Y, la medalla es para…

Lorena Ruiz-Huerta García de Viedma

Vicesecretaria General del CC de Podemos Comunidad de Madrid. Presidenta del GP Podemos Comunidad de Madrid

Esperanza Aguirre ha dimitido de su cargo de presidenta del PP de Madrid y afirma haberlo hecho por ‘responsabilidad política’, ante la podredumbre de corrupción que asola a su partido. Las reacciones no se han hecho esperar y Ciudadanos, a pesar de que mantiene en el Gobierno de la Comunidad de Madrid al PP de la Gürtel, la Púnica y la financiación ilegal, se atribuye el mérito de la dimisión de Aguirre, “porque fueron ellos quienes impulsaron la Comisión de Investigación de la Corrupción de la Asamblea de Madrid” a la que fue llamada a comparecer la ya ex Presidenta, el pasado viernes. Omite Ciudadanos que esta comisión vino de la mano de una iniciativa de Podemos: la de auditar la gestión pública del PP en Madrid, en los últimos ocho años, que nos ha dejado una deuda de 27.000 millones de euros.

En Podemos lo tuvimos siempre claro: el PP de Madrid, como el de Valencia, lleva demasiados años gobernando nuestra región sin otro proyecto de desarrollo económico que no sea el del ladrillazo puro y duro. Y así, nos hemos encontrado con un sinfín de infraestructuras innecesarias que terminaron con un enorme sobrecoste, y que no han resuelto ni el problema del paro, ni el de la escasez en los servicios públicos.

Esta megalomanía, sólo ha servido para llenar los bolsillos de los constructores amiguetes; pero hoy conocemos que algunos de ellos devolvían los favores con sobres del tres por ciento, a cambio de más contratos. Un entramado perfectamente alicatado durante 20 años que nos ha dejado la deuda millonaria que ahora debemos pagar entre todos. Por eso, insistimos en que no son “manzanas podridas”, ni “casos aislados de corrupción”. El PP es una estructura de partido corrupta, que en Madrid lleva 20 años tejiendo una red clientelar con tintes mafiosos. Y en la cúspide de todo, estaba sentada ella, la dimitida Esperanza Aguirre, sin que el lodazal llegase a embarrarle siquiera los calcetines blancos.

Ante la ‘victoria’ que supone esta dimisión, y pese a lo agridulce de que sólo haya dimitido de su cargo de presidenta del PP, y no lo haya hecho como portavoz del ayuntamiento de Madrid, no es momento de que los partidos entremos en disputas sobre el reparto de méritos.

Hoy corresponde recordar a la sociedad civil movilizada: la de las mareas, la blanca y la verde, la de la PAH, y de toda la gente decente e indignada que cuando ni los partidos de la oposición, ni los medios de comunicación, decían una sola palabra sobre lo que hacía el PP en Madrid, inundaron las calles y plazas con manifestaciones y protestas denunciando lo que estaba pasando. Denunciaron los recortes en sanidad y en educación, y los desahucios sin alternativa habitacional, mientras las empresas del IBEX multiplicaban sus beneficios. Fueron los movimientos populares los primeros en señalar el dolor que las políticas de austeridad del PP estaban causando a la gente, y que no tenía como causa una crisis, sino una monumental estafa. Fue la ciudadanía organizada, consciente y harta de unos gobernantes insaciables, la que inició una escalada de lucha en las calles que precipitó, entre otros acontecimientos, la llegada de Podemos a las instituciones, y que hoy se ha cobrado la dimisión de la máxima responsable política de todos estos años de gestión pública vergonzante. Vaya pues un reconocimiento a la audacia, la valentía y el esfuerzo de toda la gente que ha integrado estos movimientos que sacudieron los cimientos de nuestra sociedad adormecida: la dimisión de Aguirre, no habría sido posible sin el movimiento de una ciudadanía indignada.

También corresponden algunos méritos a la justicia, a pesar de la penosa situación en la que el PP y el PSOE la mantienen desde hace años: sin medios, sin jueces, sin personal, sin peritos independientes, con el desastre que está siendo la implantación del ‘papel 0’ en los juzgados.. Continúa trabajando y sacando a la luz complejos casos de corrupción y adoptando resoluciones incómodas para los poderosos.

Al PP de Madrid no le interesa la justicia: prefiere que no funcione para que sus corruptos tengan más oportunidades de escapar “por la puerta de atrás”, merced a la prescripción de los delitos y a las dilaciones indebidas. La única mejora en el presupuesto de la justicia para 2016 en la Comunidad de Madrid, se aprobó gracias a una enmienda de Podemos, que supuso 16 millones de euros adicionales para este servicio público esencial. Pero esta cantidad es insuficiente para acometer la mejora que la Justicia está demandando.

La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, no convencerá a nadie de que lidera un nuevo PP, de que su viejo y corrupto partido ha muerto con la dimisión de Aguirre, mientras no lo demuestre con hechos que la comprometan. Por poner solo un ejemplo, debería acordar la inmediata dotación de una partida presupuestaria extraordinaria, destinada a reforzar los juzgados que están investigando la corrupción en Madrid, para demostrar su compromiso con la regeneración democrática que aspira a liderar. Todo lo demás, son cantos de sirena que ya no embaucan a una ciudadanía que ha despertado de su letargo.

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