Este país se convirtió en el primero en otorgar la ciudadanía a un robot. Tamaña estupidez buscaba ser una herramienta de marketing para situar a Arabia Saudí en el mapa de nodos de desarrollo de la IA. Para mayor escarnio a la par que indignación, el robot era una mujer a la que bautizaron como Sophia, dotándole de más derechos, incluso, que a las verdaderas mujeres del país.

Se trataba de un robot de la empresa Hanson Robotics, activado en febrero de 2016 y, desde entonces, ha participado en diversos paneles junto a representantes globales del mundo de las finanzas, los seguros, el automóvil o el entretenimiento. Y, ¿saben qué más? La ONU la nombró la primera Campeona de Innovación de las Naciones Unidas en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), otorgándole un papel oficial en la labor que este Programa desempeña para promover el desarrollo sostenible y salvaguardar los derechos humanos y la igualdad. ¿Se está o no se está perdiendo el norte? Como decía Oscar Wilde, "un tonto jamás se recupera de un éxito", y en esto de la IA se están levantando demasiados ídolos tecnológicos.