La gaviota del chantaje planea sobre Mariano

La información es poder, quizá el verdadero y único poder. Los servicios de inteligencia de todo el mundo han sabido jugar a su antojo con los presidentes de gobierno a los que supuestamente deberían servir, porque, aunque parezca un despropósito, lo que manejan los servicios de inteligencia poco tiene que ver con la inteligencia, sino con la información.

La Iglesia católica se inventó el confesionario y la confesión de las culpas y demás obsesiones para montar así la red de información más poderosa que conocieron los tiempos. Y el franquismo cultivó una red de información muy peculiar y no menos efectiva: la formada por los taxistas, cuyas licencias estuvieron durante muchos años sujetas a la fidelidad al régimen, muchos de ellos confidentes que constituyeron los ojos y oídos de la policía política durante décadas.

Ahora acabamos de comprobar, en ese sainete de la destitución/dimisión del tesorero del PP, el verdadero poder de quien posee la información. Bueno, este pájaro (concretamente, esta gaviota) atesoraba, al parecer, información y millones de euros. Medio sumario Gürtel señalándole como un chorizo, en su provecho y en el de su partido, pero sus víctimas, o sea, los compañeros de los que posee un caudal de información sin duda comprometedora, le respetaban el despacho oficial, le pagaban el abogado y le mantenían en su escaño de senador, no se les fuese a cabrear el presunto.

Ha hecho un mutis temporal, pero al parecer ha dejado de jefe de seguridad a su cuñado, un puesto que acumula información de la vida privada de sus compañeros, de sus vicios y costumbres, de sus conversaciones telefónicas, del tipo de compañías que los frecuentan y de los maletines volanderos, material precioso todo él en caso de tener que recurrir (los dioses no lo quieran) al penoso método del chantaje.

¿Comprendéis ahora la cara de funeral del pobre Mariano? ¿Pensabais de verdad que lo que le preocupaba al patriota de hojalata era España?