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Teresa Rodríguez Rubio, el pan y la alegría andalucista

Profesora de Lengua y Literatura de vocación, política por convicción. No había cumplido la mayoría de edad, cuando empezó a militar. Primero en IU y Anticapitalistas, luego con esta formación en Podemos. 

31/05/2022 Teresa Rodríguez
La candidata por Cádiz de Adelante Andalucía, Teresa Rodriguez, durante la presentación de los candidatos de Adelante Andalucía en la Alameda de Hércules, a 17 de mayo de 2022 en Sevilla. Joaquin Corchero / Europa Press

Ahora, tras desvincularse totalmente de la marca morada, Teresa Rodríguez (Rota, 1981) se presenta una vez más a la presidencia de Andalucía como la candidata de la renovada formación Adelante Andalucía, a la que define como la única "fuerza andalucista de izquierdas, feminista y ecologista que defiende los intereses del pueblo andaluz" y que está dando mucho que hablar.

Andalucista y andalucismo

Teresa Rodríguez es "la Tere". En las calles la llaman así, también en los medios. De forma cariñosa, entrañable, como solo se menciona cuando la candidatura es encabezada por una mujer. A nadie se le ocurre decir "el Juanma", "el Espadas", o "el Marín". Pero esto le ha servido a Teresa Rodríguez para estar presente entre la gente con ese desparpajo de barrio que le llena la boca de "las cosas del comer".

Sus aspiraciones pasan por "las aspiraciones del pueblo andaluz", que según ella son la educación, la sanidad, o como cita en una entrevista con La Poderío, justo unos días después de dejar la bancada del Parlamento andaluz como candidata de Podemos, todo está dicho en la murga de los currelantes de Carlos Cano: "De la manera más bonita, y popular. 'Sacabe' el paro y 'haiga' trabajo. Escuela gratis, medicina y hospital. Pan y alegría nunca nos falten. Que vuelvan pronto los emigrantes. Haiga cultura y prosperidad".

De andaluza, andalucista, pero del "andalucismo de Blas Infante" o "andalucismo andalucista", para para "no confundir con otro nacionalismo más burgués". Porque el andalucismo no es independentismo. Su partido, Adelante Andalucía, se ha propuesto una cosa que tienen clarísima y que llevan por bandera: que la blanca y verde tenga representación partidista en el Congreso de los Diputados. Aunque antes, tendremos que esperar y ver qué ocurre en las elecciones autonómicas del 19J. Y la verdad, no va a ser una cosa fácil.

Pan y alegría

El ser y estar de Teresa Rodríguez le ha llevado a hacer siempre política, sin la necesidad de ocupar un cargo partidista. Sindicalista de base, activista y profesora con el poder de la educación para la transformación social. Ha demostrado ser inteligente a no poder más y no porque fuese la primera de su promoción durante sus estudios de Filología Árabe, que también, sino porque ha sido la única candidata que en 8 años ha puesto sobre la tierra la razón, la concordancia, sin dejar a un lado el corazón. La gaditana es la representación del "pan y la alegría", de Carlos Cano, como forma también de canalizar la rabia.

Nacer al lado de una base militar estadounidense en suelo andaluz es algo que le ha marcado durante toda su vida y su militancia: ni guerras, ni capitalismo. Teresa Rodríguez es una vecina más. Puede que sea la única candidata, o al menos así lo hemos visto, que ponga lavadoras durante la jornada de reflexión, cosa que nos hace pensar cómo, quién y cuándo lavan la ropa el resto de políticos como el resto de humanidad de este mundo. Lo mismo te escribe un discurso que te arregla una persiana. Con ella te puedes tomar un café y comerte una tostá sin sentir una mirada por encima del hombro mientras hablas de referentes, que por cierto, muchas son andaluzas: la primera su madre, luego está Rocío Jurado, María Zambrano o mujeres trans con La Petróleo.

Dónde está la izquierda

Recordemos que en febrero de 2020, Teresa Rodríguez, cansada y con la excusa de una coalición entre su partido y el PSOE desde Madrid, da un zapatazo y le dice "chao pescao" a Podemos. Nunca olvidaremos ese vídeo al que le faltó música de telenovela con el que la gaditana y Pablo Iglesias vendieron un "buenrrollismo" que nunca llegó. Oye, los divorcios de mutuo acuerdo existen, claro que sí, pero esto no había por donde cogerlo.

