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Elecciones 26M La división de la izquierda y los votos perdidos del 26M

El 26-M es la prueba definitiva de que la división no suma ni multiplica el campo político de la izquierda, pero no es el único motivo de la debacle: la falta de estructura territorial y el alejamiento con las bases son otras de las claves. 

El candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, junto al coordinador federal de IU, Alberto Garzón, y otros dirigentes principales de Unidas Podemos tras las pasadas elecciones del 28-A. EFE/J.P. Gandúl

La izquierda se ha sumergido en un cruce de reproches sobre la debacle de los resultados electorales del 26-M. Desde el entorno de Íñigo Errejón culpan a Podemos por la pérdida del Ayuntamiento, mientras que Pablo Iglesias hace "autocrítica" con los resultados a nivel general pero avisa a "los aliados" de que es hora de que ellos también la hagan. Personas cercanas a los dos fundadores de Podemos han pedido la dimisión de su contrario y vuelve a estar sobre la mesa la convocatoria de un Vistalegre III que, de momento, tardará unos meses en llegar. La dirección del partido quiere poner el foco sobre la formación de los futuros gobiernos, pero varios dirigentes reconocen que tarde o temprano tiene que llegar este momento en el que se abra el debate sobre el futuro de la formación. 

Aunque no se ha profundizado en ningún análisis por parte de la dirección del partido morado, hay algunas claves internas que ayudan a entender los resultados. Pablo Iglesias ya ha apuntado a la división de la izquierda y a la falta de estructura territorial. El secretario general de Podemos ha reconocido que la "implantación territorial" es un gran desafío del partido que tendrá que debatirse en los próximos meses. También hay otros dirigentes de la Ejecutiva de Podemos que reconocen que la institucionalización les ha llevado a un alejamiento de las bases y a una pérdida de contacto con el tejido social en muchos de los territorios. Uno de los motivos de la bajada de votos en las generales, pero que se refleja aún más en las elecciones autonómicas y municipales. 

En las próximas semanas se convocará un Consejo Ciudadano Estatal en el que se hará un análisis más profundo, pero el foco seguirá puesto en las negociaciones para formar gobiernos municipales, autonómicos y estatal. Iglesias lo ha dejado claro y ha lanzado un mensaje al resto de formaciones de izquierdas: "Nos equivocamos si nos empezamos a tirar los trastos a la cabeza y no a colaborar, cada uno desde las fuerzas que tiene, para construir un bloque de gobernabilidad que apueste por los derechos sociales".

La división de la izquierda conlleva la idea de que importan más los sillones que el proyecto ideológico

Fuentes del partido aseguran que quieren evitar la confrontación con otras formaciones como Más Madrid y que aspiran a abrir un espacio de negociación en todos los territorios para fomentar el entendimiento y evitar más "espectáculo". La división de la izquierda lleva consigo la idea de que importan más los sillones que el proyecto, aunque todavía es pronto para analizar si hay sitio para una "nueva izquierda", como apunta Errejón respecto a Más Madrid.

Por el momento, y según los datos, lo único que se puede sacar en claro es que la división no amplía el campo político. Esto ocurre en Madrid y en el resto de Comunidades Autónomas y ciudades en las que han gobernado alcaldes del cambio. Los resultados de las elecciones del 28-A ya demostraron que la fragmentación de la izquierda divide. Unidas Podemos consiguió mejores resultados en todas las Comunidades Autónomas que sus exaliados de 2016, pero entre todas las formaciones se dejaron muchos votos por el camino. La izquierda llegó aún más dividida al 26-M y ha salido aún peor parada

Las pérdidas en Madrid, Zaragoza y Valencia

Manuela Carmena no habría conseguido ser alcaldesa aún con todos los votos de Madrid en Pie si Carlos Sánchez Mato no se hubiera presentado. La suma de las dos formaciones darían 546.845 votos, lo que se traduciría en 20 escaños que son insuficientes para aupar a Carmena de nuevo a la Alcaldía. Pero para hacer una lectura de lo sucedido en la capital, hay que tener en cuenta que Más Madrid no cuenta con todas las fuerzas que sí sumaron en 2015: IU, Podemos, Ganemos y movimientos sociales con los que la alcaldesa decidió no contar para el nuevo partido. Aunque Sánchez Mato no se hubiera presentado, Más Madrid no supondría la unidad que sí logró en los pasados comicios.

