Público
Público

Juicio independencia Marchena rectifica: permite una pregunta y un testigo explica cómo guardias civiles "orinaron encima" de una protesta

El presidente de la sala del Tribunal Supremo que acoge el juicio a la cúpula del procés catalán permite a la letrada que defiende a Jordi Sànchez y Jordi Turull formular una pregunta que sólo unos minutos antes tildó de impertinente. 

El presidente del tribunal que juzga el procés, Manuel Marchena (2d), durante la sesión de hoy en el Tribunal Supremo./EFE

A.l.m

En sólo unos minutos el presidente de la sala del Tribunal Supremo que debe enjuiciar el procés catalán ha pasado de tildar de "impertinente" una pregunta de las defensas a permitir que la formulasen. 

El testigo: "De los mismos balcones [del hotel] recibí un escupitajo". "Parece ser que nos orinaron encima", "notábamos cómo nos iban cayendo cosas"

El presidente de la Sala de lo Penal del Alto Tribunal, Manuel Marchena, impidió a la abogada de Jordi Sànchez y Jordi Turull, Ana Bernaola, que cuestionase al segundo testigo de la tarde de este miércoles, Josep Grima -llamado por esta defensa-, por si hubo algún "intento de agredir a guardias civiles" en una concentración frente al hotel en el que se hospedaban los agentes el 1 de octubre de 2017 -la jornada del referéndum soberanista-, en Calella, o por si los concentrados intentaron "asaltar" este centro hotelero. Las concentraciones ante los establecimientos en los que se alojaban los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil desplazados a Catalunya para frustrar el referéndum se sucedieron durante esta jornada y las posteriores, en protesta por las cargas policiales del 1-O.

Bernaola intentó hacer ver al magistrado que la Fiscalía sí pudo preguntar a varios guardias civiles por estas protestas, y los agentes llamados como testigos se explayaron sobre la agresividad de los concentrados, sin cortapisas. La letrada formuló "respetuosa protesta" ante la negativa del juez, y Marchena le instó nuevamente a enunciar "otra pregunta". 

Sin embargo, una vez concluido el turno del resto de defensas y de las acusaciones, Marchena rectificó y volvió a dar la palabra a la abogada. "Si lo desea puede formular la pregunta que antes se consideró impertinente", invitó. 

La letrada volvió a preguntar entonces si los concentrados "tenían una actitud violenta hacia la Guardia Civil, si lanzaban piedras, palos". El testigo lo negó -"Ni mucho menos"-, y explicó que la actitud de los concentrados era "más bien de gritos, de cánticos". Añadió que, en todo caso, esta actitud era achacable a los agentes: "De los mismos balcones [del hotel] recibí un escupitajo". "Parece ser que nos orinaron encima", "notábamos cómo nos iban cayendo cosas", apuntó. 

"Había una actitud un poco chulesca, estaban jugando con las armas y las porras extensibles", apostilló Grima. Según su relato, los agentes incluso descargaban "todas las armas", entre ellas "escopetas, pistolas y porras", a plena luz del día, y en una calle "con muchísimos críos". "Había muchísimo miedo", zanjó.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias