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Crisis en Andalucía tras el 28-A Vox le convalida al Gobierno de Andalucía la rebaja fiscal para quien más tiene y más gana entre amenazas de ruptura

El Ejecutivo andaluz llama partido “serio” a Vox para calmar sus iras y sostener “el cambio” en Andalucía, mientras el PSOE llama “derechita cobarde” a los ultras y Adelante Andalucía cree que son “un perro ladrador, pero poco mordedor”

La diputada de Vox, Ángela Mulas, en el Parlamento de Andalucía. Europa Press

raúl bocanegra

Más allá de las amenazas y exabruptos constantes que emite Vox, que cada cierto tiempo zarandea al Gobierno andaluz, a la hora de la verdad, los tres partidos que sostienen el experimento (VOX, PP y Ciudadanos) no han fallado ni una sola vez. Esta mañana, en el Parlamento de Andalucía, se ha repetido la escena que, por momentos, adquiere categoría de vodevil político. Vox, entre amenazas de no aprobar el presupuesto de la Junta (que el presidente Juanma Moreno tiene decidido votar después de las municipales) y grandes críticas, anunció, sin embargo, que convalidará el decreto-ley de rebajas fiscales para quien más tiene y quien más gana, que aprobó el Consejo de Gobierno a dos semanas de las elecciones generales. Impuestos y presupuestos van (casi) siempre de la mano.

De este modo, y ateniéndose a los hechos, la credibilidad de las amenazas de Vox al Ejecutivo de PP y Ciudadanos -al menos mientras ambos partidos crean que les conviene seguir con el experimento- es muy baja. Valga el ejemplo de la intervención en Pleno de la diputada ultra Ángela Mulas. Al mismo tiempo que anunciaba su voto favorable -impresicindible para su convalidación- al decreto-ley tachaba la reforma tributaria de PP y Ciudadanos de “muy corta”, de ser “una medida de marketing preelectoral”, de ser un “decretazo”, de suponer “reducciones ridículas en el IRPF”, y, en definitiva, de ser una tomadura “de pelo a los andaluces a las puertas de las elecciones”.

“No es honesto venir con la urgencia [el uso de la figura del decreto-ley tiene un requisito de urgencia] para que queden en tan poco. A nosotros nos han defraudado ya. Si la necesidad y la urgencia es tal, traigan reducción real y drástica de los impuestos”, agregó Mulas. Sin embargo, a la hora de la verdad, Vox votó a favor. “[Vamos] a votar a favor, porque supone reducir impuestos, y, aunque sea una reducción levísima, es una reducción, y al fin y al cabo, beneficia”, justificó la diputada ultra Mulas. Así sucedió también con la negociación de la investidura de Moreno. Vox pidió una luna de ultraderecha, pero aceptó y firmó lo que le puso por delante el PP.

Sin embargo, sus exabruptos tienen consecuencias a nivel político, de discurso. En esta ocasión, el Gobierno les dio credibilidad y se dedicó a templar los ánimos. Así, el consejero de Hacienda, Juan Bravo, en su turno de réplica, le dijo a la portavoz de Vox: “Tienen razón. Estamos en ese compromiso de seguir con la rebaja impositiva”. Y el consejero de la presidencia, Elías Bendodo, en paralelo al anuncio del voto favorable de Vox al decreto-ley, a la vista de que las amenazas de Vox de no sentarse a negociar los presupuestos si Pablo Casado no rectificaba sus críticas a los ultras y a Santiago Abascal corrían como la pólvora en los medios y las redes sociales, salió a defender los acuerdos y la estabilidad del Gobierno andaluz. “La estabilidad del Gobierno es lo primero. Por encima de campañas y partidos políticos”, dijo con total contundencia Bendodo.

“El cambio en Andalucía es imparable. Y está sustentado en tres patas: los dos partidos que configuran el Gobierno y Vox, que es una pata importante del cambio en Andalucía. Quiero dejar claro que el cambio en Andalucía es cosa de tres, aunque dos lideremos. El llamamiento que hago es que se sosiegue todo el mundo. Los acuerdos están firmados y se van a cumplir con todas las consecuencias. El acuerdo con Vox está plenamente vigente. Estamos en plena campaña electoral. Estamos en elecciones. Entramos en otras. Entiendo la excitación, pero nuestra obligación es aislar el debate del Gobierno”, agregó.

Bendodo evitó polemizar con Génova y dijo, ante los medios, lo que había salido a decir: “Yo hablo desde Andalucía. Lo más importante es que se materialice el cambio. Vamos a preservar el Gobierno y la estabilidad política en Andalucía por encima de todas las cosas”. Así, evitó tachar a Vox de partido de ultraderecha: “Son un partido legítimo, un interlocutor válido, con el que mantenemos una interlocución diaria. Son personas con las que se puede hablar. Son un partido serio”. El único lujo que se permitió Bendodo fue decir: “Vox es al PP lo que Podemos al PSOE”.

