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la retirada de Maíllo Antonio Maíllo, en su despedida, seis años y un día después: “Los niveles de tensión de la vida política son incompatibles con una vida saludable”

El coordinador de IU en Andalucía deja su escaño y el cargo y regresa a su puesto como profesor de clásicas en un instituto de Aracena (Huelva)

Antonio Maíllo, por Laura León, en una imagen de archivo.

raúl bocanegra

Chaqueta azul, camisa blanca, pantalón beige, zapato marrón, atado con doble lazo, de amplia y acolchada suela, rostro relajado. El sol de IU a su espalda. La izquierda, el eslogan de la organización, al lado. Seis años y un día después de haber accedido a la coordinación general del partido en Andalucía, Antonio Maíllo, contó a la prensa que “está como un niño con zapatos nuevos”, aliviado, porque lo deja, porque regresa a lo suyo, la docencia. El Instituto San Blas de Aracena (Huelva) le espera para retomar las clases de latín, para lo que tiene que ponerse a estudiar de nuevo, cuanto antes. “Me apetece mucho. Aracena es un sitio formidable para trabajar”, dijo.

“Me he dejado la piel y algo más. Se me pueden criticar errores, pero no la dedicación que he tenido”, dijo en una multitudinaria rueda de prensa, en la que se le despidió con cariño. Maíllo se va entre los aplausos y el calor de propios y extraños, de toda la clase política andaluza (hasta el presidente de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, dejó un respetuoso tuit de despedida). “Tengo que agradecer la cortesía y el respeto, independientemente de las discusiones políticas. Hay mucha fraternidad desde el punto de vista personal. Quiero agradecérselo a los grupos, especialmente al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno”.

Maíllo nombró también a Susana Díaz (PSOE), a Juan Marín (Ciudadanos), a Sergio Romero (Ciudadanos), a Mario Jiménez (PSOE) y a su compañera Teresa Rodríguez (Podemos). La mayoría de ellos conocieron su decisión por él mismo antes de que lo hiciera público, este domingo, mediante un teletipo de Europa Press.

Tal vez su legado más relevante, más allá de su apuesta política por la unidad y el fortalecimiento de la izquierda y la integración de IU en un proyecto que se pretende de mayorías, Adelante Andalucía, sea ese: haber intentado -e incluso a veces conseguido- que en la política andaluza hubiera siempre un espacio para el entendimiento entre diferentes y la cordialidad propia de una buena educación.

Cuando llegó, hace seis años y un día, “no existía Podemos, Ciudadanos era un partido solo en Catalunya. Rajoy tenía la hegemonía”. “Con el tiempo, el sufrimiento se convertía en placer. Han sido años muy duros. No hemos tenido descanso, no hemos tenido tregua. Estoy orgulloso de haber mantenido la organización cohesionada, con críticas, pero no con rupturas, IU está hoy arraigada desde la pluralidad. Estoy orgulloso de haber resistido en 2015 cuando todo apuntaba a que desaparecíamos. Y por poco desaparecemos. Esos resultados fueron claves porque permitieron hacer la confluencia en Andalucía”.

Maíllo manifestó que ha vivido momentos muy difíciles. Entre ellos, citó la traumática ruptura del cogobierno con el PSOE, justo antes de las elecciones de 2015, que le llevó a sacar una relevante conclusión. “Aquello mostró un aprendizaje -a través de un análisis dialéctico, de la experiencia- que trasladamos a los compañeros del resto del país. El PSOE no es un agente de cambio que vaya a acometer cambios estructurales”, dijo. “Estoy orgulloso del trabajo hecho.en estos años tan complicados. Más de un día no he podido dormir pensando en el futuro de IU”, añadió.

¿Ese aprendizaje se aplica hoy a la apuesta de Pablo Iglesias de entrar en el Gobierno? “A mí me merece toda la confianza Iglesias. Coincido con Alberto [Garzón], a ver qué va a hacer este gobierno y confío en Pablo que tuvo el mérito, el solo se llevó a la espalda las generales, de asumir un liderazgo en un momento muy complicado, que quiero reconocerle. Su análisis es digno de escucha y atención. Mi opinión es que una estructura como la del Estado, el PSOE no va a querer gobernarla con nosotros, porque tiene que responder a Europa”. “Andalucía tiene un papel importante en el proceso de confluencia que hay que hacer a partir de ahora”, reflexionó.

La gran decepción política de estos años fueron para Maíllo los resultados de Adelante Andalucía en las autonómicas del pasado 2 de diciembre. “No contribuimos a un cambio, a un cambio de izquierdas. [Eso supuso] una profunda decepción”, dijo. “Dejo un Parlamento muy diferente, hasta en lo estético. Hemos asistido a un debate de presupuestos dramático, en el que el polo de debate era entre la derecha y la extrema derecha. Eso tenemos que ver cómo afrontarlo”.

Los motivos del adiós

¿Por qué se va Antonio Maíllo? Estos son sus motivos: “No huyo de nada. Sí hago una reflexión. Mantener este diapasón elevadísimo en política no es sostenible de manera permanente. No es sano mantener este nivel de tensión en la vida de uno. Yo soy docente. Llevo desde los 23 años. He estado dando clase 20 años. Hemos vivido años muy agitados. Los niveles de estrés, de tensión, son incompatibles con una vida saludable. Quiero contribuir a la necesidad de que la política se convierta en una actividad que permita conciliar con la vida humana, con el bien vivir, que estar en un puesto de responsabilidad no sea vivir del susto o muerte. Esa reflexión la hago”.

Maíllo agregó: “Tuve un cáncer de estómago [que ya ha superado]. Estoy contentísimo de estar aquí. Tengo actividad. Es una reflexión, que no me la quiero jugar. Acaba el ciclo electoral. Vale la pena luchar contra el sistema, pero no vale la pena luchar contra la biología".

Ahora, Maíllo se va a Madrid a un curso de latín. Quiere estudiar portugués. “Me han dicho que ahora viene una fase de desintoxicación y que luego puede haber añoranza, pero creo que no voy a tenerla. Tengo 52 años. Llevo 22 años en la enseñanza. Soy más profesor que político”. Maíllo manifestó que seguirá participando de los debates, pero deja la primera línea de fuego.

Sobre quién le gustaría que le sucediese en la dirección de IU, Maíllo manifestó: “Hoy presento mi dimisión como coordinador y la presento a todos los efectos. Yo no voy a llevar el proceso. Hay que cubrir la vacante. No cambia la dirección. Tiene que cubrirse mi vacante”, dijo. A quien le toca pilotar el relevo es a Ernesto Alba, secretario general del PCA, quien siguió con rostro serio toda la rueda de prensa.

Maíllo, al final, deslizó un guiño. “[Me gustaría que al cargo accediese] alguien que sea inteligente y estupendo”.

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