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España lidera los abandonos racistas en el desierto

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Camión utilizado para abandonar personas en el desierto.- Andrei Popoviciu

Hoy se publica en varios medios internacionales una investigación coordinada por Lighthouse Reports en la que ha participado la Fundación porCausa. En ella se demuestra que efectivos policiales y militares de Marruecos, Túnez y Mauritania hacen redadas por perfil racial, deteniendo a personas negras que se presuponen migrantes. Una vez detenidas se les requisan todo lo que tienen, desde teléfonos móviles a papeles identificativos. Luego estas personas son internadas en espacios de detención de migrantes en dichos países. En estos sitios las condiciones son infrahumanas. Más tarde son abandonadas en zonas remotas, pueblos perdidos o directamente en el desierto.

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Siendo más precisas el equipo de porCausa ha podido constatar en terreno que, concretamente en las cárceles de Mauritania, no les dan de comer ni de beber, que tienen que orinar en botellas, y que además aquí se internan también a mujeres embarazadas y niños. En Mauritania los llevan a zonas remotas, sobre todo a Gogui, frontera con Mali (zona con mucha presencia yihadista, hay muchos secuestros). Esto en buena parte se hace con dinero europeo y se están usando vehículos, tecnología y entrenamiento proporcionados por la UE.

España tiene un papel fundamental tanto con Marruecos como con Mauritania, sobre todo a través de la  FIIAPP, una estructura de apoyo a la cooperación internacional, y del Ministerio de Interior. A través de ellos suministramos todo tipo de soportes, vehículos, entrenamiento y tecnología, sin contar que España tiene 50 guardias civiles y policías desplegados allí. Estos efectivos hacen redadas y detenciones conjuntas con efectivos locales.

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La Fundación porCausa ha recuperado testimonios que aseguran que la policía española entra en las cárceles de migrantes, y hasta recibe listas que le dan los mauritanos con los nombres de gente que abandonan en la frontera con Mali. La investigación demuestra que muchos vehículos que usan en Mauritania y Marruecos para las detenciones y para dejar abandonada a la gente en el desierto en muchos casos coinciden -mismo modelo, marca, año de producción- con los que suministra España en el marco de  la cooperación internacional. La misma dinámica está probada con Italia y Túnez con los vehículos, y también con Austria que entrega perros que son usados por las autoridades marroquíes para perseguir a los migrantes. Todo esto con el conocimiento y la connivencia de la UE, el gobierno de España y Frontex como consta en informes internos a los que accedió la investigación.

Esta investigación viene a enriquecer toda la información que ya existía sobre la externalización de las fronteras europeas, una práctica que se inicia a finales de los años 90 y se consolida a través de una gestión caótica y reactiva. Ninguna de las acciones, inhumanas y despreciables, que lleva a cabo la Unión Europea y España en estos países sirven para gestionar o controlar la migración. Como explica con detalle el informe Externalización publicado por porCausa a finales de abril, todas estas prácticas sólo producen caos, dolor y descontrol y queda demostrado que por mucho que se gaste en militarización de las fronteras, la migración es un proceso natural que no se puede parar. En lugar de seguir transfiriendo dinero público en prácticas inútiles, que además en algún momento tendrán que ser juzgadas por alguna autoridad supranacional por su crueldad y falta de humanidad, lo que debería hacer la UE es trabajar en sistemas eficaces de gestión. Con la misma cantidad de gasto podríamos tener bases de datos ordenadas, registros disponibles en países de origen que permitieran permisos de trabajo temporales y sistemas de gestión circulares de movilidad laboral, y movimientos ordenados y no mortales de personas. Incluso podríamos asegurar de forma equilibrada y justa la protección internacional de personas que lo necesiten. ¿Se imaginan que fantasía?

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