Opinión · Posos de anarquía
Plantas de plástico
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Hay personas que llenan sus casas de plantas de plástico. Son cómodas, cada vez más logradas, tanto incluso que a una distancia próxima continúan dando el pego. No hace falta regarlas, ni quitarles hojas secas; no es preciso cuidar la cantidad de luz que reciben. Parecen plantas, se colocan en macetas como plantas y adornan las estancias como plantas, pero no son plantas. Lo mismo sucede con la derecha española.
Cada vez más gente prefiere incorporar a sus casas plantas de plástico, escudándose en la mala mano que tiene con las vivas, que siempre terminan por matar. Ley del mínimo esfuerzo enmascarada en pura apariencia, esa que se aproxima a la realidad pero que no es real, aunque terminan por creérsela.
La Ley Celaá se ha convertido en una nueva planta de plástico para la derecha. La cantidad de mentiras y manipulación que está vertiendo la oposición conservadora sobre la LOMLOE ha generado una bola de nieve que ayer se echó a rodar en muchas ciudades de España en forma de manifestaciones vehiculizadas.
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No son pocas las personas que ha tomado esta planta de plástico y la han colocado en casa, queriendo creer que lo aparente es real, cuando sigue siendo falso. Creer a pies juntillas que se vulnera la libertad, que se ataca a la educación concertada y la especial y a la misma unidad de España es más cómodo que ir a la ley y comprobar que no es así.
Se toma la planta, se coloca en una esquina y ya está, no es necesario regar con lectura y reflexión. Idéntico poco esfuerzo que realiza una oposición para crear este adorno sintético que no aporta más que el llenado de espacios, pero no oxigena, no filtra. Ni se ha tomado ni se toma el texto de la LOMLOE con rigor para tratar de mejorarlo -que es mejorable-; en su lugar, se produce una planta pomposa con lazo naranja que, por cierto, recuerda los colores de cierto partido neoliberal contento ahora de ver como el principal partido de la oposición lo pasea por toda España.
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La oposición prefiere el plástico a lo natural, amoldar la verdad a su antojo, falsear la realidad y convertir un vergel en un invernadero sintético. Su afán por hacer que reinen las plantas de plástico se extiende a todo, pasando, por ejemplo, de elogiar la honorabilidad del teniente coronel Diego Pérez de los Cobos cuando fue destituido por el actual gobierno a señalarlo como uno de los responsables en el manejo de los fondos reservados cuando se sienta en el banquillo el exministro de Interior, Jorge Ferández Díaz. Plástico, plástico, plástico... con lo que contamina.
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