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Feijóo busca alianzas en Catalunya tras el fiasco con UPN en Navarra

Los populares ven en la decisión de UPN la continuación de una estrategia de acercamiento al PSOE. El presidente del Partido Popular está dispuesto a "experimentar" y asociarse con otras formaciones en Catalunya. 

Núñez Feijóo
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Javier Lizón / EFE

Alberto Núñez Feijóo fía su fortaleza política a las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo. El presidente del Partido Popular se muestra convencido de que "una mayoría social" no respalda las medidas del Gobierno y que le hará "una moción de censura en las urnas". Si sus pronósticos se cumplen y el Partido Popular arrasa, saldrá reforzado. Pero si el PSOE resiste o mejora sus resultados el próximo de 28 de mayo, Feijóo sufrirá su primera derrota electoral a seis meses de las generales. La presión es máxima para la nueva dirección del PP; la victoria, obligada; y el líder gallego apostó por las alianzas en territorios dónde la marca del partido es más débil: Navarra y Catalunya.

En la primera plaza ya ha fracasado. Feijóo pretendía reeditar un pacto con Unión del Pueblo Navarro (UPN) para concurrir juntos a las elecciones autonómicas en Navarra como hicieron en 2019. Entonces UPN, PP y Ciudadanos se unieron en la coalición Navarra Suma y ganaron (36,49 % de los votos y un total de 20 escaños en el Parlamento foral), aunque no consiguieron gobernar. 

El PP de Feijóo pretendía repetir estrategia pero el comité ejecutivo del partido regionalista decidió el pasado lunes (de forma unánime) que no, que se presentarían por separado. La reacción en Génova fue primero de sorpresa, luego de decepción y resumían así su análisis de las negociaciones con Javier Esparza, presidente de UPN: "Han preferido romper el centro derecha en Navarra". La tesis de los regionalistas- la oficial-es que electoralmente les irá mejor con candidaturas distintas.

Otras fuentes populares van más allá y apuntan a que esta decisión de UPN es "un paso más" del acercamiento de Esparza al Partido Socialista. Otras fuentes conocedoras de la interna del partido navarro señalan a Público que lo que se busca con este movimiento es "tener la manos libres" para pactar y no atarse ya al PP.  "Bueno, es la culminación de lo que pasó con la reforma laboral", reflexionan desde Génova. 

La sombra de la votación más ajustada y peregrina de la legislatura es tan alargada que todavía persigue a la política española diez meses después. UPN jugó un papel fundamental. El Gobierno logró in extremis que los regionalistas navarros apoyasen la reforma laboral en el Congreso, dos votos que les daban la mayoría en la votación. Pero lo hizo en una negociación con Esparza a espaldas de sus dos diputados, Carlos Adanero y Javier Sayas, que no acataron la disciplina de voto del partido y pulsaron el botón del 'no'.

Sayas y Adanero, claves para el PP

Se especuló entonces con que el PP había maniobrado para influir en el voto de Adanero y Sayas y dinamitar la medida estrella de Yolanda Díaz en el Congreso. Unos y otros lo niegan pero, con estrategia o sin ella, a punto estuvieron de conseguirlo porque los dos votos de UPN eran decisorios. El desenlace es conocido: el diputado del PP Alberto Casero se equivocó y la reforma laboral salió adelante. El 1 de marzo de este año, UPN expulsó del partido a Adanero y Sayas, que siguen siendo diputados. 

Para el PP siguen siendo dos figuras clave por la relevancia política que tienen en Navarra y el acercamiento fluye de manera natural con la posibilidad de que se incorporen a las filas del PP abierta. El momento de hablar de enero, señalan a Público fuentes conocedoras de la relación

Por el momento el PP tiene que dar un nombre para ser cabeza de lista a las elecciones forales de Navarra, una vez descartada la opción de coaligarse de nuevo. El favorito es ahora Javier García, diputado en el Parlamento autonómico y recién elegido nuevo presidente del partido, pero no ha sido ratificado por Génova como candidato. 

Experimentar en Catalunya

La otra plaza, también difícil electoralmente para el PP, es Catalunya. Y Feijóo apuesta por "experimentar". "Hemos de experimentar para ver qué posibilidad tenemos en Catalunya de construir un espacio constitucionalista. Los primeros que lo han de plantear son mis compañeros en Catalunya, pero ellos saben lo que yo pienso. Entiendo que el PP debería de estar en disposición de hacerlo con otras marcas. Tenemos que enviar una herramienta política a todos los que se sienten catalanes y españoles, españoles y catalanes", aseguró este domingo en una entrevista concedida a el diario El Mundo.

Feijóo dijo que estaban "estudiando qué personas podemos aunar en ese proyecto y qué plataforma" pero "sin renunciar a sus siglas". La fórmula más exitosa, coinciden diversas fuentes parlamentarias populares, pasaría por un acuerdo con Ciudadanos. Desde Génova hablan también de "asociaciones" y voces de la sociedad civil. Los de Inés Arrimadas, por el momento, rechazan la idea de renunciar a una candidatura única y más con un PP dispuesto a devorarles políticamente.

Son las sumas de un Feijóo que se enfrenta, dispuesto a "experimentar", a su primer examen final en cinco meses y que le ha dado a Catalunya prioridad absoluta. Con el objetivo de resucitar al partido en la una comunidad fundamental, el presidente del PP ha pisado mucho el terreno y parece haber llegado a una conclusión: hace falta algo más que las siglas del Partido Popular.

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