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Una multitudinaria marcha presiona a Moreno Bonilla para que rectifique la ley que amplía regadíos en Doñana

Salvemos Doñana considera que "la ley es un compendio de modificaciones de la normativa vigente que pretende amnistiar las ilegalidades y consolidar un incremento de la agricultura intensiva de regadío sin límites".

Cabecera de la manifestación.
Cabecera de la manifestación. r. bocanegra

Una multitudinaria manifestación, convocada por la plataforma Salvemos Doñana, recorrió este domingo las calles de Sevilla para exigir al presidente andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla que rectifique y renuncie a aprobar la ley que amplía los suelos regables – 750 hectáreas, según el Gobierno andaluz y 1.900 hectáreas, según WWF– en el entorno de Doñana.

Una batucada abrió la protesta, que congregó en la Alameda de Hércules a una amplia multitud, miles de personas. También acudieron representantes de partidos políticos, sindicatos y organizaciones ecologistas. Se corearon lemas como "Doñana no se vende, Doñana se defiende", "Bonilla, escucha, estamos en la lucha" y "la avaricia no se riega". En las pancartas, se podían leer mensajes como "Stop robo de agua", "Stop regadíos ilegales", "SOS", "Doñana no se toca" y "legalizad personas, no pozos". 

Frente al Parlamento de Andalucía, al filo de la una, bajo el sol inclemente, el exdefensor del Pueblo, José Chamizo, leyó parte del manifiesto que promueve Salvemos Doñana: "Es urgente que la propuesta sea retirada definitivamente". El cantante y compositor Kiko Veneno también apoyó la manifestación: "La naturaleza humana a veces contradice a la naturaleza ¿Será el capitalismo capaz de frenarse para que las personas sean más importantes que el dinero? Es hora de que salvemos Doñana", dijo. El cantaor Manuel Gerena se marcó un solemne martinete.

Juan Romero, portavoz de Ecologistas en Acción, dijo: "Cierre ya de los pozos ilegales. Apoyamos las explotaciones familiares, el reparto social del agua. No apoyamos a los especuladores. La agricultura tradicional tiene que existir en Doñana. Esto no es el punto y final: este artista, Moreno Bonilla, va a hacer que salgamos más veces a la calle. No vamos a permitir que sepulten Doñana".

Se escucharon también proclamas: "Agua, agua, agua para Doñana. Moreno Bonilla, entérate"; "por el capitalismo, Doñana es el abismo". El acto se cerró con un evento ecopoético, en el que se leyeron poemas, entre otros, de Nicanor Parra –Artefactos ecológicos: "Los árboles aún no tenían forma de muebles"–, de Bea Aragón –La reina de los pájaros– y de Federico García Lorca, –Agua, ¿dónde vas?–.

La norma, que se presentó sin consenso y que impulsan a las bravas PP y Vox en el Parlamento de Andalucía, beneficia a unos pocos propietarios y ha generado un amplio rechazo social, no solo en España. La Comisión Europa ha amenazado con pedir multas para España –sobre el país pesa una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE por no cuidar el acuífero– si esta ley acaba por aprobarse en los términos en que está hoy y tanto la UNESCO como la comunidad científica la rechazan de plano. El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha anunciado que la llevará al Tribunal Constitucional cuando se apruebe.

Salvemos Doñana quiere impedir que se ejecute lo que considera una "barbaridad", sobre todo "teniendo en cuenta la gravísima situación actual de Doñana", y exige a PP y Vox que renuncien a esta regulación y a la Junta que cumpla con el Plan de la Fresa, aprobado en 2014, que ya fijó las zonas regables en el entorno del Parque y dio "seguridad jurídica y viabilidad a la agricultura legal en la comarca". La plataforma agrupa a organizaciones y colectivos ecologistas, además de sindicatos y partidos de izquierdas y es la tercera vez que se activa. Se formó primero en los 80 para frenar miles de plazas hoteleras, y después en 2016 para parar un almacén de gas. Ahora, la amenaza es la presión de los regadíos, necesarios para el cultivo bajo plásticos de fresas y frambuesas que cada año se exportan por más de mil millones de euros.

Regadíos sin límites

"La propuesta de ley –considera la Plataforma– es un compendio de modificaciones de la normativa vigente que pretende amnistiar las ilegalidades y consolidar un incremento de la agricultura intensiva de regadío sin límites". En el manifiesto por el agua, Salvemos Doñana expone: "Hoy, Doñana vuelve a encontrarse gravemente amenazada por la posibilidad de que el Gobierno andaluz modifique la legislación que ordena los usos agrícolas por la vía rápida, sin transparencia ni participación, para amnistiar toda la superficie de regadío ilegal que se ha ido creando y robando agua durante las últimas décadas".

"Además –agrega Salvemos Doñana– junto con otras medidas, incluye una modificación de la Ley Forestal andaluza para promover que los agricultores con baja rentabilidad agrícola que convirtieron antaño sus tierras a forestal procuren revertirlas a agrícola de regadío, deforestándolas para poder sembrar cuando haya agua".

La ley se presenta en un momento muy complejo por la falta de agua. La situación del Parque es hoy "crítica", según expuso Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el último Pleno del Consejo de Participación. Todas las masas de agua se han reducido. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha reducido un 36% este año respecto a la campaña de riego anterior los porcentajes de volumen de agua desembalsada debido a la gravísima sequía que sufre Andalucía, con las precipitaciones un 35% por debajo de la media. Son "ya cinco los años en los que se desembalsa más agua de la que se recoge", según Salvemos Doñana.

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