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Juicio independencia Marchena amenaza a un testigo del 'procés' con expulsarle de la sala y advierte de las "consecuencias penales" de contrariarle

La 44 sesión del juicio a la cúpula del procés catalán, en el Tribunal Supremo, debe acoger las comparecencias de 19 testigos, si bien los tres primeros han bastado para agotar la paciencia del presidente de la Sala de lo Penal, que ha abroncado a todos ellos, e incluso ha apagado el micrófono a la segunda y al tercero, al que incluso ha amenazado con expulsarle de la sala: "Si introduce cualquier elemento de debate o controversia será expulsado y asume las consecuencias"

El presidente del tribunal Manuel Marchena, junto a los magistrados, Andrés Martínez Arrieta (i) y Juan Ramón Berdugo (d), durante el juicio del "procés" | EFE

Tres testigos han bastado este martes para agotar la paciencia de Manuel Marchena, presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que ha hecho gala de su tono más acerado cuando aún no habían pasado 30 minutos del arranque de la 44 sesión del juicio a la cúpula del procés,  en la que está previsto que hasta 19 testigos desfilen ante el Alto Tribunal. 

Marchena, a la segunda testigo: "La fiebre no tiene ninguna trascendencia jurídica. No nos hable de su fiebre. Y no me replique"

El tercero de ellos, el abogado Lluís Matamala, se ganaba el reproche del magistrado antes incluso de comenzar a declarar. Pedía contestar en catalán, y Marchena hacía hincapié en que, como abogado, se remitía a "sus conocimientos" jurídicos, así como al criterio ya explicado por la sala sobre esta cuestión.

"Usted va a contestar en castellano. Si no quiere, usted se levanta, asume las consecuencias legales y hemos terminado", respondía el presidente del tribunal, pero el testigo seguía insistiendo. "No, no, no", respondía el magistrado, silenciándole el micrófono y advirtiéndole de que debía desistir de intentar entablar debate con él, si no quería ser desalojado de la sala.

"Si usted introduce cualquier elemento de debate o controversia va a ser expulsado", y "asume las consecuencias penales", cortaba. Momentos después, llamaba la atención de nuevo al testigo: "No me interrumpa. Cuando yo hable, usted guarda silencio"

Sólo unos minutos antes, cuando aún no había empezado el interrogatorio, Marchena le ordenó que quitase sus notas de su mesa, para depositarlas en otra adyacente. De hecho, con la segunda testigo ocurrió una escena bastante similar:  la filósofa Marina Garcés bajó la vista en alguna ocasión para consultar el "guion" que llevaba, granjeándose un rapapolvo del presidente de la Sala de lo Penal. "Usted no puede llevar un guion, la ley lo prohíbe. Para consultar un guion debe de consultar al tribunal", "deje ese guion", ordenaba a la testigo -que aseguraba que sí le habían autorizado a usarlo, antes de acceder a la sala-.

El abogado del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, responsable de la citación de esta testigo, intervenía en este punto, para verse de nuevo cortado por Marchena. "No vamos a entrar en el debate sobre qué puede o qué no puede tener el testigo", zanjaba.

"Le pregunto si tiene alguna relación con Cuixart, no cuánto tiempo lleva con un café pendiente", replicaba Marchena

El interrogatorio de Garcés también empezaba mal: como establece la ley, el presidente del tribunal le pedía que aclarase si conocía a alguno de los 12 procesados, y ella respondía que tenía "un café pendiente" con Cuixart -en prisión provisional desde octubre de 2017-. "Le pregunto si tiene alguna relación, no cuánto tiempo lleva con un café pendiente", cortaba el magistrado.

Poco después, preguntada por el 1 de Octubre de 2017, la jornada del referéndum soberanista, la testigo relataba que pasó la noche "con décimas", para verse de nuevo cortada por Marchena. "La fiebre no tiene ninguna trascendencia jurídica. No nos hable de su fiebre. Y no me replique".

Y, de manera similar, le instaba a ahorrarse "sus apreciaciones personales", que "no tienen ningún interés para el tribunal", cuando la testigo relató que "alucinó" el 1 de Octubre -si bien no tuvo tiempo de aclarar las causas-: "Usted no viene aquí para contar al tribunal su grado de alucinación o su estado febril". "Estas valoraciones no interesan al tribunal y no podemos perder el tiempo", espetaba. 

El testigo que desafió a Marchena

Por otro lado, si Marchena ha lucido su lado más duro con los dos testigos anteriores, ha sido el primero de la jornada quien ha ido más lejos con su tono y sus formas, en ocasiones desafiantes para con el presidente del tribunal. Ramón Font, portavoz de USTEC, el sindicato mayoritario en la enseñanza pública en Catalunya, , ha llevado al límite al magistrado al responder a una pregunta de la abogada del Estado, Rosa Seoane, si bien su tono ha sido casi constante durante su comparecencia.

Su insistencia sobre si debía o no responder con un monosílabo a Seonane, así como sus constantes alusiones a otras cuestiones sin responder directamente -"Hablarnos de la proximidad de la comunidad educativa con el alumno no tiene ningún sentido", que diría Marchena- enfadaban al magistrado presidente de la sala: "Esto tiene consecuencias legales si usted nos hace perder el tiempo". En este punto todavía quedaban 18 testigos por comparecer, y la jornada ya se anticipaba larga, bronca.

Quizás con esa previsión, Marchena recibía al cuarto testigo, Jaume Pich, con el mismo tono acerado. El testigo respondía que no tenía constancia de haber estado procesado, y el juez no aceptada esa fórmula: "Que usted sepa no, ¿ha estado o no ha estado?". En algunas sesiones el tono en la sala ha sido distendido, relajado. Hoy no es uno de esos días.

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