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Opinión · el pingue

Ta-Kumi. Marbella

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La guardia municipal de Marbella juega al ratón y al gato con los vendedores de bolsos falsos. Los dos de enfrente vigilan la mirada de los posibles clientes. Si los ojos quedan fijos en la mercancía, rápidamente ofrecen precio.

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A fallback.

Por ahora nadie ha parado...

.

Advierto a la entrada que no se me dan bien los palillos. Álvaro me fabrica unos "automáticos". Los miro y creo que es la metáfora de mi experiencia en cocina japonesa. Álvaro se ríe. Nos hemos reído mucho hace unos años...

"¿Qué quieres comer?", me pregunta.

"Lo que quieras", respondo, "es mi primera experiencia en un restaurante de tendencia y cocina japonesa".

"¿De verdad?".

"Sí, majo, no te miento".

"Pues entonces......"

Aparecen, casi al tiempo, un mix de nigiris, futomakis, atún toro, ventresca, calamar, pez mantequilla -"untuoso" y muy especial- ....

Al lado los adictivos tempura roll, unos "Gyoza" sabrosísimos y distintos a los que yo había probado, y unos "fideos con langostinos" ricos de verdad. Si se me preguntan datos técnicos pues no tengo, casi, con qué comparar ni de qué hablar. Hasta ahí llega mi ignorancia.

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(Me imagino que soy el protagonista de un monólogo de Leo Harlem....)

Posiblemente la cocina de Ta-Kumi sea un reflejo del carácter de Álvaro Arbeloa mezclado con el de, aparentemente,  Toshio. Es una cocina alegre, divertida, amable, sin estridencias y respetuosa con ciertos principios, como por ejemplo el punto del arroz. La otra vez que comí niguiris el arroz estaba apelmazado, sin sabor, era un taco. El arroz que ellos ofrecen se suelta cuando lo masticas, aquello no es un chicle, aquello es, como dice él, "lo que tiene que ser".

Me llega un té japones, sin azúcar, y pienso que si vuelvo a un "japo" espero que en algo se parezca a Ta-Kumi.

TA-KUMI, localización.

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