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Uxue Barkos: "Si Navarra vuelve a confiar en el cuatripartito, repetiremos"

La presidenta de la comunidad foral y candidata a la reelección por Geroa Bai reivindica una nueva apuesta por el gobierno del cambio: “ya no podemos hablar de experimentos, sino de una realidad política”.

La presidenta de Navarra y candidata de Geroa Bai, Uxue Barkos.

Hubo un tiempo en el que era ella quien hacía las preguntas. Uxue Barkos, ahora conocida por su papel como presidenta de Navarra, no olvidará jamás aquella época de periodista. De momento, prefiere mantener aparcada la profesión y seguir al frente del gobierno del cambio, ese mismo que puso fin a la hegemonía de la derecha en esta comunidad.

Son días frenéticos para Barkos. La campaña de Geroa Bai, la coalición liderada por la presidenta, incluye actos diarios en distintos puntos del mapa navarro. Así, en plena tormenta electoral, la presidenta de Navarra habló con Público en su despacho.

Supongo que llevará una semana bastante agitada…

La verdad que las campañas sacan lo mejor de nuestros equipos y lo peor de los candidatos en acción (risas). Son días en los que el encuentro con la militancia es gratísimo, pero es verdad que la relación con los adversarios se hace más ácida.

¿Qué valoración realiza de estos cuatro años de gobierno cuatripartito?

Todos los actores que hemos participado en este gobierno del cambio podemos sentirnos muy orgullosos. Ya no podemos hablar de experimentos, sino de una realidad política. Se trata de un gobierno que en Navarra no se había conocido en más de 40 años, un gobierno por el que no muchos apostaban, que viene de la mano de tres coaliciones (Geroa Bai, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra) y un partido (Podemos). Teníamos una responsabilidad enorme ante muchas y muchos navarros que llevaban tiempo anhelando un cambio que el Partido Socialista de Navarra nunca nos permitió. Frente a toda la incertidumbre que se generó en su momento, las cifras y la estabilidad política hablan de lo que hablan: cuatro presupuestos en tiempo y forma, una reforma fiscal que ahora parece que la izquierda en España entiende que es tan necesaria, una sociedad más cohesionada en el ámbito social… En síntesis, una enorme satisfacción.

¿Qué se encontró cuando llegó al Gobierno?

Una caja de Hacienda Foral absolutamente exhausta y una deuda que había crecido exponencialmente durante los ocho años anteriores. En 2007, Navarra tenía en la caja de la Hacienda Foral un remanente de 1200 millones de euros; cuando yo llegué en 2015 tenía 50 millones de euros. Con eso no pagábamos un mes de la función pública navarra. Con esto quiero explicar que era una situación difícil que tampoco hicimos pública en toda su extrema gravedad. Lo que nos tocaba era tirar del carro, ordenar cuentas… Al final, una gestión eficaz ha dado resultado.

Se supone que si un cargo público acaba su periodo y busca continuar en el cargo, habrá cosas que no ha terminado de hacer y otras que quiere seguir haciendo. ¿Es su caso?

Creo que las cuatro formaciones que sostenemos el gobierno somos conscientes que de lo planteado en aquel acuerdo programático que firmamos en 2015 queda mucho por hacer. Lo que está perfectamente dirimido es el rumbo que queríamos ofrecer al conjunto de la ciudadanía navarra, con una presencia mucho más ambiciosa en Europa, con un reconocimiento y un encuentro con las regiones -sobre todo con la Comunidad Autónoma Vasca, hacia la que UPN tanto se había empeñado en vivir de espaldas-. También tenemos el orgullo de nuestra pluralidad identitaria, que es una riqueza. Ha habido quienes aquí en Navarra se han empeñado en enfrentar a la ciudadanía por mor de sus identidades, y eso es una auténtica salvajada. Queda mucho por hacer, y ese será el rumbo.

Si los números lo permiten, ¿ve factible reeditar el cuatripartito?

"El PSN no ha tenido el valor de arriesgarse y trabajar desde posiciones progresistas por otro modelo de sociedad"

Si la ciudadanía de Navarra vuelve a confiar en el cuatripartito, no tengo ninguna duda. Estoy convencida que de la forma en que hemos trabajado estos cuatro años se puede trabajar muchos más. Si en esa mayoría incluso pudiéramos sumar otras realidades, como la que sobre el papel representa el PSN… digo sobre el papel, porque en estos cuatro años no hemos visto su acompañamiento en cuestiones sociales muy básicas como presupuestos, renta garantizada… materias que nada tienen que ver con posicionamientos identitarios. No han tenido el valor de arriesgarse y trabajar desde posiciones progresistas por otro modelo de sociedad.

¿Qué relación tiene con el gobierno, ahora en funciones, de Pedro Sánchez?

