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Opinión · Otras miradas

Argentina pierde 3 a 0 y la culpa no es de Croacia

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El presidente argentino Mauricio Macri con el futbolista Lionel Messi, antes de la salida de la selección albiceleste a Rusia para participar en el Mundial de fútbol. REUTERS

1-0: Gol de Macri. Jugada sucia mediática, con la colaboración de Cambridge Analytica y de un 10% de ricos engaña a otro 41% y es Presidente.

2-0: Gol de Macri. Regatea/gambetea a la democracia, liberaliza las importaciones, hunde la economía, y destruye derechos, empleo, salarios y jubilaciones. Lanza un tarifazo y una devaluación imparables para los presupuestos familiares. Sanciona y reprime duramente las protestas de jugadores argentinos: a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel les costó la vida y a otros la expulsión del partido (encarcelados o sin trabajo y forzados a emigrar...)

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3-0: Gol de Macri. Pase magistral con el FMI: mediante la deuda le pasa a su familia, amigos y socios globales la riqueza de los argentinos;  lo legaliza con las reformas laboral, previsional y fiscal. Su patrimonio y el de su gobierno están protegidos en cuentas offshore en paraísos fiscales, y crecen gracias a autocondonarse la deuda de sus empresas con el Estado, repartirse la obra pública, poder tener ganancias fabulosas especulando con la devaluación del dólar e intereses del 47% (que conocen de antemano por que lo deciden ellos).

Comentario (crítico) del partido:

Jugadores y público critican el juego sucio con la vida de la gente, y con el pan y circo. Incluso entre quienes gusta el fútbol como deporte pero lo condenan como fuente de alienación del pueblo para garantizar la dominación de los saqueadores. Respeto general a que gente consciente siga los partidos con entusiasmo. Incluso con mucho más entusiasmo que con el que defiende sus derechos y los de su familia. En Economía Política se puede analizar como los niños esclavos de Nike o Adidas pagan los sueldos millonarios (incluido impuestos) de Messi, Ronaldo y Neymar.

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En Argentina no se olvida que en 1978 los gritos en los estadios por los triunfos de la selección que se llevo el titulo, apagaban los gritos de las personas torturadas o arrojadas vivas al mar en vuelos de la muerte.

Dado que el árbitro y muchos jugadores en el Parlamento están comprados, es previsible que los próximos partidos se jueguen en la calle. Esto no solo en Argentina, sino también en Brasil y otros países.

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