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Emergencia del Covid-19 Sanidad defiende que los test defectuosos tenían la marca CE y que el fabricante es un "proveedor de confianza"

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, asegura que se "verificó al fabricante" y que ya le han pedido que cambie los test defectuosos. Illa advierte de que "quedan momentos muy duros" y avanza que no cesará a nadie de su equipo.

Salvador Illa en el Congreso
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, este jueves durante su comparecencia en el Congreso / EFE, pool

Los 9.000 test defectuosos para la detección rápida de la covid-19 fueron comprados a un proveedor nacional "de confianza" y estaban registrados bajo la marca CE. Esta es la versión que defiende Sanidad sobre la adquisición de miles de pruebas rápidas que resultaron defectuosas y que, según se precisa desde el Ministerio, ya han sido devueltas y se ha solicitado al proveedor que las cambie por otros test funcionales.

El encargado de dar la respuesta del Gobierno a esta información ha sido el propio titular de Sanidad, Salvador Illa, que este jueves ha comparecido en el Congreso para dar explicaciones sobre la gestión del Ejecutivo en la lucha contra la pandemia del coronavirus.

Según ha explicado el ministro en la Comisión de Sanidad, la compra de estos test defectuosos se hizo a una "empresa nacional", cuyo material estaba registrada bajo la marca CE, por lo que todos estos elementos le dio "todas las garantías" al Gobierno a la hora de efectuar la operación.

Esta versión se contradice con la mantenida por la Embajada de China, que este jueves aseguró que la empresa encargada de la provisión de las pruebas de detección rápida no tenía licencia. "verificamos el fabricante, que era un proveedor de confianza, le hemos dicho que no cumplen los estándares y hemos pedido que nos los cambien", ha insistido el ministro.

Además de las explicaciones del ministro, Sanidad ha difundido un comunicado en el que precisa que esta operación se inició antes de que las autoridades chinas facilitaran nuevos listados de sus proveedores al Gobierno y que, por lo tanto, no entra dentro de la operación de compra de material anunciada este miércoles por el propio Illa.

Desde el Ministerio también se ha explicado que tanto el Instituto de Salud Carlos III como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios comprobaron que no existía ninguna irregularidad conocida respecto a los productos. En el caso del Instituto, se comprobó la documentación aportada por la empresa respecto a los estudios clínicos realizados por el fabricante chino; en el de la Agencia, se verificó que no existía ninguna alerta.

Illa ha dado estas explicaciones en el Congreso a raíz de las preguntas planteadas por los portavoces de los grupos parlamentarios en la Comisión de Sanidad, que han criticado esta operación por parte del Gobierno. El ministro, por su parte, les ha afeado que "nadie se ha referido a que el mercado está desbordado y a que todo el mundo fabrica productos en cantidad inferior a lo que se solicita".

"Nos podíamos estar aproximando al pico de la curva"

"El mercado está loco. No se producen suficientes mascarillas, EPIs y test rápidos para dar salida a lo que el mercado quiere. Todo el mundo quiere estos productos hoy y ya, y quiere los de la mejor calidad. Entonces se dice que el Gobierno compra mal y no es previsor. El mercado está desbordado y había que tomar una medida que no es cómoda ni me hubiera gustado tomar, que es poner todas las capacidades del Gobierno para ir a comprar a un mercado loco", ha asegurado.

Durante su comparecencia, Illa ha avanzado que, "con todas las precauciones, nos podíamos estar aproximando al pico de la curva", aunque ha precisado que "quedan momentos muy duros, y esto no lo acabaremos en una semana o dos". Desde algunos grupos se ha pedido el cese de algunos de los miembros del Ministerio por lo que consideran una mala gestión de la emergencia sanitaria, algo que el ministro ha descartado por completo.

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