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Opinión · Posos de anarquía

Debate sobre el estado de la nación... empobrecida

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En pocas horas arrancará el debate del estado de la nación o, como muchos lo han bautizado ya, el gran mitín electoral en el Congreso, pues en pleno año electoral los partidos no perderán ocasión de hacer su puesta de largo. Lo cierto es que lo que sobre el papel era una cita ineludible, cada año se ha ido convirtiendo en una versión descafeinada de lo que debería ser. De hecho y en lo que al Gobierno de turno se refiere, el debate ha devenido en escaparate de nuevas medidas -hoy se prevé el anuncio de nuevas medidas sociales-, cuando en realidad debería ser una valoración retrospectiva de lo que se ha venido haciendo durante el último año/legislatura. Pero no, con tal de quedar por delante en el marcador -porque prensa y ciudadanos parecen reducir el debate a un partido-, el presidente siempre se guarda un as bajo la manga que ni se le ha pasado por la cabeza que sea una fómula populista... qué va.

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Este año, quizás, la cita sí tiene mayor interés por ver el estreno de algunos de los líderes de partidos, como Pedro Sánchez (PSOE) y Alberto Garzón (IU), sobre cuyos hombros sus votantes han depositado muchas esperanzas de cambio. Al otro lado, en cambio, estará Rajoy cuyos electores quieren, precisamente, que todo siga igual...

... Igual en términos de reparto del poder, porque para ellos la España de hoy no hay quien la reconozca comparada con la que cogieron en 2011. Y tienen razón, pero a peor. No había más que escuchar ayer a la joven promesa Pablo Casado arremeter contra Garicano y Ciudadanos -partido al que ya llaman el "Podemos de la derecha"- y asegurar que España está mucho mejor. Se equivoca o miente, no sé qué es peor, porque de no mentir, los años luz a los que se encuentran de la calle son la única justificación para el desconocimiento de la realidad de su país... y ni siquiera eso, porque los informes de organismos independientes se acumulan encima de la mesa:

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Informes de Intermon Oxfam, de Cáritas, de Unicef... advirtiendo de la pobreza crónica de España, de su desigualdad, de la pobreza infantil... Informes de Amnistía Internacional, de Human Rights Watch y de la propia ONU advirtiendo de la violación de Derechos Humanos en España, informes de Reporteros Sin Fronteras alarmando por la pérdida de libertad de prensa... en fin, tantos y tantos informes que ni siquiera es preciso que el Gobierno o las filas del PP bajen de sus cómodos despachos o de sus áticos en Marbella a la calle y vean las colas en las oficinas del paro, en los comedores sociales, en los bancos de alimentos, los mendigos por las calles...

Y es que, aunque los sesudos del PP no lo quieran ver, los principales indicadores macroeconómicos que han mejorado y en los que ellos se apoyan para recuperar el "España va bien" de Aznar, se logran a costa del sacrificio de la ciudadanía. Si exportamos más, efectivamente, es porque somos más competitivos, pero no porque los empresarios hayan invertido en procesos o maquinaria má eficiente y moderna, sino porque han realizado despidos masivos y los pocos que conservan el empleo han perdido casi un 50% de poder adquisitivo. Si atraemos inversión extranjera, es porque España se ha convertido en un país de saldo, en el que un tesoro como AENA sale a bolsa prácticamente regalado para que los especuladores después revendan al triple. Si se queda la fabricación de coches aquí o viene una fábrica de I+D de impresión 3D es porque el Estado desembolsa ayudas y por los bajos costes salariales que nos ha 'regalado' la reforma laboral... Si baja el paro -y con todo, hay más que en 2011-, es porque los contratos por semanas (1 de cada 4 en 2014) maquillan las cifras, así como la precariedad laboral y la emigración de los más jóvenes...

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España no va bien y pide un cambio. Y el de hoy, efectivamente, es el debate sobre el estado de la nación... empobrecida.

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