Opinión · Otras miradas
La heroicidad de las académicas españolas en pandemia
Área de Sociología Departamento de Sociología, Ciencia Política y de la Administración y Filosofía, Universidade de Vigo, Profesora interina de Sociología, especialista en Estudios de Género, Universidade de Vigo
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En Galicia existe una forma especial de recolectar las uvas que se encuentran en las laderas del río Sil, en la hermosa Ribeira Sacra. Se denomina “vendimia heroica” por sus dificultades y por el extremo riesgo al que se exponen las y los recolectores.
Haciendo un paralelismo se puede afirmar que durante el confinamiento y el posconfinamiento nuestras académicas han tenido que desarrollar una estrategia “heroica” para sobrellevar el trabajo docente y de investigación y el cuidado de sus hogares.
Esto es lo que se desprende del estudio “Género e investigación científica en la Universidade de Vigo en tiempos de covid-19”, una investigación puesta en marcha por la Unidad de Igualdad para analizar el impacto que está teniendo la pandemia en las carreras profesionales del personal docente e investigador de nuestra universidad.
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Lo cierto es que la situación de las mujeres en las universidades españolas mostraba ya un claro diagnóstico de desigualdad de género, acentuada por la “brecha de cuidados” en España.
La covid-19 está haciendo emerger nuevas desigualdades que, parece, vienen para quedarse. Esto se esta constatando a nivel internacional y también en España.
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A esta radiografía nacional hay que sumarle otras desigualdades estructurales en ciencia, como la brecha salarial, el techo de cristal o la “tubería que gotea”.
El confinamiento y la producción científica
Pero ¿cómo afectó el periodo de confinamiento y posconfinamiento a la producción científica de las universidades españolas? En este trabajo fueron analizados una serie de indicadores por sexo durante el estado de alarma. Se midieron las condiciones del trabajo en remoto, la producción científica, la brecha de cuidados y el bienestar general, realizando una comparativa temporal con el mismo periodo del año de 2019.
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Según los resultados del informe, la disminución de la actividad investigadora observada entre las mujeres evidencia un escenario de desigualdades derivado de la “brecha de cuidados”, lo que va a provocar el preocupante aumento de la brecha salarial y de otras desigualdades de género en la academia.
Ellas concilian siempre, ellos puntualmente
Para la puesta en marcha del estudio se combinó una encuesta realizada al Personal Docente e Investigador (PDI) en la que participaron 275 docentes –54 % mujeres y 46 % hombres–; dos grupos de discusión y la consulta a revistas científicas con sello de calidad Fecyt (2019) y de Web of Science.
El análisis de los datos muestra que ellas trabajaron más desde casa (92,6%), casi diez puntos por encima de los hombres. Pasar más tiempo en los hogares implica asumir las tareas de responsabilidad doméstica y de cuidados.
La división sexual del trabajo y la brecha de cuidados se acentuaron durante el confinamiento: ellas conciliando permanentemente, ellos puntualmente, hecho que resulta insostenible por injusto. En efecto, el 17 % de las mujeres madres de menores afirmaron haber reducido considerablemente el tiempo de trabajo remunerado, frente al 9,8 % de los hombres padres de menores.
Conciliar el trabajo remoto con la vida familiar no resultó fácil, pero las académicas madres fueron las que tuvieron más dificultades y sacrificaron su producción científica. De nuevo, los efectos del muro de la maternidad se vieron en una ciencia “ciega” al género.
Actividad investigadora mermada
En el ámbito de la producción científica, los hombres han mantenido la revisión y el envío de artículos en un 75 % de los casos, mientras solo lo lograron el 58,6 % de las mujeres.
Por otra parte, el 18,3 % de los hombres solicitaron proyectos de investigación frente al 11,3 % de las mujeres. De nuevo son las mujeres quienes acusan un mayor impacto, admitiendo el 33,8 % de ellas que su actividad investigadora disminuyó considerablemente, frente al 16 % de los académicos.
Erosión en el bienestar de las madres
Cuando se preguntó sobre el reparto de tareas del hogar, se evidenció de nuevo la feminización del trabajo reproductivo. De la amplia batería de actividades de cuidados y la gestión del hogar, las mujeres asumen mayoritariamente todas ellas, a excepción de la compra presencial y las actividades de bricolaje y jardinería.
Ellas duermen menos, descansan menos, dedican menos tiempo a sí mismas y descuidan su bienestar a favor del cuidado de los otros miembros del hogar. Así, cinco de cada diez mujeres encuestadas afirmaron no disponer de tiempo para ellas, disminuyendo hasta quince puntos en el caso de los hombres.
Todo este desgaste también perjudicó el tiempo disponible para trabajos intelectuales que requieren gran concentración, pues una queja habitual recogida en las entrevistas grupales fue la imposibilidad de conseguir instantes donde el “ruido de fondo” (niños demandantes, comidas, tareas varias, etc) no perturbara la concentración que requiere el trabajo académico.
Al analizar el envío de artículos a revistas de habla hispana se obtienen resultados contundentes: los investigadores incrementaron sus envíos más de un 38,1 % respecto al año 2019, pero las investigadoras solo aumentaron en un 6,3 %.
Nuestros resultados coinciden con la tendencia detectada en otros estudios previos, aunque nuestros datos recogen una brecha aún mayor que lo señalado en otros estudios internacionales.
Entre las académicas, son las mujeres con hijas/os menores las que experimentaron un mayor descenso en la producción científica.
Examinado de un modo global todos estos elementos, junto con el incremento de las redes informales de comunicación masculina y el tradicional androcentrismo de la ciencia, nos alertan del peligro de perder en unos meses todos los avances que hemos conseguido las mujeres décadas atrás. Y esta brecha de género se puede ampliar indefinidamente si las instituciones no priorizan las políticas con perspectiva de género.
Agotadas, pero con valentía, empeño, resistencia y solidaridad, las mujeres académicas intentan huir de ese futuro donde el empobrecimiento salarial, la calidad laboral o la exigua promoción académica, además del deterioro de la calidad de vida, las excluya de la senda deseable a la que los que disponen de mayor tiempo, capital relacional y menores cargas de cuidados acceden sin problemas.
La vulnerabilidad estructural que afecta a las trayectorias científicas de las mujeres se puede paliar a través de medidas de acción positiva que compensen esta desigualdad sistémica.
Un cambio cultural
La covid-19 ha puesto de manifiesto, con toda su crudeza, la “crisis de los cuidados” que lleva décadas asentada en nuestra sociedad.
La investigadora Lorena Fernández lanzó una propuesta en The Conversation para que las científicas sumaran sus voces frente a esta injusta realidad. En este sentido, la legislación puede ayudar pero, ante todo, es necesario un cambio cultural.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation
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