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Génova PP Dirigentes del PP plantean vender la sede de Génova 13 para desvincularse de la 'Kitchen' y la corrupción

Hay dos motivos principales para este cambio: la corrupción asociada a la sede —cuya reforma está siendo investigada en la Audiencia Nacional— y el importante capital que supondría esta transacción.

La imagen de Pablo Casado en la fachada de la sede del PP, en la madrileña calle de Génova. EUTERS/Jon Nazca
La imagen de Pablo Casado en la fachada de la sede del PP, en la madrileña calle de Génova. EUTERS/Jon Nazca

marta monforte

El PP vive su particular 'dejà vu' con el incesante goteo de titulares que relacionan a la formación conservadora con presuntas tramas delictivas. Tanto es así que diversos dirigentes populares —algunos de ellos integrados en la actual dirección, según ha podido saber Público—, plantean un cambio de sede como forma de ruptura con el pasado. Una posibilidad que lleva meses planeando sobre Génova.

El número 13 de la céntrica calle de Génova, en Madrid, es la sede nacional del partido desde febrero de 1983, enclave al que la formación se trasladó después de varios años de ocupar un pequeño inmueble en la calle Silva. El cambio de la sede fue consecuencia del resultado de las elecciones generales de octubre de 1982, tras pasar de 10 diputados a 107.

"Sí, se ha hablado en varias ocasiones sobre el cambio de sede. Y aunque no es unánime, sí es una posibilidad que cada vez cobra más fuerza", confiesa un dirigente popular con cargos de responsabilidad en el partido a Público. "Lo de la sede se lo he oído a muchos", afirma otra voz del grupo de dirección. "El problema es encontrar otra sede céntrica y encontrar comprador", señala.

Los dos motivos principales para vender la sede según dirigentes del PP: la corrupción y la suma económica

Las fuentes consultadas apuntan a dos motivos principales para este cambio: la corrupción asociada a la sede —cuya reforma está siendo investigada por pagos irregulares en la Audiencia Nacional— y el importante capital que supondría esta transacción para las arcas de la formación, que rondaría los dos millones de euros. "Unos porque creen que la palabra 'Génova' provoca desagrado y otros porque la situación económica del partido, sobre todo a partir de las elecciones de abril del año pasado, era muy mala y algunos lo veían como una solución".

Desde la dirección del partido tratan de enfriar el tema, aunque no cierran completamente la puerta. "Acciones de ese calado se deben sopesar bien y ahora mismo no hay necesidad", apunta un estrecho colaborador de Casado. Desde la formación conservadora insisten en que están siendo "muy contundentes" en respuesta a las últimas informaciones publicadas, pero que antes que nada deben dejar actuar a la justicia.

La corrupción: una "herencia recibida" para Casado

Fue la corrupción en el seno del partido, con la sentencia de la primera etapa del caso Gürtel, lo que provocó la prematura salida del expresidente Mariano Rajoy de La Moncloa gracias a una moción de censura impulsada por PSOE y Unidas Podemos, que acabó con Pedro Sánchez como presidente del gobierno.
Es una herencia con la que el actual líder, Pablo Casado, ya contaba cuando accedió al cargo en julio de 2018 y con la que la nueva dirección debe lidiar.

"El fantasma de Bárcenas siempre vuelve", resumía para Público un diputado popular. Todas las alertas saltaron en Génova después de que el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, levantara el pasado lunes el secreto de sumario de la operación Kitchen, un supuesto espionaje con fondos reservados, que tuvo lugar entre los años 2013 y 2015, al extesorero del partido Luis Bárcenas para localizar y sustraer documentos relativos a la caja B del partido.

Este caso podría acabar con la imputación del expresidente Rajoy y la de sus colaboradores más cercanos, los exministros Jorge Fernández Díaz y María Dolores de Cospedal, a los que la Fiscalía anticorrupción ya ha pedido imputar. Casado ha tratado de desvincularse de lo sucedido. En un primer momento aseguró que él solo era "un diputado por Ávila" sin "responsabilidad en el partido". Tras esta tibia respuesta, que no gustó a todos en las filas populares, Casado ha prometido ejemplaridad y ha garantizado que no dejará "pasar ni una", aunque ha subrayado que no hay afiliados del PP imputados.

Si, finalmente, Mariano Rajoy es llamado a declarar en calidad de imputado, el partido se vería obligado a romper sus vínculos con el expresidente. Una estrategia que el número dos de Casado, Teodoro García Egea, ya llevó a la práctica en la elaboración de las listas electorales. Es más, el hecho de haber dejado fuera de ellas al exnúmero dos del ministro Fernández Díaz, Francisco Martínez, perdiendo así su condición de aforado ante el Supremo, ha provocado que éste este dispuesto a tirar de la manta. "Voy a contarle al juez todo lo que sé", aseguró durante una reciente entrevista a El País.

El PP solo renunciará a las siglas para aliarse con Cs o Vox

Todas las fuentes consultadas —a excepción de una— señalan que la dirección popular únicamente estaría dispuesta a renunciar a sus siglas si se produce una refundación con Cs o Vox. Sin embargo, hay quien considera que las siglas ya están "muy denostadas" y no se opondría a un cambio a corto plazo, aunque se trata de una opinión minoritaria dentro de las filas del PP.

"La gente dentro tiene cariño al nombre del partido al que se afiliaron. Si hubiese que unirse a otros partidos habría que renunciar a las siglas, para que no prevaleciese una de entre varias, eso sí, pero renunciar a las siglas PP por esto, no creo que haya nadie dentro que piense así", resume una diputada.

En el partido hay cierto nerviosismo por la posible implicación de Rajoy en el presunto espionaje perpetrado por Fernández Díaz y Francisco Martínez. "Habría que demostrar que Rajoy lo sabía. Sería algo así como renunciar a todo el pasado y construir una realidad nueva a partir de su propia etapa".

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