificó como “Yolanda”, asumiendo además que en este texto sólo planteaba “que había que garantizarse gente de todas las edades”. Y ni siquiera podía acreditar que el correo hubiera sido leído por su destinatario.

Ante preguntas del fiscal Fidel Cadena, el testigo se refería a la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, como “el canal para tramitar las leyes”, destacando el papel protagonista que, a su juicio, esta habría tenido en el procés.

No obstante, la letrada de Forcadell, Olga Arderiu, le ha hecho reconocer que de las 100 reuniones que aparecen en la agenda Moleskine, en sólo dos casos hay referencias a la asistencia de Forcadell.

De hecho, la primera fue convocada por la propia presidenta del Parlament, se celebró dentro de la cámara y tenía como fin “abordar cuestiones relacionadas con los presupuestos”. La segunda también transcurrió en el Parlament, y el testigo ha reconocido a Arderiu que “puede ser” que estuviera relacionada con la moción de confianza a Puigdemont, entonces president de la Generalitat.

Trapero y la unilateralidad

El testigo también se ha referido a otra reunión -en junio de 2016-, a la que asistieron Rovira, Junqueras, Turull, el entonces conseller de Exteriores, Raül Romeva, e incluso el expresident Artur Mas. En ella se habría concluido que la única opción para lograr sus objetivos políticos sería “tomar la vía de la unilateralidad”, según el testigo. Tampoco olvidaba cargar contra el major de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, al que ha descrito como una “figura imprescindible en la estrategia independentista”.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias

el redactor recomienda...