Opinión · Con negritas
El dueño de Eulen va a por todas en su bronca familiar
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El año pasado por estas fechas, DAVID ÁLVAREZ dejó claro que no estaba dispuesto a recuperar el control de su grupo mediante ningún tipo de apaño. Cinco de los siete hijos del fundador de Eulen acababan de dar un inesperado golpe de mano, hartos de que su octogenario padre no se decidiera a emprender la retirada. Aprovechando la mayoría numérica que tenían en el consejo, le arrebataron la presidencia y le despojaron de todos sus poderes, pese a ser el socio mayoritario. Comenzó así un descarnado conflicto familiar que todavía hoy tiene en ascuas a los casi 90.000 trabajadores de Eulen. Preguntado entonces por las posibilidades de una pronta reconciliación, el patriarca sentenció: “Primero hay que restablecer la justicia; sólo después será posible la paz”.
De que aquello no lo dijo a humo de pajas ha dado muestras David Álvarez hace sólo unos días, al rechazar tajantemente el arreglo propuesto por sus cinco hijos rebeldes. Estos perdieron el control de Eulen en cuanto los tribunales tomaron cartas en el asunto y llevan meses atrincherados en El Enebro, la sociedad patrimonial de la familia, que tiene entre sus activos las célebres bodegas Vega Sicilia. De ella expulsaron también a su padre y a sus hermanos MARÍA JOSÉ y JESÚS DAVID; pero ahora, como supuesto gesto de buena voluntad, les han ofrecido volver en calidad de simples consejeros. La respuesta ha sido negativa porque saldrían perdiendo: David Álvarez era antes presidente y sus dos vástagos leales, respectivamente, vicepresidenta y consejero delegado.
El fundador de Eulen, además, quiere que se le reconozcan sus derechos políticos (51%), cuyo usufructo se reservó cuando repartió la sociedad entre sus siete hijos a raíz de la muerte de su primera esposa en 1987. Aunque El Enebro tiene un peso modesto si se compara con un grupo que factura 1.400 millones al año, para David Álvarez se trata de una cuestión de principios; sobre todo ante la perspectiva de una sentencia favorable. Ya lo advirtió en su día: “Primero hay que restablecer la justicia; sólo después será posible la paz”.
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Un detalle
El Enebro es la niña de los ojos de David Álvarez y a través de ella ha dado rienda suelta a su afición por la fabricación de vinos. Pese a la trifulca familiar, nadie se ha atrevido a retirar de la página web de Vega Sicilia la foto, no muy antigua, en la que todavía aparece feliz rodeado de sus siete hijos.
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