Opinión · Fuego amigo
La fábrica de pensamiento popular
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José María Aznar es para mí como la religión: me importaría una higa lo que dijese o hiciese si no fuera porque es el presidente de FAES, la supuesta fábrica de las ideas que el PP piensa poner en práctica el día en que “lamentablemente” (no lo digo yo… solo) vuelva a Gobernar España.¡PAÑA!
El antiguo falangista se puso nervioso el otro día al comprobar, tras la última subasta de bonos del estado, que España todavía es solvente y no necesita de un rescate internacional a corto plazo. Y esto no puede ser. Así que volvió a recordar a los mercados internacionales, con los que debe de coquetear en la sombra, habida cuenta de los ingresos estratosféricos que recibe y que en algún sitio habrá que colocar, que no se fíen, que España va mal y puede ir a peor como dure un día más el gobierno de Zapatero.
Entre los ya clásicos males que nos afectan, el chivato Aznar les fue con el cuento a los mercados de que una España autonómica como la actual, la que él gobernó cuando él mismo era “el milagro” (The Wall Street Journal, 20-5-1997) es “un estado marginal que no es viable” con “17 instituciones para las mismas cosas” , donde los “pequeños partidos nacionalistas” obtienen ventajas inapropiadas.
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Claro que su pensamiento es tan complejo que deja desconcertado al analista más sagaz. Por ejemplo, el proveedor de ideas del PP expresaba así su repulsa al estado autonómico, en septiembre de 1995: “Pujol es el responsable de la grave crisis política, moral y económica que afecta a España.” Jordi Pujol, para el que no lo recuerde, era el presidente de esa coalición de “pequeños partidos nacionalistas”, conocida como CiU, un “enano que no quería hablar en castellano”, ejemplo de político periférico y subversivo que arrastraba a España al precipicio.
Siete días, siete solamente, después de ganar las elecciones sin mayoría absoluta en marzo de 1996, y necesitado de los votos de esos partidos periféricos para poder gobernar, declaraba, como Saulo caído del caballo, que “Pujol es una persona con alto sentido de la responsabilidad que comprende lo que significa la oportunidad que tenemos.” Es una pena que la palabra escrita no refleje bien el tono, pero para que os hagáis una idea más cabal repetid conmigo, apretando los dientes, dejando salir las palabras a través de los colmillos, amortiguadas por un maxilar superior paralítico de muñeco de guiñol, con la mirada huidiza, que “Pujol es una persona con alto sentido de la responsabilidad que comprende lo que significa la oportunidad que tenemos”.
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En verdad que su pensamiento es complejo, incluso para el psiquiatra. No te digo nada lo que pueden pensar de él sus enemigos, siempre prestos a la injuria: que un día el hombrecillo insufrible es un tonto del haba, pero que siete días después, sin que se conozcan bien las razones de tan extraordinario cambio, parece simplemente un descerebrado. ¡Qué fantástico destino el de los grandes hombres, a los que solo los juzga dios y la Historia porque los psiquiatras nunca llegan a tiempo!
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