Otro de los grandes desastres de la división ha sido Zaragoza. El Ayuntamiento del cambio que lideró Pedro Santisteve se ha perdido y ahora las derechas suman. Zaragoza en Comú fue la lista unitaria de 2015 que ha pasado de nueve a tres diputados y Podemos sólo ha conseguido dos escaños presentándose por separado. Además, en la ciudad de València, Podemos y Compromís no han ido juntos y el partido morado se ha quedado sin representación.

Ninguno de los alcaldes del cambio gallegos podrán revalidar sus mayorías. En A Coruña, Xulio Ferreiro debe conformarse con un tercer puesto y 6 escaños, frente a los 9 que consiguió en las pasadas elecciones. Martiño Noriega (Compostela Aberta) pasa de 10 a 5 concejales, mientras que el descalabro de Jorge Suárez, en Ferrol, es aún mayor y se queda en 3 concejales, frente a los 6 que logró en las pasadas elecciones. Ni Noriega ni Suárez fueron en listas unitarias. 

Los números en las Comunidades

Los resultados son negativos porque Podemos ha descendido en votos en todas las Comunidades Autónomas, aunque mirando los números donde menos se ha bajado ha sido en La Rioja y Extremadura, dos de los cuatros territorios en los que la izquierda se ha presentado bajo una lista unitaria. En Baleares, que también han conseguido unos resultados de los menos malos al poder revalidar el pacto con el PSOE y el Més, también se han presentado bajo el paraguas de Unidas Podemos. La otra lista unitaria ha sido en Castilla-La Mancha, pero allí el resultado ha sido muy negativo al no obtener representación. El líder de Podemos en la región, José García Molina, ha dimitido por los resultados

En la Comunidad de Madrid la división no ha sumado más de lo que ya tuvieron en las pasadas elecciones. Errejón aspiraba a ampliar el campo político, pero no consiguió el resultado esperado. Los votos juntos de ambas formaciones; Más Madrid con 471.538 votos y Unidas Podemos con 179.046, habrían logrado 650.548 votos posicionándose como tercera fuerza política. 

En la mayoría de Comunidades la suma de las izquierdas habría conseguido mejorar sus posiciones

En Asturias Podemos es la cuarta fuerza con 57.893 votos y cuatro diputados, mientras que IU es la quinta con 34.776 y dos diputados. Si hubieran ido juntas las dos formaciones ascenderían hasta el segundo puesto con 92.669 votos, sólo con el PSOE por delante. Y, aplicando el Sistema D’Hondt, habrían logrado ocho diputados. 

En Aragón la suma de Podemos, IU y Equo los posicionaría con 75.483 votos y ocho diputados frente a los cuatro escaños que tienen ahora mismo al presentarse por separado. Además, si se sumara con el CHA llegarían a los 116.943 votos y ser la tercera fuerza. 

En Canarias Izquierda Unida no ha conseguido superar la barrera autonómica y se ha quedado sin representación con 9.178 votos. Mientras que en Cantabria ni Podemos con 10.120 votos ni IU con 6.150 han logrado un escaño. Si hubieran ido juntos hubieran conseguido al menos un escaño. En Castilla y León también hubieran mejorado su representación ya que la suma de Podemos y Equo se quedó en la quinta fuerza con 67.918 e IU se quedó en 31.352 votos y ningún escaño. Juntos habrían sido cuarta fuerza con 99.270 votos. 

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