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Análisis

Las municipales, una prueba de fuego para el PSOE de Juan Espadas

Los socialistas andaluces, otrora hegemónicos, se alían con el proyecto de Pedro Sánchez y buscan un camino que les vuelva a conectar con los andaluces. Las municipales pondrán a prueba su fortaleza en el territorio y el liderazgo de Espadas.

El secretario general del PSOE de Andalucía y Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Espadas, durante el turno de preguntas.
El secretario general del PSOE de Andalucía y Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Espadas, durante el turno de preguntas. Joaquín Corchero / Europa Press

El PSOE de Andalucía anda a la búsqueda de un camino de oposición, que le permita conectar de nuevo con una mayoría de la sociedad andaluza, que hoy confía en el PP. Después de 37 años de gobiernos consecutivos, la pérdida de la Junta de Andalucía en el año 2018 y la mayoría absoluta del PP de Juan Manuel Moreno, obtenida en junio de 2022, lo mantienen en el diván.

Meses antes de que el presidente Moreno llamara a las urnas, Juan Espadas, entonces alcalde de Sevilla, ganó unas primarias a Susana Díaz, la última presidenta socialista y el partido entró en una nueva era.

La estrepitosa derrota del PSOE andaluz el pasado mes de junio fue un resultado que se dio casi por descontado en el partido hasta entonces hegemónico, una situación inédita. El agotamiento de la organización tras años de batalla interna, el proyecto de Gobierno descuidado, como habían demostrado las manifestaciones por el deterioro de la sanidad, además de la tremenda losa de la corrupción de los ERE, y del liderazgo con rostro amable –no así sus políticas, claramente de derechas– de Juan Manuel Moreno Bonilla fueron demasiado para un Espadas recién llegado.

Espadas y su dirección han basado en este tiempo su política hacia dentro en una alianza sin fisuras con el proyecto de Pedro Sánchez, después de años de líos y desconfianzas entre Ferraz y San Vicente.

Solo ha habido un desencuentro de relevancia con el Gobierno, que ya se ha reconducido. Fue a cuenta de Doñana, cuando nadie entendió la abstención promovida por Espadas a una proposición de ley del PP, Vox y Cs, que había generado tremenda alarma en Europa porque su fin era ampliar las zonas regables en el entorno del Parque Nacional.

En Ferraz observan Andalucía con mucha atención –es la Comunidad más poblada y por tanto su peso es relevante en el país– y han fijado la mirada en las elecciones municipales del mes de mayo próximo, previos a la gran batalla de las generales, en las que el proyecto socialista se la juega contra Alberto Núñez Feijóo.

En una organización como el PSOE de Andalucía, que conserva, a pesar de la derrota una fortísima implantación en ciudades y pueblos, en la que todo se comenta, en la que todo se habla, el liderazgo de Espadas, aunque sottovoce se le critica, no se le ve para nada consolidado y no terminan de entenderse algunas de sus decisiones, no está en este momento sobre la mesa.

Desde luego, hay escasas manifestaciones públicas contra él, salvo por el grupo de críticos que lidera Luis Ángel Hierro –el tercer candidato en las últimas primarias–, que ya ha pedido la dimisión de Espadas, después de un surrealista episodio parlamentario con las enmiendas al presupuesto de la Junta, que provocó lamentos del presidente de la Cámara, Jesús Aguirre (PP). Que hay mar de fondo en el partido lo prueba que no en todos los lugares la dirección ha logrado imponer a sus candidatos.

Otro asunto, según las fuentes consultadas, es lo que suceda tras las municipales, unas elecciones estratégicas. Un resultado similar al de las autonómicas –en las que el PP ganó en lugares donde antes jamás lo había logrado– en las municipales podría tener una mala digestión en el PSOE, según las fuentes. Más de 450 alcaldes del PSOE buscan su renovación y entre ellos existe inquietud.

Más allá de las lecturas nacionales que se hagan, en un contexto de mayoría absoluta del PP en la Junta, el poder municipal y las diputaciones es muy relevante y la dirección andaluza es bien consciente de lo que está en juego.

Contexto favorable al PP

En estos comicios hay dos alcaldías clave para los socialistas, que el PP tiene marcadas en rojo, la de Sevilla, una plaza que antes de la marcha de Espadas –que dejó a Antonio Muñoz– daban por perdida y en la que ahora buscan una victoria, y Granada, que gobierna el PSOE, con apoyos externos.

En este momento, el viento sopla a favor del PP y en contra del PSOE. La última encuesta del Centro de Estudios Andaluces, dependiente del Gobierno andaluz, que entre socialistas se considera un instrumento de propaganda del PP, revela que el PSOE no ha tocado aún fondo. Por primera vez, estaría por debajo del 20%, unas cifras impensables hace tan solo cuatro años, si se celebrasen autonómicas en este momento.

Que las municipales no son autonómicas es evidente, pero los contextos juegan un papel, como bien sabe Juan Espadas, quien, al igual que ahora en la Junta, en su primera intentona en el Ayuntamiento de Sevilla, además de factores locales, pagó el pato del descrédito del PSOE después del último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Estas municipales pondrán a prueba la fortaleza y la capacidad de aguante del PSOE andaluz en el territorio y suponen una verdadera prueba de fuego para el secretario general, Juan Espadas.

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