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La pérdida de fuerza del independentismo en la Diada refuerza la hoja de ruta de Sánchez

"Desde que se ha actuado con diálogo, el independentismo ha bajado. Seguirán perdiendo apoyo", afirman en Moncloa. En el PSOE insisten en que la ciudadanía ha avalado sus políticas en las urnas y eso también se reflejó en las calles el lunes. 

Diferentes dirigentes de ERC, el pasado lunes en una ofrenda floral con motivo de la Diada de Catalunya.
Diferentes dirigentes de ERC, el pasado lunes en una ofrenda floral con motivo de la Diada de Catalunya. Lorena Sopêna / Europa Press

La hoja de ruta del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, sigue intacta. Diferentes gestos y situaciones hacen al PSOE, con todas las cautelas, ser optimista de cara a la posible investidura del actual líder del Ejecutivo. Uno de estos hechos tiene que ver con la pérdida de fuerza del movimiento independentista en Catalunya visibilizado este lunes en la Diada

La lectura que hacen en Moncloa de la menor asistencia a las manifestaciones en las calles respecto a otros años es positiva para sus intereses. Fuentes del Ejecutivo de Sánchez consideran que la celebración de la Diada ha caído mucho. O lo que es lo mismo, hay una bajada en la aceptación social de los planteamientos independentistas.

"Eso se refleja en la calles. Es menos fuerte su posición", afirman las fuentes consultadas en el entorno más cercano de Sánchez. En las filas socialistas recuerdan de forma insistente el resultado electoral del pasado 23 de julio. "Las urnas lo dijeron", señalan en Moncloa. En Catalunya ganó de forma holgada el PSC mientras que tanto Junts como ERC perdieron votos y escaños. 

"Desde que se ha actuado con diálogo, el independentismo ha bajado. Seguirán perdiendo apoyo", vaticinan en Moncloa y Ferraz. El diálogo es en estos momentos el mantra principal de los socialistas para abordar cualquier asunto que tenga que ver con Catalunya. Y el objetivo, la convivencia. 

Todo esto frente a un PP que ejerció en el pasado la estrategia de "confrontación", según señalan en el PSOE. Con sus políticas el independentismo creció y provocó una fractura en la sociedad catalana sobre la que Sánchez quiere "pasar página" la próxima legislatura en el caso de que siga siendo presidente. 

Porque el mensaje es rotundo en estos momentos. "Vamos a ir al proceso de investidura. Podemos conseguirlo. Vamos a trabajar para ello. La situación es que nada es descartable (en relación a la repetición electoral) pero vamos a trabajar para lograrlo", defienden en Moncloa. 

En todo caso, fuentes del PSOE inciden estos días en que ahora es el momento de Alberto Núñez Feijóo. Hasta que llegue su presumible fracaso a final de mes el partido no se sentará de manera "formal" con los grupos políticos que necesita. No solo Junts y ERC sino también PNV, EH Bildu, BNG e incluso sus potenciales socios de Gobierno de Sumar. 

No hay detalles sobre las exigencias del expresident de Catalunya, Carles Puigdemont basada en la amnistía. De hecho, el PSOE evita cualquier referencia a ese asunto en sus declaraciones públicas. Una estrategia diferente a la que siguen en Sumar. Pero ambas fuerzas políticas sí que rebajan las expectativas de que pueda aprobarse antes de la investidura, una de las condiciones que pone Junts. 

La rueda de prensa ofrecida este martes por la ministra portavoz en funciones, Isabel Rodríguez, tampoco dio muchas pistas. Preguntada expresamente sobre si el Gobierno sigue defendiendo que Puigdemont cumpla con la justicia española, Rodríguez recalcó el "máximo respeto" a las decisiones judiciales. A continuación remarcó que "al Gobierno le corresponde hacer política". 

Los diferentes gestos con Junts hasta el momento

Pese a que las negociaciones formales no han comenzado, según los socialistas, ya habido una serie de gestos que allanan o al menos no entorpecen la posible investidura de Sánchez. El más significativo fue sin duda la votación para la composición de la Mesa del Congreso. El PSOE logró amarrar todos los apoyos necesarios para que Francina Armengol se convirtiera en presidenta de la Cámara Baja. 

A cambio los socialistas pisaron el acelerador, entre otros asuntos, para que se pudieran usar las lenguas cooficiales en las sesiones parlamentarias. La alianza del PSOE con Junts y ERC se visibilizó también pocos días después con el préstamo de diputados para que los partidos catalanes pudieran formar grupo propio

Finalmente, el esperado discurso de Puigdemont la pasada semana en Bruselas también allanó el camino que pretende seguir Sánchez. En Moncloa lo vieron "poco confrontativo" y con una apelación al marco de la Constitución Española, la línea roja que tienen los socialistas para cualquier acuerdo, especialmente sobre la amnistía. La constatación del desinfle independentista en la Diada es otro paso más. 

Blindaje ante las críticas y unidad 

Mientras tanto, en Ferraz y Moncloa minimizan las críticas externas que realizan principalmente integrantes de la vieja guardia del PSOE como Felipe González y Alfonso Guerra. Unas declaraciones que no han pillado por sorpresa en la dirección socialista y que enmarcan también en la próxima presentación de un nuevo libro de Guerra. 

La Ejecutiva del partido, reunida este lunes, ni siquiera comentó este asunto a nivel interno. Sí que lanzó un recado públicamente, desde el "respeto", la vicesecretaria general María Jesús Montero. "En este PSOE el que se mueve sí sale en la foto", dijo en recuerdo a una famosa frase, en sentido contrario, realizada por Guerra en los años 90. La confianza en los pasos que pueda dar Sánchez está intacta al menos en la actual dirección. 

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