Opinión · O es pecado... o engorda
Filosofía alimentaria
Publicidad
Hay que reconocer que las iglesias monoteistas no se han preocupado mucho por la salud alimentaria de sus seguidores. Como mucho han hecho un listado de prohibiciones -cada cual la suya- para musulmanes, judíos y cristianos. O han promovido un surtido catálogo de comidas de celebración -ya recordé en su día que, por lo menos en la Iglesia Católica, prácticamente no hay santo sin su dulce, ni festividad sin su postre.
Al contrario, las –digamos- religiones orientales impregnan mucho la vida diaria y sí consideran el mundo de la alimentación como parte de su filosofía vital. Taoistas, hiduístas y budistas tienen sus propias normas alimentarias que curiosamente suelen coincidir con las dietas más saludables y, casi siempre, las mas cercanas a una economía sostenible y una cocina de temporada.
En el post anterior ya hice referencia al invitado chino que le dijo a Lawrence Durell que “todo se puede comer; basta con cortarlo suficientemente pequeño”. Pero la teoría taoista de la alimentación, lógicamente, es mucho más completa pese a partir de una base sencilla, la del equilibrio entre el yin y el yang, entre lo pasivo, lo blando, lo lento y… lo activo, lo duro, lo rápido. Hay platos yin: las algas, los lácteos, las frutas, las verduras, los peces de agua dulce… y platos yang: la carne, el ajo, la canela, los tubérculos o las judías. Las cocciones, los estofados y el vapor son yin. Los asados, los fritos y los ahumados, yang. Los platos yin relajan y tranquilizan. Los yang son estimulantes y afrodisiacos. Y en el medio –ya se sabe- está la virtud.
Publicidad
Para los hinduistas, la búsqueda de la salud y la longevidad se resume en el Ayurveda y en los tres tipos de constitución física o dosha: Vata, Pita o Kapha: aire, fuego o tierra, respectivamente. Hay grupos de alimentos que corresponden a cada uno de ellos y una alimentación saludable debería saber mezclarlos y paliar la falta o el exceso de uno y otro. Además, la dieta ayurvédica pretende que disfrutemos de la variedad que nos proporciona la naturaleza a través de los seis sabores que deberían incluirse en cada comida: dulce, ácido, salado, amargo, picante y astringente. Eso contribuiría –por la vía del paladar- a una comida equilibrada porque lo dulce tonifica músculos y tejidos; lo ácido limpia y refresca; lo salado estimula y fortalece; lo picante mejora la circulación; lo astringente enfría; y lo amargo desintoxica.
Los budistas, los defensores de la consciencia, de la atención, del "aquí y el ahora", no establecen categorías en su filosofía alimentaria, sino que proponen una actitud mental respecto de la comida. El punto de partida es que, por un lado, comemos sin conciencia de lo que comemos y de cuando comemos y, a la vez, siempre nos sentimos culpables de comer demasiado o de forma poco saludable. Quizá un apetito desproporcionado o una relación desordenada con la comida implica otras carencias y no hace falta ser anoréxico, bulímico u obeso mórbido para sufrirlas.
Publicidad
La propuesta de solución resulta divertida y original: se trata de reconocer qué tipo hambre es la que nos domina en cada momento y no dejarnos engañar por ella. Para la autora del libro “Comer atentos”, Jan Chozen Bays, hay nada menos que siete formas de estar hambriento: el hambre visual –aquello de “comer con los ojos”-, el hambre olfativa, la bucal, la estomacal –esa que se manifiesta con ruidos y retortijones-, la celular –la que nos dice que necesitamos carne, o azúcar, o sal, dependiendo de nuestras necesidades corporales-, la mental –esa que racionaliza lo que deberíamos comer y nos hace sentir culpables por no hacerlo- y el hambre del corazón –esa que nos hace buscar en la comida la solución a nuestras frustraciones o nuestras privaciones afectivas-. La filosofía de la toma de conciencia sobre la comida es mucho más disfrutona: no hay prohibiciones, no hay imposiciones, sólo hay una atenta escucha de nuestras necesidades y de sus razones. Algo así como conocerse más y mejor a través de la comida. Un placer.
Publicidad
Lo + visto
- 01 Ayuso se niega a colocar en la sede del Gobierno madrileño una placa en memoria de los detenidos del franquismo
- 02 La aplaudida reflexión de Évole sobre la deshumanización de la política tras la carta de Sánchez: "Ya no se discrepa, se odia"
- 03 El Supremo inadmitió hace más de tres años una querella contra el rey emérito porque se basaba en noticias de prensa
- 04 Jueces para la Democracia alerta del riesgo de las denuncias basadas solo en la prensa
- 05 Yolanda Díaz renueva su cúpula, sitúa a Lara Hernández como su número dos y se rodea de mujeres
- 06 Un (puñetero) intento de golpe de Estado , por Ana Pardo de Vera - Público TV
- 07 Luis Alfonso de Borbón y la "apología de un dictador fascista y genocida": prueba a cambiar Franco por Hitler…
- 08 ENCUESTA | ¿Qué crees que hará Pedro Sánchez?
- 09 La maquinaria del fango retratada: Silvia Intxaurrondo deja en evidencia a una diputada del PP
- 10 Hasta aquí todo va bien, Presidente