Hoy me gustaría analizar cómo están tratando los grandes medios de comunicación la voluntad de Ayuso de aumentar todavía más la censura y el control ideológico de la derecha sobre la educación pública. 

Empecemos por los aplausos que todos los niños y niñas de un colegio de primaria en Madrid le dedicaron al alcalde Almeida cuando hace dos semanas acudió a inaugurar la plaza Esclavas del Sagrado Corazón en Madrid, que está ubicada junto al Colegio católico concertado Esclavas de Chamberí. Todos los alumnos y alumnas fueron sacados a la calle por orden de la dirección del centro para aclamar al alcalde del PP.

La realidad es que la penetración de la derecha en la educación en Madrid es inmensa; 6 de cada 10 alumnos en Madrid capital estudian en colegios concertados, la mayoría controlados por la Iglesia Católica.

El relato de la derecha le da la vuelta a la realidad como un calcetín y plantea que la educación en realidad está dominada por la izquierda y llena de conceptos y peligrosos valores democráticos. El problema es que ese cuento del mundo al revés es reproducido acríticamente por muchos medios de comunicación.

La cadena pública madrileña es un ejemplo. El tono áspero que usan está lleno de una contundencia y una beligerancia que refuerza por completo el mensaje de Ayuso: "Madrid revisará el contenido de los libros de texto educativos para evitar el adoctrinamiento". Si fuera por ellos, los libros de texto de los niños dirían sobre Ayuso lo mismo que dice Telemadrid, que directamente propone que la declaren Santa.

Que esto lo haga Telemadrid es de esperar. Y también medios de ultraderecha como los programas de Jiménez Losantos, Herrera, Okdiario, etc, que como os podréis imaginar van con todo a defender la censura de Ayuso. El problema es que lo mismo sucede en otros medios de comunicación más mainstream. Onda Cero, la radio de Atresmedia, por ejemplo.

A esto nos referimos cuando decimos que son los grandes medios de comunicación los que han aupado la agenda de la ultraderecha. Porque la historia muestra que la ultraderecha siempre acaba llegando al poder gracias al colaboracionismo de la derecha tradicional y supuestamente "democrática" y "de Estado". Esa a la que algunos en la progresía mediática aplauden por "bajar los decibelios" mientras propone básicamente destruir libros y censurar cualquier enseñanza de valores democráticos en la educación pública.

Me gustaría también recordar dos ejemplos del verdadero adoctrinamiento ideológico que se ha detectado en ocasiones en libros de texto de la educación pública. Fue bastante sonado en su momento el caso de un libro de Lengua de Anaya, para alumnos de 6 años, que acabó siendo retirado porque decía que Antonio Machado "se fue a Francia a vivir con su familia" y que Federico García Lorca "murió, cerca de su pueblo, durante la guerra en España". Esto ocurrió hace ya varios años. 

Pero es que hace solo unos días se difundió en redes sociales lo que dice el libro de Filosofía de primero de Bachillerato de la editorial Bruño sobre el liberalismo y el comunismo. "Liberalismo" según el libro de Bruño: "los partidos políticos liberales protegen la libertad individual, de modo que proponen una forma de organización política que no interfiera en los intercambios y relaciones entre los individuos. El tipo de sociedad al que se aspira es la meritocrática. El Estado se encarga de garantizar la igualdad de oportunidades, pero a partir de ahí son el trabajo y el talento de los individuos los que le tienen que permitir progresar".

¿Y cómo define el comunismo? "El proyecto político comunista aspira a una sociedad totalmente igualitaria, a costa de acabar con las libertades individuales. Esta pretensión se tradujo en la imposición de una dictadura y en sumir a la pobreza a la mayoría de la población. Se trata de un proyecto fracasado, como dejó constancia la caída del muro de Berlín".