Demofobia o democracia. En Madrid y en Cataluña una oportunidad para la(s) República(s)

Elena Martínez

Portavoz de 'Madrileños por el derecho a decidir' y militante de Izquierda Castellana

Se abre el telón, pero no aparecen dos trenes a punto de chocar.

Hay un traje de hombre, en blanco y negro, con sus débiles costuras a punto de romper; lleva corona y porra, también algunos sobres pero no para votar. No hay más.  

Y hay un tren, sí, quizás no es como lo esperaba alguno, pero está claro que lo esperábamos, que lo necesitamos y que ahora toca cogerlo. Como escribió Juana Rivas en la carta de este verano donde explicaba su situación, “no es desafío, es supervivencia”.

¿O hay alguien que quiera continuar aún más en esta larga noche?  

El domingo 17 de septiembre se celebrará en Madrid un acto ya no solo por el derecho a decidir, sino también por la libertad de expresión y la democracia.

Desde el inicio, las personas que hemos impulsado en un primer momento Madrileñ@s por el Derecho a Decidir hemos dicho que esta iniciativa no es sólo solidaridad con el pueblo catalán y el referéndum.

También es sobre nuestro derecho a decidir, entre otras cuestiones, sobre la forma de estado. Ya en el 'estado de excepción' de facto el día de la coronación de Felipe VI los símbolos republicanos, los pendones comuneros, fueron censurados como si de una peligrosa papeleta se tratara. Porque cuando “lo llaman democracia y no lo es” la voz del pueblo puede ser ilegalizada.

Este acto es una defensa y reivindicación propia de los profundos cambios políticos que hay llevar a cabo frente al régimen del 78 que nació de una transición tutelada, sin ruptura. Este acto se da en un momento en que esos cambios son más posibles que nunca. Y que de hecho, este acto puede contribuir más de lo que pensamos a ellos.

Por eso también lo prohíben, les da pánico que se extienda el virus democrático y republicano. Y es que esto no va de independencia sí o independencia no, sino de democracia sí o democracia no.

Ese tren que ahora pasa se llama democracia. Ahora sí que llega la “ventana de oportunidad”. El proceso republicano catalán es una oportunidad de democracia para todos los pueblos en el Estado, así como la base para construir entre nosotros relaciones de hermandad libremente establecidas. Defender Cataluña es defender Madrid. Defender el acto del domingo es defender la democracia. Es oportunidad de hacer república(s).

Casi en el 10º aniversario del asesinato de Carlos Palomino a manos de un fascista, y también junto al metro Legazpi, de nuevo Delegación del Gobierno autorizaba  este domingo una concentración de Falange contra el acto por el derecho a decidir. Por si no bastaba, ahora vestida de juez, la derecha ha prohibido la cesión del local municipal para realizar dicho acto.

Ya hemos leído sobre el juez. Somos culpables de hacer apología de la libertad de expresión, apología de la democracia. Tremendos delitos. Peligrosos como unos titiriteros, porque al igual que la corrupción, esas condenas no son hechos aislados.

Estamos librando la primera gran batalla desde la Transición entre Democracia y Neofranquismo, entre República y Monarquía Borbónica.

El acto de este domingo ha cogido una trascendencia que tenemos el deber de aprovechar. Debe ser un paso más para acumular fuerzas en Madrid, construir movimiento popular aquí, por la democracia frente a eso que tan acertadamente se ha calificado como “la Mafia”.

Y no entendemos mejor modo de defender los derechos y libertades que ejercerlos. Por ello, se hace democracia acudiendo las y los vecinos de Madrid el 17 de septiembre al acto y las de Cataluña el 1 de octubre votando.

Tenemos una democracia con mordaza, una democracia sin urnas, una democracia sin legitimidad democrática, sin libertad de expresión. Tenemos, en definitiva, una democracia sin democracia. Pero tenemos también ante nosotras la posibilidad, más posible que nunca, de hacer democracia. Depende de nosotras y nosotros que el acto del domingo sea un éxito y acerque un poco más el fin del régimen del 78 avanzando en la oportunidad de hacer republica (s).