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El juez Penalva: "Fuimos los únicos que investigamos la trama 'Cursach', pero en el juicio no se habló de nada"

El juez encausado por presuntas irregularidades en la instrucción del 'caso Cursach', sobre la mafia policial a favor del magnate mallorquín, defiende su trabajo y culpa a los fiscales Carrau y Herranz de prescindir de testigos, grabaciones e informes para propiciar la absolución.

El juez jubilado Manuel Penalva ha sido el primero de los seis acusados en declarar en la sesión de este jueves en el TSJIB
El juez jubilado Manuel Penalva ha sido el primero de los seis acusados en declarar en la sesión de este jueves en el TSJIB. TSJIB

El juez jubilado Manuel Penalva, instructor del caso Cursach, ha defendido a capa y espada su trabajo, que, junto al del fiscal Miguel Ángel Subirán, también encausado, y a la labor del fiscal Juan Carrau, que ha evitado sentarse en el banquillo, sacó a la superficie las tramas policiales y políticas que beneficiaron en Mallorca al magnate Bartolomé Cursach

La Fiscalía pide 112 años de prisión para el juez Penalva, acusado de revelación de secretos, obstrucción a la Justicia, detenciones ilegales y coacciones a testigos.

La sesión del juicio de este jueves ha estado marcada por el enfrentamiento entre Penalva y el fiscal Herranz, que fue el fiscal del juicio por el caso Cursach y que sorprendentemente retiró las acusaciones sobre la veintena de acusados, propiciando su absolución. 

Penalva, jubilado a raíz del procedimiento en su contra, ha recordado que la investigación puso de manifiesto que la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma, un grupo dedicado a controlar el aforo de los locales nocturnos, era el "brazo armado de la organización criminal del señor Cursach y del señor Pascual, el de Pavisa [otro grupo de ocio en Mallorca]. Estos son los mismos policías a los que usted entre lágrimas les pidió perdón", ha reprochado Penalva al fiscal.

El juez ha explicado a continuación que "cuando interesaba ir contra un local de la competencia acudían a estas unidades armadas y lo dejaban anulado, exterminado. No he visto a tanta gente arruinada, llorando en mi despacho de impotencia porque habían acudido a todas las instituciones y nadie les había hecho caso: Guardia Civil, Policía Local, Policial Nacional, Ayuntamiento... Todo el mundo les dio la espalda; los únicos que iniciamos una investigación fuimos nosotros. Uno [de los empresarios arruinados] tuvo que vender el reloj de su padre para dar de comer a sus hijos y Cursach le ofreció dinero para que se separara de la denuncia contra él". 

El momento ha sido muy tenso. El fiscal le ha preguntado: "¿Sabe cómo acabó el caso Cursach?", en relación a que concluyó con la absolución de todos los acusados, entre los que había una docena de policías locales. "Claro que lo sé --ha replicado Penalva--. En el juicio de Cursach no se habló nada. Carrau y Herranz prescinden de 60 testigos privando a la Sala de la posibilidad de valorarlos; prescinden de numerosos informes policiales, intervenciones telefónicas de más de un año y medio". 

"Renuncian, por ejemplo, a una conversación de los adláteres del señor Cursach, que preguntan si los agentes que van a acudir a una inspección '¿son de los nuestros?' Esto demuestra el poder que tenía el señor Cursach sobre las administraciones", ha dicho Penalva. 

El fiscal se ha revuelto ante estas palabras y dirigiéndose al tribunal ha espetado en relación a la intención de sus preguntas: "Lo que quiero es que se conozca el carácter del acusado. Todas las acusaciones se retiraron y sigue sosteniendo que pasó lo que pasó". 

Las filtraciones a la prensa "ocurren todos los días"

Sobre el delito de revelación de secretos, el tribunal ha anulado las pruebas incluidas en el chat 'Sancus', que mantenían los acusados y que se creó "a instancias del señor Bandera [uno de los policías de Blanqueo enjuiciados]; lo creó él con el consentimiento de todos, para una mejor comunicación; era inviable estar hablando por teléfono con seis personas que estábamos trabajando a destajo, mañana, tarde y noche", ha indicado el juez Penalva. 

El tribunal ha dejado fuera del juicio ese chat de Whatsapp porque para llegar a él se espió ilegalmente a dos periodistas, pero solo expurga, de momento, los mensajes del chat relacionados con el delito de revelación de secretos, es decir, sobre las filtraciones a la prensa que se imputan a los acusados. 

Penalva, que se ha negado a contestar a las preguntas del fiscal relacionadas con el chat, ha matizado algunas cosas en relación a las supuestas filtraciones. "Es lo normal en todas las causas mediáticas de España. Siempre ha sido así y siempre lo será", ha afirmado. 

Las filtraciones, a cargo de los abogados 

Penalva ha realizado en este sentido importantes revelaciones, por ejemplo, sobre la filtración del auto de encarcelamiento de Bartolomé Cursach: "Uno de los abogados que entonces tenía Cursach vino a decirme que se había filtrado todo el auto de prisión. Al cabo de unos días, volvió y nos pidió disculpas. 'Sé que esto proviene de nuestra parte. Yo se lo mandé al señor Molina [el abogado actual] y me faltaban tres páginas que por error no coloqué y en la noticia faltaban esas tres páginas'". 

