Opinión · Posos de anarquía
El enfermizo negocio de la Sanidad
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La Sanidad es un negocio, un negocio enfermizo que se ceba con la necesidad del paciente, con el propio instinto de supervivencia del ser humano. El neoliberalismo lo sabe y no va a dejar escapar la ocasión de seguir incrementando su riqueza por esta vía, excluyendo del sistema a quienes ni por asomo podrán pagar los servicios, como es el caso de los inmigrantes ilegales que son explotados por ricachones de turno, bien en sus empresas o en su servicio doméstico.
Hoy conocemos que el ex consejero de Sanidad madrileño Juan José Güemes es consejero de Unilabs, después de que ésta comprara la empresa a la que el propio Güemes adjudicó el servicio público de análisis en seis hospitales madrileños. El negocio será redondo: la gestión de los análisis clínicos de esos hospitales y de los centros de atención primaria de su área de influencia, 49 centros de salud, 107 consultorios periféricos y 100 residencias.
Y mientras, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, acusando a médicos y enfermeros de "estar jugando con la salud de los pacientes" por convocar una nueva huelga conjunta. ¿Querrá decir González que con lo que se juega es con su cuenta de resultados? Desde el PP insisten en tachar de política la oposición en bloque de toda la Sanidad madrileña, al tiempo que se contradice asegurando que sólo se preocupan por sus condiciones económicas. Ya saben, cree el ladrón que todos son de su condición...
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No es así, en absoluto, y la sociedad entera debería mostrar aun más apoyo al colectivo sanitario que, como hicieron antes en otros como en Educación, luchan por el futuro de todos, no por su presente. Estas Navidades me topé por las calles de Madrid con una pareja de amigos que paseaban a su bebé de casi un año. Se me partió el corazón al escucharles decir que, a pesar de tener ambos trabajo -un lujo en estos tiempos- llevan meses aprendiendo alemán para hacer las maletas. ¿El motivo? "Que España no será un buen país para educar a nuestro hijo". No sé si Alemania es la mejor opción, pero la España del PP seguro que no lo es. Tienen razón.
A los tejemanejes marca Güemes que veremos salir a la luz con este nueva oleada de privatizaciones, se suma otro fenómeno impulsado por la patronal, que como todo el mundo sabe no tiene a Marx como lectura de cabecera. Hablo de las retribuciones en especie, de cómo la proporción de compañías españolas que brinda cobertura sanitaria privada a sus empleados ha aumentado hasta el 70%, cuatro puntos más que en 2011 y 14 más que en 2006. ¿Dónde está la trampa? Que mientras la empresa se ahorra la carga salarial con sueldos cada vez más raquíticos, este tipo de pagos están exentos fiscalmente. La manera ideal de seguir empobreciendo a la Sanidad pública y enriquecer a compañías como la de Güemes. Imagino que de eso él sabe mucho desde su cargo en la IE Business School, una de tantas fábricas de responsables de esta crisis estafa.
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