Opinión · Posibilidad de un nido
Tango, lentas, lambada, perreo, sí
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Yo bailé la lambada, a la que llamaban “el baile prohibido” imagino que porque era bastante guarro. Consistía en frotarse contra la pareja de frente, sobre el muslo, contra la pelvis, subiendo y bajando. Eso era precisamente lo interesante, vaya bobada, la cosa sexual, caliente. Pasaba lo mismo cuando yo era adolescente y llegaban las lentas. Hay quien dice que las lentas las bailábamos con los brazos estirados, como en las pelis americanas de institutos, pero lo cierto es que acabábamos bien prietos, sudando, con el aliento en la nuca del otro o la otra y el corazón palpitando en algún sitio inconcreto entre el estómago y la pelvis. Todavía recuerdo el intenso aroma a desodorante Williams de los chicos de los ochenta.
En la imagen aparecen varias chavalas jóvenes en una discoteca para menores. Apoyan las manos en lo que me parece un escenario y mueven las caderas con el culo en pompa. Lo llaman perreo. El chico se les coloca detrás y lleva el ritmo. Es lo que llaman un “ritmo latino”, aunque eso me parece una consideración demasiado amplia. Entiendo mejor lo de “perreo”, y además me hace mucha más gracia. La secuencia se ha reproducido millones de veces, por lo que parece, y fue tomada a traición. La grabó la propia discoteca y la colgó en las redes. Eso, si no me equivoco, es delito, y quienes allí aparecen deberían denunciar a la empresa, que además no tiene licencia.
Sin embargo, las críticas, oh, se han centrado en lo obsceno del baile, una “preocupación” por la “sexualización” de las chavalas. ¿Y qué es bailar? Bailar en pareja es, entre otras cosas, un acto sexi, una forma de cortejo, de seducción. Recordemos lo que supusieron el tango y el rocanrol en sus respectivos momentos. Y no creo que los primeros que se lanzaran con el rock fueran octogenarios.
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La base está en que ellas lo hacen sin estar obligadas a ello, ellos igual, y ambos deberían tener claro que eso no implica ningún acto posterior que no sea consentido por ambos. Pero cada cierto tiempo, una parte (viejuna) de la población se escandaliza por lo que hace con su cuerpo otra parte (joven) de la misma población.
“Es que son menores”, afirman. Efectivamente, son menores bailando en una disco para menores y lo raro es que usted o yo fuéramos las que en ese lugar, hora y condiciones moviéramos el culo. Eso sí que merecería su noticia. “Es que están sexualizadas”, se alborotan. Efectivamente, se encuentran en la edad y unas están sexualizadas y otras no. Otras son perroflautas, pijas, activistas y las más andan buscando una identidad a la que agarrarse. ¿Y? ¿Existe algún problema en que jóvenes entre 14 y 18 años estén eso que ahora llamamos “sexualizadas”? Y más allá de eso, ¿qué significa estar “sexualizada” en una pista de baile?
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Ojo, porque el siguiente paso podría ser: “Luego se quejan. Si es que andan pidiendo guerra…”.
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