Sobre las filtraciones relacionadas con el caso ORA [sobre la adjudicación de las máquinas de aparcamiento de Palma, una derivada del caso Cursach], Penalva ha afirmado que tiene pruebas para sostener que las filtraciones corrieron a cargo de tres defensores de los entonces acusados por el caso Cursach, "uno de ellos presente en la Sala".  

Defiende su instrucción "pulcra"

"No hemos podido actuar con más pulcritud --ha afirmado Penalva contundentemente--. No se puede reescribir la historia. La Audiencia Provincial en un 99'9% de los casos ha confirmado mis decisiones". 

Respecto a las detenciones en el caso ORA, Penalva ha recordado que  fueron decisión de la Policía Nacional, en concreto de Miguel Ángel Blanco, jefe del grupo, uno de los agentes de Blanqueo enjuiciados. "No fue una decisión judicial, fue policial --ha insistido--. Pero claro que estaban bien hechas las detenciones.

Sobre la instrucción de esta pieza separada de Cursach, Penalva ha insistido en que "los indicios son abrumadores y el sobreseimiento no se me pasó por la cabeza en ningún momento". Ante la protesta del fiscal Herranz, que fue el que pidió el sobreseimiento de la causa, el juez se ha remitido a su exposición razonada, de cien folios, donde recogió todos los indicios en contra de Álvaro Gijón, exconcejal en el consistorio de Palma y exdiputado en el Parlament Balear, que fue detenido en la causa. 

Políticos en fiestas con prostitutas pagadas por Cursach

"El señor Gijón estaba implicado y estuvo investigado por acudir a fiestas con prostitutas [pagadas supuestamente por Cursach y el dueño de Pavisa]. Una testigo le identificó como asistente a fiestas con chicas digamos jóvenes. Y fíjese si fuimos pulcros, que fue a declarar al cabo de un año y nos dijo: 'Hombre, es que después de un año no me acuerdo bien' y recogimos sus palabras, matizando que en la segunda ocasión no recordaba. Que luego a esta señorita la hayan pagado, no digo quién, para que se desdiga no me cabe duda, igual que se ha intentado pagar a muchos testigos para que nos acusen en falso", ha expuesto Penalva. 

El juez ha hecho referencia a la "famosa agenda del prostíbulo", que este diario publicó en exclusiva. "Digan lo que digan, esa agenda es cierta y lo saben. Jamás hemos falsificado la agenda junto con la madame", Penalva ha mostrado su enfado en ese momento. "El señor Gijón salía ahí", ha apostillado. 

Niega coacciones a los testigos

El juez jubilado ha afirmado respecto al temor de los testigos en la causa Cursach, muchos de ellos, bajo la calificación de testigos protegidos, que "testigos que identificaban testigos que coaccionaban para que se retractaran". "Nadie se atrevía a declarar contra Cursach, lógico, es normal que la gente tenga miedo, si no te mandaban a un sicario, como nos quisieron hacer a nosotros", ha incidido el juez, en relación a una denuncia ante la Fiscalía que jamás se ha investigado sobre un presunto encargo a dos sicarios en la cárcel para eliminar a Penalva y al fiscal Subirán, como adelantó Público. 

"Es llamativo que estemos aquí sentados por coacciones a testigos y nadie haya querido llamar a aquellas personas [el letrado del juzgado, por ejemplo] que estaban presentes supuestamente durante esos episodios de los que se nos ha acusado en falso", ha dicho el juez Penalva y ha añadido: "Si Carrau presenció esto, digo yo que habría dicho algo".  

Sobre el fiscal anticorrupción Juan Carrau, ha dicho: "No sé por qué no está aquí sentado Carrau. Asiste a multitud de declaraciones, a numerosas diligencias y todo se habla con él, lo sabía todo. ¿Por qué no está aquí, porque no está en el chat? No lo sé", ha señalado.

Las trampas de los policías 'los Juanes'

Penalva se ha referido en varias ocasiones a lo largo de su declaración de este jueves, que continuará el viernes, a los policías nacionales Juan Márquez y Juan Palomo, los Juanes, que fueron los que iniciaron la investigación contra él, el fiscal Subirán y los cuatro agentes de Blanqueo. 

"Otra cosa es que los señores Márquez y Palomo en innumerables ocasiones han engañado al juez Carlos Gómez [instructor de la causa por las filtraciones], diciendo que la causa era secreta, cuando en realidad no pertenecía el asunto a esa causa. Esto lo han hecho de manera sistemática". Y ha puesto un ejemplo: "Fíjense hasta qué punto han llegado en la falsedad que dicen que se filtra la declaración del Ico [uno de los testigos] en prisión. Jamás se le tomó declaración al Ico en prisión, fue una declaración inexistente". 

Y se ha referido al informe del comisario Márquez, inadmitido por el tribunal por carecer de imparcialidad, y que el fiscal Herranz trataba de hacer pasar como prueba. "Ha hecho el ridículo en toda España. Se investiga a sí mismo y se exonera de las filtraciones", ha dicho Penalva.

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