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La vida empieza con migración

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El pasado miércoles 10 de abril tuvo lugar en el Medialab (Madrid) el primer encuentro de Hello Spain organizado por Ashoka. Hello Spain forma parte de la iniciativa Hello Europe, una iniciativa creada en 2016 que busca soluciones probadas, las conecta y apoya nuevas colaboraciones y organizaciones para acelerar su impacto. Este modelo ya ha sido probado con éxito y ahora se está expandiendo.

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Al evento acudieron un centenar de personas entre ellas emprendedores sociales del todo el mundo y Pedro Calado, Alto Comisionado para las Migraciones de Portugal.

Yo participé en el programa de Hello Spain aportando el conocimiento que hemos desarrolla en porCausa a través de tres años de trabajo sobre la creación de una nueva narrativa sobre las migraciones. A continuación recupero parte de mi discurso durante el evento.

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Lo primero que tenemos que saber es que esa percepción generalizada de las migraciones como algo nuevo y negativo no es casual. Nos están dictando lo que tenemos que pensar y marcando de qué tenemos que hablar. La realidad es que las migraciones son inherentes a la naturaleza humana y no se pueden parar. Sin embargo, todos los debates y las propuestas políticas están centradas en cómo parar y evitar las migraciones.

Aceptando que las migraciones van a tener lugar siempre, deberíamos estar trabajando en cómo podemos gestionarlas del mejor modo, para que sean lo más beneficiosas posible para las personas que se mueven y para quienes que las reciben. Pero sabemos que, ahora mismo, cualquier propuesta de cambio hacia políticas que no sean de contención y represión de la migración generaría miedo y rechazo por parte de la mayoría de la opinión pública. Por eso ningún cambio será posible si no empezamos por instaurar una nueva narrativa en el espacio de debate público.

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Les voy a dar unas claves de cómo se podría hacer eso:

  1. Lo más importante es generar una narrativa propia y penalizar la narrativa antimigratoria y deshumanizada que nos están imponiendo. El que pone el marco gana el debate, por eso es muy importante no caer en la tentación de entrar en discusiones estériles que nos ofrecen pero que no llevan a nada. En porCausa tenemos un eslogan: “la mierda no se comparte”, es decir, que tenemos que recordar que lo que no se comunica no existe. Trabajemos hablando lo que nos interesa a nosotras, somos muchas personas las que queremos un cambio, la suma de todas nuestras acciones y voluntades es indispensable para conseguirlo.
  2. Lo segundo que tenemos que romper es el espacio que existe entre nosotros y los otros. Cada vez que denominamos a alguien migrante estamos separándolo de nosotros. Cada vez que usamos la palabra refugiado, que es un término jurídico, establecemos categorías entre esos 'otros': el refugiado es el migrante que se merece nuestra compasión y nuestro apoyo. Cada vez que nos compadecemos, hacemos más grande el espacio entre unos y otros. Y sin embargo, todas somos migrantes.
  3. Finalmente, tenemos que construir nuestro nuevo discurso para que esté al alcance de todas las personas. Para ello tenemos que trabajar sobre todo los conceptos emocionales. El dato no se recuerda. El dato no contrarresta la percepción: si alguien siente que en su barrio cada vez hay más personas nuevas, de nada servirá que le demos datos que prueben lo contrario, no se los creerá. El dato se niega, se manipula y se desgasta. De modo que hay que evitar los datos en nuestros discursos. Emociones sí, datos no.

Cuando la base del discurso ya esté montada con estos criterios, hay tres cosas más a tener en cuenta:

  1. Tenemos que evitar la polarización. La polarización es una herramienta de los nuevos discursos antimigratorios. Nos están obligado a tomar partido en temas en los que no deberíamos tener que elegir. Y debemos rebelarnos contra ello. Debemos entender las posturas complejas, aceptar que exista temor, que exista aprehensión, que haya sensación de sobrecarga del sistema. Todo esto puede ser pero no significa que las soluciones que nos están ofreciendo sean las adecuadas. No intentemos tener toda la razón, no se trata de ganar una guerra, se trata de evitarla.
  2. Llevemos nuestras ideas a ejemplos cercanos, trabajemos en el espacio de lo local. Los vecinos, las personas cercanas, están llenas de historias y realidades que rompen con todas las mentiras. Lo cercano ayuda a entender las cosas mucho mejor.
  3. Y finalmente, si somos profesionales y estamos buscando una nueva narrativa profesional, apliquemos el efecto Coca-Cola. Lo llamamos así porque la Coca-Cola, que es un producto que tiene más de 100 años y es bastante asqueroso, se ha convertido en el paradigma de la lucha contra la sed. Usemos sus herramientas de comunicación y de marketing.

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En todo esto estamos trabajando con la fundación Open Value, con nuestro maravilloso equipo de jóvenes de porCausa a través de los Migratones, reuniones para crear nuevas narrativas, y con el magnífico César Astudillo. Nos queda mucho por recorrer pero les voy a regalar alguna idea, por si quieren empezar ya a pensar:

Para terminar, quiero recordarles que el amor fue una herramienta de cambio social en la India con Gandhi, de modo que no permitamos que nos la quiten. Tenemos el poder individual y colectivo de cambiar las cosas, usémoslo.

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