Opinión · Otras miradas
La respuesta de los hombres pasmados
Periodista
Publicidad
Lo más interesante del reciente relato sobre la mujer y la violencia es que ha aparecido inesperadamente. Ni las instituciones, ni los partidos, ni los medios se lo esperaban. Ni los hombres.
Para empezar, esto ha dejado en evidencia hasta qué punto la "agenda" legislativa, social, económica, etc. está pactada. A nadie sorprende y además tiene como consecuencia respuestas inmediatas. Y en tanto en cuanto son inmediatas queda claro que estaban preparadas y previstas.
En cambio, la avalancha, brutal avalancha de denuncias de violencia por parte de cientos de miles y miles de mujeres ha cogido a partidos, instituciones y medios de comunicación con el pie cambiado y sin discurso. Prueba de ello es lo muchísimo que están tardando en reaccionar. Tanto que empieza a resultar insoportable. Que cientos de miles y miles de mujeres narren la violencia que han sufrido la retrata como habitual y generalizada. Que una sociedad no responda INMEDIATAMENTE a esa violencia, ni los partidos, ni las instituciones, resulta tan incómodo como preocupante. Se trata de una emergencia.
Pero además, lo que es más grave, el alud de narraciones sobre agresiones y violaciones, el aterrador alud, ha dejado también pasmados a los hombres. No a hombres y mujeres – la mayoría de las mujeres ya lo sabíamos –, sino a los machos de la especie. Y ahí siguen, entre la estupefacción, la incredulidad y la rabia.
Publicidad
Insisto en algo: esta nueva emergencia social no se ha conocido antes, no por el silencio voluntario de las mujeres, sino porque nadie les había dado el espacio necesario para hacerlo, para narrar dolor y humillación, o sea, para ser escuchadas. Resulta imposible que un simple hashtag como #Cuentalo dispare cientos de miles y miles de relatos por casualidad. Estaban ahí, aguardando el cauce.
Ahora cabe esperar que instituciones y partidos políticos se apresuren. No pueden tener a una población tan grande denunciando violencia habitual – y una población tan grande violentando – y que no suceda nada. Si este relato hubiera partido de cualquier otro grupo social, sexual, racial, ya estaríamos tomando medidas. Entre otras razones porque, en el fondo, en esos casos sí estaría "de algún modo" previsto.
Publicidad
Más temo la respuesta de los hombres, de los machos, que han quedado en evidencia. Por supuesto que no todos son violentos, aunque usar esa idea como excusa resulta lamentable y cobarde. No veo las denuncias de mis compañeros por ningún lugar, y resultaría idiota pensar que ninguno de ellos ha presenciado escena alguna de violencia.
En cuanto a las cifras, un gran número de las cientos de miles y miles de mujeres que han denunciado, narran varios episodios distintos de agresión, en distintos momentos de sus vidas, procedentes de hombres distintos. Si cambias el sujeto, y debemos hacerlo, cientos de miles y miles de hombres agreden a mujeres.
Publicidad
Ahora queda esperar su respuesta, y confieso que lo hago intranquila.
Publicidad
Lo + visto
- 01 La "poca empatía" de la consellera Nuria Montes con las víctimas de la DANA: "Ella también estaría mejor en su domicilio"
- 02 El mito de la Reconquista y la visión tradicional de España aún perviven en los manuales de bachillerato
- 03 Carles Francino pone las palabras exactas a lo que muchos piensan sobre el papel de Feijóo tras la DANA: "La política de más baja estofa"
- 04 La prueba de un potente misil por Corea del Norte y su ayuda militar a Rusia descolocan a EEUU y sus aliados
- 05 Mazón, en el punto de mira por su gestión de la DANA: "Si tiene un mínimo de decencia, debe dimitir"
- 06 La absurda crítica de la 'fachosfera' a Irene Montero tras la DANA: "Medio país no sabe sintaxis básica, estoy flipando"
- 07 La fuerza vecinal desborda los pueblos tres días después del desastre: "Esto sobrepasa los límites de la solidaridad"
- 08 El mensaje de Antonio Banderas cuestionando en mayúsculas la respuesta a la DANA: "¿Por qué no se utilizan mejor nuestros impuestos?"
- 09 Reconstruir desde las cenizas: algunos debates pendientes tras el 'caso Errejón'
- 10 La startup Podemos y otras marcas