Los tres pies al gato | 28-M: indignados y aprovechados | por Ana Pardo de Vera.

Ha empezado la campaña electoral para los comicios del 28 de mayo en la medianoche del jueves. ¿”Ha empezado”? No, en realidad continúa con un ruido partidista aún mayor, si cabe, que en los últimos años. Y vayan cargándose de paciencia: tras las municipales y autonómicas de este mes, tendremos elecciones generales en noviembre; y gallegas, vascas y europeas en 2024; y a ver las catalanas …  Vamos a tomarlo con mucha calma, así que hoy no les voy a hablar de partidos, sino de colectivos desesperados por que les hagan caso -y ni en campaña lo consiguen- y otros grupos que aprovechan el periodo electoral para aprovecharse, a su vez, de su posición, sin duda y en los tiempos en que estamos, privilegiada.  La sanidad pública se muere. Todavía estamos esperando ese estudio a fondo que iba a hacer el Gobierno de Pedro Sánchez tras la pandemia para dar una vuelta profunda al sistema de la sanidad de todos y todas; si a eso sumamos los planes ideológicos de la derecha, privatizadora sin complejos, la situación no puede ser más desoladora. Las plazas de médicos de familia no se cubren porque las situaciones laborales son muy poco atractivas: nadie quiere ocupar puestos de trabajo asfixiantes y precarios en comparación con otras especialidades médicas.  Los sanitarios y sanitarias protestan, no solo en campaña, sino siempre y desde hace años porque nadie aborda su problema, porque no interesa o por pura dejadez. La situación es desesperada, nos asegura el sector, ante cuestiones que se agravan, como el envejecimiento de la población, los problemas crecientes de salud mental -sobre todo en jóvenes- y el aumento de las enfermedades crónicas. Protestan sanitarios y sanitarias porque no pueden más.  Los jueces, en cambio, protestan porque son jueces, para pedir, como explicaba Joaquín Urías en Público, más dinero … porque ellos y ellas lo valen. Y, oye, que el Gobierno les ha ofrecido incrementos salariales de hasta cerca de 500 euros, pero les parece una miseria. A unos señores y señoras que tienen unos salarios por encima de la media europea y que gozan de amnistía a la hora de hacer huelga, pues no se les descuentan los días parados del salario, se cojan uno o 100. En este país hay clases, ya saben, y la de la judicatura es de las vergonzantes para este país, y no solo por sus huelgas remuneradas.  ¿Son los trabajadores de la sanidad pública menos importantes que los jueces? Sí, las oposiciones a juez y jueza son durísimas, me consta, pero ¿y la carrera de médico hasta que logra una plaza? ¿Es menos intensa y complicada? ¿Qué tienen en sus manos cada uno de estos sectores? La justicia de todos, unos, y la vida de todas, las otras. ¿De verdad están nuestros jueces por encima de nuestros médicos en la repercusión social de sus funciones?  Hay cuestiones que no admiten comparación y la de funcionarios y trabajadores públicos es una de ellas, porque todos y cada uno de ellos y ellas conforman un Estado que pagamos todos -bueno, que pagamos sobre todo algunas con nuestros impuestos- y que debe garantizar el bienestar social y la cobertura de sus derechos y libertades constitucionales.  Fíjense bien estos días, que empieza la campaña; y distingan entre indignados y aprovechados, qué partido beneficia a cada uno de ellos … porque todo es política ahora, pero una construye y la otra … Bueno, digamos que “no” construye nada más. Feliz democracia, o así.