He de reconocer que la relación que ha mantenido tanto con el gobierno de Sánchez como con el anterior de Mariano Rajoy ha sido cortés y solvente. En principio, siempre resulta más fácil con aquellos gobiernos con los que mantienes una sintonía en términos políticos e ideológicos. En ese sentido, es mucho más fácil la relación con el gobierno de Sánchez, aunque debo decir que no estoy satisfecha ni mucho menos. Hay un debe en torno a la palabra dada –no a la presidenta, sino a la sociedad de Navarra- sobre la transferencia de tráfico que no hemos visto concretarse en estos meses de gobierno.

¿Ha hablado con Sánchez tras el 26 de abril?

No ha habido ocasión. Entiendo que en estos momentos tiene sus prioridades en el seno del Congreso. Ahora bien, si el domingo 28 las urnas me vuelven a colocar en la misma posición, habrá tiempo de hacerlo.

"Trilerismo político"

¿Le sorprendió el acuerdo electoral alcanzado entre UPN, PP y Ciudadanos en Navarra?

Creo que ha sido una suerte de ejercicio de cierto trilerismo político. Recuerdo hace cuatro años cuando Javier Esparza, candidato de UPN, decía que no permitirían ataques como los de Ciudadanos al autogobierno navarro. Yo aconsejo la lectura del programa de UPN para estas elecciones, sobre todo lo que dice en torno al autogobierno navarro. Tenemos una enorme preocupación por la política de UPN, cuya razón de ser en su surgimiento era la defensa del fuero y ahora nos encontramos que es el Caballo de Troya que va a meter a Ciudadanos en el Parlamento de Navarra, un partido que quiere acabar con elementos básicos de nuestro autogobierno, como el Convenio en el caso de Navarra y el Concierto en la Comunidad Autónoma Vasca. Esto es una absoluta aberración política.

Luego hay otro partido, Vox, que directamente plantea suprimir las autonomías…

"Nos hemos encontrado con víctimas de ETA a las que gobiernos anteriores de UPN no habían hecho ni caso"

Yo siempre digo que Vox daría risa sino fuese porque me preocupa su sustento sociológico, ese sustrato de exaltación del franquismo que sigue existiendo en nuestra sociedad. Ha habido políticas públicas que no han sido capaces de explicar a la ciudadanía que es una dictadura y qué es un dictador. En ese sentido, desde el gobierno de Navarra hemos impulsado políticas de memoria que han puesto en valor la dignidad de los asesinados y de sus familias. Por cierto, también respecto a la memoria más reciente, relativa al horror vivido en torno al terrorismo, nos hemos encontrado con víctimas de ETA a las que gobiernos anteriores de UPN no habían hecho ni caso. Luego, cuando escucho a gente de UPN o del PP utilizar y manosear el dolor de las víctimas de ETA buscando réditos electorales, me produce náuseas.

Precisamente, hace ahora un año, nada más producirse la disolución de ETA, el lehendakari Iñigo Urkullu y usted dieron a conocer una declaración en la que asumían una serie de compromisos a favor de la convivencia. ¿Ha habido avances?

Se trabaja, lógicamente, de una manera enormemente discreta. En estos cuatro años, las políticas públicas de reconocimiento de la memoria más reciente apuntan también en ese sentido.

El Gobierno de Navarra que usted preside mostró su apoyo a las familias de los jóvenes de Altsasu encarcelados. ¿Si sigue en el gobierno, se mantendrá ese respaldo?

Por supuesto que vamos a estar acompañando a sus familiares, porque aquí ha existido una desproporción absoluta. Hemos visto además cómo la propia Audiencia Nacional ha reconocido que no existió un delito de terrorismo. Esto es tremendo e inaceptable.

Hubo otro caso que llevó a Pamplona a los medios: La Manada.

Fue tremendamente desagradable saber que no muy lejos de las puertas de este palacio una persona ha sufrido de esa manera tan brutal y vejatoria. Aquella agresión traspasaba los límites de lo nauseabundo. También quiero recordar la reacción de esta ciudad, en plenas fiestas, que vestida de blanco y rojo supo pararlo todo para llenar la Plaza del Castillo y decir no a las agresiones. A mí me gustaría saber cuántas ciudades, durante unas fiestas como estas, son capaces de hacer algo así. Es cierto que Pamplona fue escenario de aquella barbaridad, pero no menos cierto es que Pamplona fue también el escenario en el que aquella barbaridad se denunció sin asomo de duda. A partir de ahí se ha producido una suerte de convulsión en la lucha de la mujer por sus derechos.

Para terminar, una pregunta más. ¿Qué va a hacer el lunes 27?

Antes, el domingo 26, habré leído los datos de las urnas. En función del margen de tranquilidad que nos den esos datos, sabremos cuál será el esfuerzo de diálogo que las fuerzas políticas tendremos que hacer. Evidentemente, si vuelvo a tener la oportunidad de dirigir este gobierno del cambio, el 27 estaré aquí. Si lo que me corresponde es trabajar en otro sentido, lo haré exactamente igual. Mi convicción es que si Geroa Bai no consolida la capacidad de dirigir nuevamente ese gobierno del cambio, va a ser francamente difícil que se pueda producir. Y ojala también que me pueda coger unos días, que llevo año y medio sin vacaciones.

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