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Olona lanza su proyecto en Panamá mientras crecen las grietas en Vox

El responsable de Vox en Galicia ha sido el último en dimitir, señalando la falta de democracia interna del partido. Los de Abascal han perdido la mitad de votos desde mayo.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, y la candidata de Vox a la Presidencia de la Junta, Macarena Olona, en un acto público en Córdoba el 4 de junio.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, y la candidata de Vox a la Presidencia de la Junta, Macarena Olona, en un acto público en Córdoba el 4 de junio. Rafael Madero / Europa Press

La radiografía en este momento de la ultraderecha es esta: Olona inaugura la primera sede de su plataforma en Panamá y a Vox se le acumulan las dimisiones. El último en irse ha sido el responsable del partido en Galicia y cabeza de lista por A Coruña, Ricardo Morado, que, como los que le han precedido en las últimas semanas, lo ha hecho criticando la falta de democracia interna de la formación. "Es muy probable que pasen a aplicarme el procedimiento habitual de 'este es un traidor'; que es, precisamente, lo que se hacía hasta ahora en este partido ante la crítica constructiva", expresó Morado en el comunicado con el que hizo oficial su renuncia.

Que el proyecto ultraderechista de Santiago Abascal está en horas bajas es un hecho y la fuga de votos es imparable: desde el mes de mayo han perdido, según el CIS, a la mitad de su electorado.

Pareciera que los críticos de Vox estaban esperando a que alguien alzase la voz para mostrarse. Y ese alguien ha sido Macarena Olona. Desde el fracaso electoral en Andalucía y su bronca en diferido con la dirección nacional el goteo de dimisiones y críticas ha sido incesante, tanto que ha obligado a Abascal a apartar a Ortega Smith de la secretaria general, el lugar desde el que se mueven los hilos de la organización interna de los partidos. Pero ni aún así ha logrado taponar la herida.

El máximo dirigente de la ultraderecha en Galicia se va porque cree que en Vox "se confundieron los significantes de las palabras lealtad y sumisión" y que "el proyecto avanza de manera desigual" en cada territorio. "Lealtad es decirle a tu jefe lo que está haciendo mal", dice en la carta publicada a través de sus redes sociales. Lo cierto es que en las últimas semanas son muchos los que le están diciendo a Abascal lo que hace mal, aunque todos estén ya fuera de Vox.

Este domingo, en el programa Salvados, hablaron exdirigentes de la formación y denunciaron importantes irregularidades internas. Por ejemplo, el que fuera vicepresidente primero de Vox, Juan Jara, dijo que el partido funcionaba como "un chiringuito de y para Abascal" y que las reuniones eran "escasas" y "no había actas, nada quedaba en el papel". El exportavoz de Vox en Barcelona, Fernando Moya, confirmó también que habían abierto la puerta a neonazis para obtener financiación.

Sobre las dimisiones recientes, Ortega Smith, relegado ahora a candidato a la alcaldía de Madrid, reaccionó este miércoles con desprecio asegurando que eran "insignificantes". "Nos encanta, se pueden ir al PP, hacer el Camino de Santiago o se pueden dedicar a la meditación", dijo quien está en la diana de todas las acusaciones. También Abascal respondió a los críticos con una larga lista de calificativos: "arribistas", "garbanzos negros", "fanáticos" o "gente muy resentida". No se atisba ni un ápice de autocrítica en la derecha. 

Olona, abriendo una sede en Panamá

Mientras tanto, la primera ficha del dominó en caer, Macarena Olona, estaba inaugurando la primera sede de su proyecto político alternativo a Vox en Panamá, país donde falleció su padre y con el que tiene interés en estrechar vínculos. "La sede la inauguro en Panamá porque es el centro de todo", defendió Olona durante una entrevista con una radio argentina. La inauguración consistió en una conferencia que llevaba por nombre "La batalla ideológica femenina".

Por ahora todo son incógnitas sobre la plataforma de Olona, aunque según ha anunciado tardará poco en despejarlas. La exlíder de Vox ha confirmado que en las próximas semanas convocará a los medios de comunicación en Madrid para presentar su proyecto político.

Preguntado por Olona en una entrevista en El Programa de Ana Rosa, un Abascal visiblemente incómodo se limitó a decir que "a lo que no tiene una explicación política no puedo dar una valoración política". "Creo que cualquier español tiene derecho a montar una alternativa política, animo a todos aquellos que tengan ideas distintas, a que lo hagan. Pero para formar una alternativa política hay que tener un programa diferencial de otros partidos", le advirtió a su excompañera.

Sangría electoral y fuga de votos al PP

En vista de las cada vez más grietas internas abiertas tras la salida de Olona, en Vox temen que su proyecto pueda provocar también una fuga de votantes. Y, según las encuestas, cada vez tienen menos. El último barómetro del CIS deja a la ultraderecha en un 8,8% en estimación de voto. Es innegable que están en caída libre. En el mes de junio, antes de las elecciones andaluzas, el CIS le daba a Vox un 16,5% de estimación de voto, prácticamente el doble de lo que obtiene solo cuatro meses después. Además, la transferencia de voto al PP es incontestable: según el CIS, el 20,8% de quienes reconocen haber votado a Vox prefieren ahora a Feijóo como presidente.

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