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Yolanda Díaz y Pedro Sánchez ensayan tándem en la moción de censura de Vox

El presidente del Gobierno usa la moción de censura para asimilar al PP de Alberto Núñez Feijóo con la ultraderecha. Moncloa no descarta que Sánchez replique directamente a Cuca Gamarra este miércoles. 

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la intervención de la primera en la moción de censura.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la intervención de la primera en la moción de censura. Eduardo Parra / Europa Press

En Moncloa llevaban semanas transmitiendo un mensaje. La moción de censura de Vox y Ramón Tamames se la iban a tomar en serio. El objetivo era confrontar modelos y defender al Gobierno de coalición. Así ha sido. El presidente Pedro Sánchez no ha escatimado esfuerzos ni tiempo en su discurso. Tampoco lo ha hecho la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Esta última, además, ha evidenciado su papel de presidenciable tras el anuncio de la fecha en la que presumiblemente confirmará su candidatura en las elecciones generales. 

Como ya publicó este medio, la coalición pretendía poner en valor el tándem Sánchez-Díaz durante esta jornada. Una buena manera de reforzar la alianza entre el PSOE y Unidas Podemos tras unas semanas revueltas. También un modo de visibilizar el papel de la vicepresidenta y su proyecto Sumar. Tanto en Moncloa como en Ferraz no ocultan la buena sintonía entre el presidente y Díaz. Los socialistas tienen esperanza en el proyecto de la ministra de Trabajo cristalice, ya que la consideran un perfil que puede aglutinar mucho voto electorado a su izquierda. A la vez, confían en que las tensiones internas dentro del espacio de UP no vayan a más y haya la máxima unidad posible. 

La vicepresidenta acudió al Congreso vestida de blanco con la intención de lograr un contraste perfecto con el "negro" que, se perfiló en varios discursos de los distintos diputados del bloque de la investidura, representa a sus ojos el proyecto político de Vox. La escena y su atrezzo buscaban ya de partida confrontar la "España de las mujeres, la del 2023" con la España en blanco y negro que elevó a un exdirigente político de 89 años a candidato en una moción de censura

El PSOE conocía los ejes básicos del discurso de la ministra de Trabajo, al igual que ella conocía los del presidente, pero ni uno ni otro conocían todos los entresijos ni el alcance político de la intervención del otro. Díaz, la ministra del "le voy a dar un dato" (apodo que algunos acuñaron a raíz de sus careos con Teodoro García Egea en las sesiones de control al Gobierno) exhibió decenas de cifras en su réplica a Tamames, al que siempre se dirigió como "profesor" utilizando una fórmula que evoca respeto por el interlocutor, pero también un grado de desafío a un candidato cuyo principal rasgo, defendió la vicepresidenta, "es ser él mismo su única medida de realidad".

Pensiones, reforma laboral, ERTEs, políticas de protección social desplegadas durante la pandemia y la guerra, crecimiento económico... La ministra de Trabajo no se dejó en el tintero ningún detalle de la acción del Gobierno en estos tres años de legislatura para retratar a los impulsores de la moción de censura por su "falta de proyecto político".

Tras el baile de cifras, una breve pero contundente referencia a la militancia (pasada) comunista de un Tamames que apuntó en su intervención que la Guerra Civil había comenzado en 1934, y el recuerdo de que la Transición ni la hizo Tamames ni el resto de la élite política de la época, sino "los trabajadores y las trabajadoras", el PCE y, sobre todo, las mujeres que no rubricaron su nombre en una Constitución "huérfana de madres".

Mención a Calviño, la "adversaria ideológica" de Díaz

Díaz dedicó buena parte de su réplica a exhibir un cierre de filas en la coalición del Ejecutivo con un gesto que en los pasillos de la Cámara se calificó de "cariñoso". La vicepresidenta agradeció uno a uno a los ministros su acción y destacó sus principales políticas en los distintos departamentos; la ausencia en esta apelación de Marlaska, Llop, Planas, Robles y Albares quedó en parte esquinada por una mención expresa a Nadia Calviño, la que se considera la adversaria ideológica de Díaz en el Gobierno, intramuros. El mensaje era claro: unidad tras las semanas más tensas entre PSOE y Unidas Podemos, al menos de puertas para adentro.

