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El nuevo Gobierno Sánchez hace un Gobierno sin medir los tiempos, a cuentagotas, de bajo perfil político y menos paritario

El presidente del Gobierno "comunicará" al rey el domingo todos los nombramientos, pero no se plantea acudir a Zarzuela.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI, tras prometer su cargo en el Palacio de la Zarzuela en Madrid.- EFE/Juan Carlos Hidalgo POOL

Caben pocas más contradicciones y rectificaciones en la formación del Gobierno de Pedro Sánchez. Tanto en los tiempos y en la forma de darlo a conocer, como en los objetivos políticos que en principio se habían marcado desde el Palacio de la Moncloa: ni será un Ejecutivo más político y, de momento, el porcentaje de mujeres en el Consejo de Ministros será menor que en el anterior.

Lo más inexplicable es cómo Sánchez ha manejado los tiempos para dar a conocer el Gobierno, con informaciones totalmente contrapuestas nacidas del mismo seno del Ejecutivo y de voces autorizadas. Así, el domingo, día 5 de enero, tras finalizar la sesión de investidura fallida, se aseguraba desde el entorno más cercano al presidente que si el martes, día 7, salía investido presidente, se daría a conocer el nuevo Gobierno de forma inmediata.

Llegó el martes día 7 y Sánchez salió elegido. Minutos después, desde la Vicepresidencia del Gobierno, se aseguraba que al día siguiente se conocería el Gobierno y que el primer Consejo de Ministros sería el día 10. Se llegó a decir, además, que Sánchez tenía tanto los nombres como la estructura totalmente ultimada, porque llevaba dos meses trabajando en ello. Sin embargo, sólo tres horas después, desde el PSOE se informaba que Sánchez no daría a conocer su Ejecutivo "hasta la próxima semana", sin dar más explicaciones.

Sólo día y medio después, el jueves día 9, a primera hora de la mañana, desde la Moncloa se empieza a informar a cuentagotas del nuevo Ejecutivo, aunque con un orden que parece claramente buscar una intención política: primero confirma la vicepresidencia de Pablo Iglesias y los ministros de Unidas Podemos; posteriormente anuncia que habrá cuatro vicepresidencias, cuando siempre se había hablado de tres, y posteriormente se van dando los nombres de quienes tendrán esta responsabilidad uno a uno.

Ese mismo jueves se informa de que Sánchez comunicará el domingo al jefe del Estado su Gobierno y, posteriormente, lo hará público en una rueda de prensa. No había que esperar ya hasta la próxima semana.

Y ya el viernes se convirtió en un rosario de filtraciones con los nombres de los nuevos ministros y nuevos ministerios (y algunos errores informativos), que desde La Moncloa se confirmaban, o no, media hora después de que algún medio lo hubiera adelantado.

Luis Arroyo, consultor de Comunicación y ex asesor de Pedro Sánchez, descarta por completo que haya detrás de esta serie de acontecimientos una estrategia de comunicación planificada. “Eso no es posible”, afirmó a Público, “esto puede responder más bien a que había unas perspectivas que no se han cumplido y se han precipitado en los anuncios”, afirmó.

Para Arroyo esto no hace bien a la imagen del Gobierno y traslada una sensación de frivolidad y cierta improvisación, “pero tampoco es un hecho tan grave y ha pasado en otras formaciones de Gobierno”, apuntó.

No son pocos los que achacan este dislate al carácter impulsivo de Pedro Sánchez, que en muchas ocasiones toma decisiones rápidas y quiere llevarlas a la práctica cuanto antes.

En este sentido se apunta que puede haber ocurrido que Sánchez no ha hecho el Gobierno que quería y le han “fallado” algunas personas con las que quería contar y le han dicho que "no" en el último momento.

Ni más político, ni con más porcentaje de mujeres

Pero no todo ha quedado en el dislate de cómo se ha informado de los nombramientos del Gobierno. Tampoco se han cumplido los objetivos que se apuntaban desde el PSOE para el nuevo Gobierno: ni será más político, ni habrá un porcentaje mayor de mujeres.

Hasta ahora, los nuevos nombres que se han incorporado al Gobierno tienen un marcado perfil técnico, como es el caso de José Luis Escrivá en el Ministerio de Seguridad Social o el de Arancha González en Exteriores, con la excepción de Salvador Illa, secretario de Organización del PSC y nuevo ministro de Sanidad.

En este sentido, no ha habido un cambio en los restantes ministerios en busca de perfiles más políticos y se ha optado por la continuidad de personas que no están vinculadas directamente al partido y que son mas de cualidades técnicas.

En cuanto a la paridad, cercanos colaboradores de Sánchez garantizaban que sería un Gobierno con más presencia de mujeres que el anterior. Y tampoco ha sido así. El primer Gobierno de Sánchez tuvo 6 hombres y 11 mujeres (35%/65%); y a falta de conocerse tres nombres más (en las área de Justicia, Política Territorial y Cultura), en el nuevo Gobierno hay nueve ministros y diez ministras (48%/52%). Ni en el caso de que los tres nombramientos que faltan recayeran en mujeres se superaría el porcentaje de hace año y medio.

La singularidad en el proceso de la formación del Gobierno parece que se va a culminar el domingo, ya que no está claro que Pedro Sánchez acuda a comunicar personalmente al rey el nuevo Gobierno. Desde el Gobierno sólo se asegura que "se comunicará", pero no en qué forma

En realidad, según informó la agencia Efe, Sánchez no necesita acudir a Zarzuela ya que no está tasada la fórmula para comunicar al jefe del Estado el nuevo Ejecutivo. Desde el Gobierno no se aclara si finalmente acudirá el domingo a ver al jefe del Estado, aunque todo apunta a que lo hará telefónicamente, pero lo que sí se garantiza es que se le ha comunicado al rey con antelación cada nombramiento que luego se ha conocido públicamente.

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