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Opinión · Otras miradas

El riesgo de normalizar la entrada de la extrema derecha en las instituciones

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Era tan oscuro el escenario que auguraban las encuestas que 24 escaños, más de 2 millones de votos, para la extrema derecha nos han parecido un mal menor.

En cuestión de semanas hemos pasado de temer la entrada de la extrema derecha a cruzar los dedos para que fuera una irrupción light.

Y así hemos normalizado la temida extrema derecha. Una normalización que merece una reflexión sobre lo fácil que es introducir la ultraderecha en una sociedad democrática y que esta la asuma.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, valora los resultados electorales del 28-A. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Que la celebrada (y compartida) participación electoral no nos ciegue ante el avance del monstruo de la extrema derecha. Que ya está aquí, tiene 24 asientos en el Congreso y previsiblemente reedite su entrada en más instituciones el próximo 26 de mayo.

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Por no hablar del escaparate que tendrán a partir de ahora como cualquier otra fuerza política con representación estatal...

Se autoproclaman como La Resistencia cuando ha sido la mayoría de la sociedad española la que ha resistido al vendaval yendo en masa a votar. Pero no ha sido suficiente.

El 26 de mayo asistiremos a la segunda parte. Y toca desafiar al dicho de que segundas partes nunca fueron buenas. Está en nuestras manos, en las de la verdadera resistencia.

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