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Santamaría toma el relevo de Rajoy para acusar al PSOE de dar apoyo a los "radicales"

El líder socialista, Pedro Sánchez, reprocha al presidente del Gobierno “no tener credibilidad alguna” por hacer lo contrario al llegar a Moncloa de lo que prometió en la oposición.

Soraya Sáenz de Santamaría en el Congreso. /EFE

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- La tensión política que se genera habitualmente en los debates de la sesión de control parlamentario al Gobierno en el Congreso de los Diputados no se concentró este miércoles entre los principales protagonistas, esto es el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder de la oposición, Pedro Sánchez. El rifi-rafe entre ambos fue más elegante que de costumbre, aunque sin excluir cargas de profundidad.

Las descargas se trasladaron a un instante inmediatamente posterior, cuando le tocó el turno de preguntar al portavoz del grupo parlamentario socialista, Antonio Hernando, a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La mano derecha de Rajoy fue la encargada en la mañana de este miércoles de arrojar la ración diaria de radicalismo al PSOE tras la constitución de los nuevos ayuntamientos.

Y Sáenz de Santamaría, como es habitual en ella, puso toda la vehemencia de la que es capaz, que es mucha. “Quizás debería usted explicar por que apoyan a radicales que están en contra de la libertad de expresión, de la libertad religiosa y que no respetan los derechos humanos”, ha dicho la vicepresidenta en alusión directa a Podemos, formación a la que no citó directamente. Una valoración que desde el Gobierno y el PP se está repitiendo un día sí y otro también. Ayer fue el propio Rajoy en el Senado, hoy su mano derecha en la Cámara baja.

 

Lo de menos era la pregunta formulada por Hernando, quien se interesaba por la destitución de dos comisarios por reunirse con la oposición o por apartar a dos periodistas de RNE por no abrir un informativo con la noticia de la muerte del socialista Pedro Zerolo. Unas preguntas que la vicepresidenta se tomó con mal disimulada ironía con la expresión de “¡acabáramos!” para ridiculizar a su interpelante.

Pero culminado el objetivo de lanzar la calificación de radicalidad la cosa no fue a más. Momentos antes, entre Rajoy y Sánchez la sangre tampoco llegó al río en términos políticos. Y no fue porque el recientemente proclamado candidato socialista a la presidencia del Gobierno no se empleó a fondo en temas socioeconómicos, aunque falto de frases llamativas o redondas.

El discurso de la herencia de Rajoy

En pocas palabras, Sánchez atribuyó a Rajoy de “total falta de credibilidad” por el hecho de anunciar unas cosas “y hacer lo contrario cuando llegó al Gobierno” en materia económica y, sobre todo social. El líder socialista atribuyó a las políticas del PP y de su Ejecutivo “la creciente pobreza de las familias españolas y el aumento de la fractura social entre pobres y ricos en España”.

Ante tamaña acusación el presidente del Gobierno no se ha inmutado, como ya viene siendo habitual. Y como antídoto recurrió a la consabida letanía de “cómo estábamos al llegar al Gobierno y qué nos dejaron ustedes y cómo estamos ahora, en la senda del crecimiento”. Y para concluir, el remate a este corolario: "Esto demuestra que hay que seguir con estas políticas que han funcionado y no volver a lo de antes". Y no hay nada más que decir.

Con anterioridad el diputado de Amaiur Jon Iñarritu, sin duda el más correcto y formal de todos los parlamentarios de la formación abertzale, le quiso buscar las contradicciones a Rajoy por su apoyo al proceso de paz en Colombia entre el Ejecutivo del presidente Santos y las FARC y su empecinamiento en obstaculizar “el proceso de paz en el conflicto vasco”. El presidente Rajoy no vio contradicción alguna al entender que el el país sudamericano ese proceso tiene encaje constitucional y en España el Gobierno se limita a cumplir la ley.

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