No solo el tono del bloque del PP en el Gobierno de Andaucía es bien suave. También el de Ciudadanos. Así, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Ciudadanos), evitó esta mañana calificar a Vox como extrema derecha, como ultraderecha, justo lo que había hecho Pablo Casado esta semana y había causado las últimas iras de Vox. "Las calificaciones que cada uno haga, que las resuelvan entre ellos", aseveró Marín, quien defendió además que él no le pone "nunca etiquetas a nadie" y no habla "de los demás”. “Bastante tengo con hablar de lo mío. Son los ciudadanos los que nos ponen etiquetas”, agregó. Marín remachó que Casado es el "responsable de lo que haya dicho”.

Marín subrayó que Vox es un partido que está en el Parlamento andaluz “legítimamente”. "Nuestra obligación es hablar con ellos de Presupuestos, igual que lo haremos con el PSOE-A y Adelante Andalucía”, dijo Marín, según recoge Europa Press.

Mientras, el portavoz del PP en el Parlamento, José Antonio Nieto, con las manos  más libres  que Bendodo, al no estar en el Gobierno, manifestó que no cree que Casado tenga que disculparse, como le han exigido los ultras para negociar el presupuesto, por "definir" a Vox como partido de extrema derecha. Nieto dijo que no se trataba de ninguna “descalificación" e instó a Vox a “fortalecer la mandíbula”.

"Lo que está a la derecha de la derecha es la extrema derecha y lo que está a la izquierda de la izquierda es la extrema izquierda. Vox es al PP lo que Podemos al PSOE”, dijo Nieto. "La mandíbula de cristal suele afectar a los boxeadores neófitos. No siempre se golpea, sino que también se recibe”, agregó el portavoz del PP. Nieto cree que esta formación se irá dando cuenta a través de la experiencia de que tiene que cambiar en lo que se refiere a este tipo de “ultimátum". "Nadie entendería que un partido serio base su apoyo o rechazo a unos presupuestos en algo tan peregrino”, como su ubicación en el espacio ideológico.

Perro ladrador, poco mordedor

Las amenazas de Vox al PP y a los presupuestos de Andalucía comenzaron la misma noche electoral. A las pocas horas de saberse que la exportación del proyecto andaluz a todo el país había fracasado con estrépito, Santiago Abascal, el presidente del partido de ultraderecha, xenófobo, antifeminista y antieuropeísta, ya manifestó que el presupuesto de la Comunidad estaba en riesgo. El PP “no está cumpliendo lo firmado y eso va a tener un efecto cuando haya que aprobar los presupuestos”, expresó.

Este miércoles, el presidente de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, ya después que Casado arremetiese contra el partido ultra y contra Abascal, manifestó en la red social Twitter lo siguiente: “Si hay que sentarse para negociar presupuestos, no es correcto pegarle una patada a la silla e insultar al que se tiene que sentar contigo para aprobarlos. No está bien y se corre el riego de que no haya ni siquiera posibilidad de iniciar contactos”.

Y esta mañana, el portavoz de Vox en la Cámara, Alejandro Hernández, remató las palabras de Serrano: “Si entendemos que el PP y Ciudadanos faltan a la letra y al espíritu del acuerdo de investidura que firmamos y encima a eso se le suman estas descalificaciones gratuitas de Casado, ahora estamos cerrados a negociar el Presupuesto”, recoge Europa Press.

Después de este episodio, la izquierda no le da credibilidad alguna a las amenazas de Vox. El portavoz parlamentario del PSOE-A, Mario Jiménez, tachó la actitud de Vox de “bravucona”. “Es un partido que se dedica al matonismo político, a la bravuconería, al escándalo, a intentar lanzar mensajes que después no somete al contraste, porque no permite que se le entrevisten”, y, sin embargo, después "se ha demostrado que la 'derechita cobarde' -expresión que Vox aplica al PP en España- son ellos”, ironizó Jiménez, según recoge Europa Press.

El parlamentario socialista acusó a los representantes de Vox de ser "muy dóciles" y "muy débiles en su relación con los fuertes", de ser unos "corderos" en el Parlamento andaluz que "maneja perfectamente el PP", de modo que "sólo son valientes contra los débiles, contra las víctimas de violencia de género, contra los inmigrantes".

Por su parte, el portavoz adjunto de Adelante Andalucía, José Ignacio García, alertó de que el Gobierno andaluz es "rehén de la ultraderecha”. García agregó que veía "mucha escenificación" entre PP y Vox, ya que, según ha explicado, en las cuestiones económicas y de fiscalidad están plenamente de acuerdo. “Son un perro ladrador, pero poco mordedor”, remachó Antonio Maíllo, portavoz de Adelante Andalucía.

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