En mayo de ese año, Rodríguez y el resto de las y los integrantes de Anticapitalistas hicieron efectiva su salida también de Podemos, pero no se dieron de baja, esperando un relevo en la dirección. A los pocos meses, la Caja de Pandora estalló. IU señaló a los parlamentarios de tránsfugas y junto a Podemos Andalucía, liderada en ese momento por Martina Velarde, presentaron una solicitud para dar de baja de la coalición a los nueve diputados de Adelante. El Constitucional rechazó las medidas cautelares que el grupo expulsado que había pedido para ser reintegrados en su grupo parlamentario.

Quizás, en esta época, Teresa Rodríguez necesitó volver al "ser marino que vivía entre la arena y la primera boya", porque como decía cuando contó este secreto, "ese ser asexuado, atlético y salvaje podía hacer lo que se propusiera". Ese ser todavía habita en ella y "puede con todo". Tanto es así, que en junio de 2021, por fin, Teresa Rodríguez registró la marca Andante Andalucía, con la que tanto ansiaba defender a Andalucía, en su misma tierra, pero también en España entera. La dirigente de Anticapitalistas y ex coordinadora autonómica de Podemos se presenta así formalmente como lideresa de esta formación tras ser elegida nuevamente.

Teresa Rodríguez se quedó sin amistades, compañerismo y apoyos en el Parlamento, pero Andalucía se quedó sin alternativa de izquierdas. Un caos. Mucha fragmentación y poco apoyo mutuo. Como siempre, las consecuencias las soportaron, y soportan, las votantes que quieren que se hable "de las cosas del comer", pero de verdad. Mientras, las derechas, el fascismo y, por qué no, los socialistas se frotaban las manos con este espectáculo, las andaluzas y andaluces sentían que lo que habían votado en diciembre de 2018 no había servido para nada.

Los tiras entre la izquierda, no aflojan. Ni subvenciones para la campaña electoral, ni coberturas en los medios de comunicación públicos. Veremos a ver, la decisión de la Junta Electoral, si Teresa Rodríguez pisa los platós de estas cadenas para debatir con el resto de candidaturas a la presidencia de la Junta de Andalucía. "Nos quieren hacer invisibles", señala la política. Todo esto porque, la coalición de izquierdas Por Andalucía alega que como diputada no adscrita, fue expulsada del grupo parlamentario tras salir de Podemos, Teresa Rodríguez no lideraba a ningún partido con representación.

Dos legislaturas

Como todo en esta vida, nunca se puede decir que "de este agua no beberé". Teresa Rodríguez voceó por activa y por pasiva, una y otra vez, que "como persona que se dedica a la política profesionalmente tenía fecha de caducidad". Hablaba de "limitación de mandato de dos legislaturas", es decir, ocho años. Y así, como quien no quiere la cosa, ya va por tres: una como candidata a la Junta en unas elecciones andaluzas, tras haber encabezado la lista de Podemos en los comicios de marzo de 2015, la segunda, en Adelante Andalucía en los de diciembre de 2018, y otra que estaría por venir. Ojo, hay que sumar los ocho meses de europarlamentaria en 2014 antes cuando Podemos dio la sorpresa en el electorado.

Eso sí, estas elecciones tienen un toque especial. Sin dudarlo, busca frenar a la extrema derecha, pero también diferenciarse del resto de las candidaturas de izquierdas. Por eso, las papeletas de estos comicios de su formación, en vez del logo, llevarán impresa su fotografía. Ante todo, Teresa Rodríguez, que no haya confusión. Esta coalición está conformada a su vez por cuatro partidos: Anticapitalistas Andalucía, Primavera Andaluza, Izquierda Andaluza y Defender Andalucía.

Hemos visto a Teresa Rodríguez siempre en las calles, al lado de la gente: las Kellys, las trabajadoras del campo, de Airbus. Ha hablado y defendido la migración, el antigitanismo, el feminismo y también el ecologismo. Ha demostrado que está en todas o no está en nada, que no es de grises, es clara y contundente. Si no que se lo digan a Susana Díaz, expresidenta de la Junta de Andalucía por el PSOE. Pero quizás el reproche no está en lo qué hace, sino en cómo lo hacen, las izquierdas.

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