Un día antes de que diera comienzo el debate de la moción de censura, desde el equipo de Díaz se trasladó que el domingo 2 de abril anunciaría su decisión sobre ser o no candidata a presidir el Gobierno en las próximas elecciones generales, previstas para diciembre. Algunas personas que conocen a la titular de Trabajo no ocultaron su satisfacción con la idea de que su intervención este martes pudiera servir como puesta de largo de su nuevo rol como "presidenciable" (el anuncio no llegará de manera oficial hasta el día 2). En el Pleno estuvieron presentes las número uno y dos de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, en su condición de ministras de Derechos Sociales y de Igualdad, respectivamente.

También para ellas ha tenido Díaz palabras de reconocimiento por su gestión ministerial, al igual que con el resto de ministros. No se sabe, a día de hoy, si Podemos estará presente en el acto en el que la vicepresidenta desvelará su futuro político.

Por su parte, Sánchez centró el discurso en una doble vertiente. Por un lado, asimilar al PP de Alberto Núñez Feijóo con la ultraderecha. Su colaboración, abstención mediante, en este "delirio" de moción de censura. Por otro, relatar con todo lujo de detalles el modelo de país que ha defendido su coalición de Gobierno. El presidente enumeró pormenorizadamente muchas de las medidas impulsadas durante esta legislatura. Un "modelo para la mayoría social" frente a la "nada" de PP y Vox. "Solo insultos, chascarrillos y frivolidades", según insistieron fuentes gubernamentales en los pasillos del Congreso sobre Santiago Abascal. 

Moncloa considera, frente a los comentarios de hastío de Tamames, que han dedicado a la moción de censura todo el tiempo que merecía. "El candidato tiene tempo ilimitado", recordaban en el entorno de Sánchez sobre las "prisas" del candidato para contestar. Y reiteran que están satisfechos, que han cumplido la puesta en valor de la acción del Gobierno. "Hemos representado a la coalición y a los dos partidos que la conforman", señalan sobre el tándem entre Sánchez y Díaz. Algunas voces socialistas reconocen que la ministra ha hecho un "discurso de presidenciable" de forma nítida. 

El Gobierno, expectante ante el discurso del PP

Sánchez, al igual que hizo en 2020 con la anterior moción de censura presentada por Vox, abandonó el Congreso tras el receso de mediodía. Moncloa no descarta que el líder del Ejecutivo, que puede intervenir en cualquier momento durante la moción, pueda replicar este miércoles a Cuca Gamarra, portavoz parlamentaria del PP. Tampoco se descarta la participación de nuevo de Díaz. "Vamos a ver cómo evoluciona la moción", destacan. En las filas socialistas están expectantes por cómo actuarán los populares y qué tipo de discurso usarán. "Tiene una difícil papeleta", consideran en la cúpula de Ferraz.

El presidente no quiso hacer demasiada sangre con Tamames. Sí que le recordó que estaba siendo candidato por "los herederos de Blas Piñar". En Moncloa, según las fuentes consultadas, sí que consideran "asombroso" que al profesor se le olvidara pedir elecciones anticipadas, tal y como estaba previsto en su borrador publicado la semana pasada. Y que en el fondo es el objetivo político de la derecha y ultraderecha.

Desde Ferraz, según fuentes de la dirección socialista, la moción de censura "está reflejando lo que se dirime en este importante año para nuestro país". El PSOE reitera el mensaje de "dos modelos antagónicos para gobernar España".  "El único que está descolocado es Feijóo, dando pasitos hacia la ultraderecha sin que se note mucho. De momento una abstención, y ya vendrán los pactos tras las elecciones. Pero de momento, en el limbo", afirman en el partido. Un mensaje, el de las "deudas" que se cobrará Vox, que ya transmitió Sánchez desde la tribuna. 

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