Opinión · La revuelta de las neuronas
Pesadilla en 15m street
Publicidad
Lo que más pueden denostar las élites de burócratas que gobiernan, sucede cuando la propia sociedad es capaz de nombrarse a sí misma. Pueden soportar un estallido, un encontronazo descontrolado fruto del momento, comprenden aunque condenan los actos que emanan de la desesperación, pero de ningún modo consienten que la sociedad pueda dotarse de sus propias leyes. Encontramos aquí las tres figuras paradigmáticas: la heteronomía, las normas que aplican unos y ejecutan otros, la anomia, la total ausencia de normas y por último la autonomía, tener por ley dotarse de sus propias normas y leyes. El miedo de todo soberano, de todo poder heterónomo, se proyecta contra la anomia usándola de ariete para azotar los temores de la población ordenada, pero su angustia reside en realidad, sobre las posibilidades de que la sociedad genere autonomía con respecto a su poder. Por eso en los discursos mediáticos se destaca de forma peyorativa que tal colectivo o grupo está “organizado”, haciendo alusión a un rasgo negativo en la sociedad civil del que hay que huir. La confianza en quien manda debe ser profunda, indiscutible, incluso cuando dicen defender algo mientras conducen en la dirección contraria: para defender el Estado de Bienestar primero hay que destruirlo si queremos garantizar su viabilidad en el futuro.
?
De la misma forma que se comprende a sí mismo, el régimen necesita traducir todo lo que se escapa más allá de sus contornos, con la misma lectura que hace sobre aquello que sí está dentro. En su afán de ordenar el tablero del juego para que todo que atado y bien atado, lo que se niega a ocupar el lugar que otros le asignan –heteronomía- puede mantener su expresión, en tanto y cuanto no ponga en duda las propias reglas del juego y el modo de repartirse las cartas.
El 15m no es un movimiento, es la sociedad que se mueve; tampoco es el retorno de lo ya conocido, de lo que se espera que deba ser, precisamente porque no es un actor en concreto, es una forma de actuar y pensar difícilmente asociada a un grupo determinado. Por eso, quienes lo quieren comprender dentro de los márgenes que indica el régimen para encerrarlo en un titular, no podrán nunca encontrar nada parecido a lo que buscan. La sociedad en movimiento se parece más al miedo que provoca un poltergeist entrando en su televisión, o cuando Freddy Krueger interrumpe en los sueños para convertirlos en pesadillas. Con ellos no hay diálogo, no hay límites claros, son éter atacando los espacios y consensos más íntimos; es Nietzsche disparando a la moral dominante, al sentido común anquilosado en los dinosaurios. Los padres del régimen pensaban que tirando gasolina a lo que se mueve se iba a esfumar y a desaparecer; ahora toman café, comen bocatas de anfeta y no duermen ni siquiera la siesta. La sombra del poder constituyente, de esa innovación discontinua que deshilacha su normalidad caduca ronda por sus cabezas. Quieren frenarnos pero seguimos subiendo con nuestro jersey a rayas, el sombrero ajado y nuestro guante artesanal, al tiempo que ellos continúan saltando a la comba preguntándose una y otra vez, 9-10, dónde está Fred.
Publicidad
Lo + visto
- 01 Occidente envía más misiles a Ucrania y reconsidera el despliegue de tropas para evitar la debacle
- 02 Una denuncia ciudadana relanza la batalla por la integridad de la Mezquita de Córdoba
- 03 El 'tuit' de Almeida sobre Lorca y los toros que ha dejado boquiabiertos a los tuiteros
- 04 La gran mentira de Llados: la secta de la masculinidad tóxica - Público TV
- 05 Núñez Feijóo escribe un artículo sobre libertad de prensa y los tuiteros reaccionan: "El chiste se cuenta solo"
- 06 Willy Toledo: "La nueva posición del PSOE y el Gobierno de coalición con Marruecos es una persecución contra los saharauis"
- 07 Las razones del 'no' a la celulosa de Altri
- 08 ¿De verdad que ‘sí se puede’, Pedro Sánchez?
- 09 El regreso de la moda de los 90 restituye el culto a la delgadez extrema y despierta a los fantasmas de la insatisfacción corporal
- 10 La historia de Criselda Flores y su padre tras sobrevivir al 'carnicero de Badajoz': "Temía más a las torturas que a la muerte"