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Despoblación España vaciada: la despoblación se lleva más de 1.200 concejales en ocho años

La pérdida de habitantes de los pequeños municipios recorta el número de ediles de los pueblos en un fenómeno cada vez más intenso en Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León.

El vaciado de los pueblos por el envejecimiento y la despoblación merma. EFE

EDUARDO BAYONA

La pérdida de población de la España vaciada ha provocado la supresión de 1.220 concejales entre las elecciones municipales de 2011 y las que se celebran este domingo 26 de mayo. Según los datos facilitados por los ministerios de Política Territorial y del Interior, la cifra de ediles que se eligen ha pasado de 68.230 a 67.010 en solo ocho años.

Ese descenso del número de concejales se debe, básicamente, a la tendencia a la baja que presentan los municipios en función de su tramo de población, que es la base sobre la que, de acuerdo con la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), se calcula cuántos ediles corresponden a cada ayuntamiento.

La cifra de vecinos con derecho a voto es normalmente inferior por incluir menores de edad y extranjeros que no pueden ejercerlo, aunque sí computan para determinar la composición del consistorio.

Esta norma asigna tres ediles a los municipios de hasta cien vecinos, cinco entre esa cifra y 250, siete para los de 251 a mil, nueve a los que tienen entre uno y dos millares y once a aquellos cuyo padrón se encuentra entre los 2.000 y los 5.000. A partir de ahí, en lo que ya son poblaciones medianas y ciudades, existen otros cuatro tramos: trece concejales entre 5.001 y 10.000 habitantes, diecisiete de ahí a 20.000, veintiuno para los de 20.001 a 50.000 y veinticinco entre los 50.001 y los 100.000, a los que se añade uno por cada 100.000 residentes y otro más cuando resulte una cifra par.

La combinación de esas reglas con el proceso de despoblación que llevan décadas sufriendo las zonas rurales del país ha provocado, en un fenómeno que tiene más que ver con la distribución geográfica de los vecinos que con su volumen conjunto, una merma constante del número de concejales que se eligen en cada convocatoria.

Una merma constante

Este osciló, con altibajos, entre los 67.505 y los 65.201 en las primeras ocho convocatorias municipales de la democracia, entre 1979 y 2007 para dispararse hasta los 68.230 en las de 2011, aunque no por un motivo demográfico sino administrativo: la reforma de la Loreg en marzo de ese año transformó en ayuntamientos de tres o cinco concejales la mayoría de los concejos abiertos, que eran los pueblos de menos de cien habitantes en los que, hasta entonces, los ciudadanos elegían directamente al alcalde.

La reducción del número de ediles que se eligen en las municipales ha sido constante: 380 hace dos legislaturas y 740 en la pasada

Eso provocó un aumento de más de 2.000 actas de concejal, que en la siguiente legislatura fue ligeramente corregido a la baja al optar las asambleas de vecinos de algo más de medio centenar de esos municipios por recuperar su sistema tradicional.

Desde entonces, la reducción del número de ediles que se eligen en las municipales ha sido constante: 380 hace dos legislaturas y 740 en la pasada, lo que da un total de 1.120 mientras, paralelamente, aumentaba el número de municipios aumentaba en quince.

Entre 2011 y 2018 (no hay datos de 2019), el país perdió 467.513 habitantes empadronados, aunque la razón de la merma de concejales no se encuentra tanto en ese dato como en el cambio de tramo que han sufrido los pueblos de la España vaciada.

El aumento de los micromunicipios

En esos ocho años, el número de municipios con menos de cien habitantes aumentaba en 290 mientras los de entre el centenar y los 5.000 caían en una cifra similar: 98 los cien a quinientos, 52 los de entre esa cifra y los mil, 59 los de uno a dos millares y otros 52 los de 2.000 a 5.000.

Cada vez hay más micromunicipios y menos pequeños mientras aumentan los medianos y los grandes, en un proceso de concentración de la población hacia estos últimos provocado, principalmente, por la falta de oportunidades y la carencia de servicios de los primeros.

Es una de las brechas demográficas del país. Y lleva décadas abriéndose, intensificándose. En menos de veinte años, de 1999 a 2018, y con 23 más en el cómputo global, en España hay 584 pequeños pueblos menos y 455 micromunicipios más mientras los medianos y los grandes aumentaban en 152.

El fenómeno, que al mismo tiempo dificulta a los partidos la presentación de candidaturas, es especialmente intenso en comunidades como Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León, las cuáles han visto cómo en ese periodo su cifra de micromunicipios aumentaba, respectivamente, en 71, 78 y 271 para pasar a suponer, en las dos últimas, en torno al 30% del total, casi uno de cada tres.

En Extremadura pasaban de uno a diez, con un avance de 26 en el tramo de los de entre cien y quinientos vecinos que hace que el 30% de los pueblos de la comunidad no alcance el medio millar de habitantes censados. En Aragón, con 544, ya son casi tres de cada cuatro, una tasa ligeramente superior, aunque de apenas un punto, a la de la meseta.

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