Opinión · Del consejo editorial
La migración reversible y su percepción
Publicidad
Antonio Izquierdo
Catedrático de Sociología
Por vez primera en los diez últimos años, el saldo migratorio ha sido negativo. Salieron 445.000 extranjeros mientras que entraron 415.000 y el doble movimiento de españoles también sustrae 20.000 personas. En suma, aumentan las corrientes hacia fuera, pero se mantienen fuertes las llegadas. Así que vivimos unos flujos de enorme envergadura que dejan un saldo negativo de escasa magnitud. Hay que subrayar que las entradas se sitúan en valores similares a los de los primeros años del siglo XXI, cuando el empleo proliferaba.
De modo que lo que hay que explicar es por qué siguen viniendo tantos y se marchan sólo unos cuantos más: pues porque la migración es ahora más reversible que antes para los ciudadanos comunitarios y no lo es tanto para los extracomunitarios. Cuesta menos circular, ensayar y regresar cuando se tiene un pasaporte privilegiado. Muchos españoles se van para crecer personal y profesionalmente y vuelven, al poco, para comprobar si se valora su desarrollo. Y de la comparación puede surgir un nuevo movimiento. En realidad el doble flujo ha existido siempre, aunque, según la época, uno fuera más visible y voluminoso que el otro. La notoriedad depende más del perfil social y cultural que de la cantidad, pues el actual flujo de españoles que se van sólo supone el 12% de las salidas.
El signo distintivo de esta fase migratoria es que el doble movimiento resulta más inesperado. Hace tres años nadie pensaba en la emigración de jóvenes españoles, ni tampoco se pronosticaba que el stock de extranjeros disminuiría tan poco. Así que esta crisis puede servirnos también para “naturalizar” el movimiento y “socializar” su valor. Apreciar al emigrante y al inmigrante en lugar de señalarlo como un fracasado o un inferior y defender sus derechos aquí y allá. Porque tiene más futuro una sociedad migratoriamente renovada que una empapada de sí misma y porque un país desarrollado es aquel que es capaz de abrirse a otros y reconocerlos. Y precisamente por eso, la tarea principal de la política de control migratorio en esta época de intercambios es la de saber quiénes se van y quiénes son los que vienen y, sobre todo, qué proyectos les impulsan.
Publicidad
Lo + visto
- 01 Ayuso se niega a colocar en la sede del Gobierno madrileño una placa en memoria de los detenidos del franquismo
- 02 Jueces para la Democracia alerta del riesgo de las denuncias basadas solo en la prensa
- 03 El PSC lidera los sondeos y podría formar gobierno con ERC y Comuns ante un imposible pacto independentista
- 04 Feijóo usó en Galicia para llegar a la Xunta la misma estrategia de bulos y 'fakes' que emplea ahora contra Sánchez y su pareja
- 05 Denuncian a Mercadona ante el Juzgado de lo Penal por presunta detención ilegal, coacciones, acoso y ataque a la libertad sindical
- 06 La aplaudida reflexión de Évole sobre la deshumanización de la política tras la carta de Sánchez: "Ya no se discrepa, se odia"
- 07 Luis Alfonso de Borbón y la "apología de un dictador fascista y genocida": prueba a cambiar Franco por Hitler…
- 08 Benjamín Labatut: “La sensación necesaria en este momento es el pánico” - Librujula
- 09 'Lawfare' español contra la izquierda: de los consejos de guerra del franquismo a criminalizar el independentismo
- 10 ‘Lawfare': cuando se busca por vía judicial dar un golpe de Estado blando contra Sánchez - Público TV