Cargando...

Opinión · Otras miradas

OTAN no, bases fuera. Rusia tampoco

Publicidad

El pasado 24 de febrero Rusia invadió Ucrania y cambió la historia mundial y especialmente la de Europa. Muchos lo pensamos así, aunque hay quien piensa que esta invasión es solo una continuación del conflicto que comenzó en 2014 y es solo una guerra más de las que asolan el mundo, unos catorce conflictos armados vivos en estos momentos.

Click to enlarge
A fallback.

No me voy a detener en desmenuzar las explicaciones de por qué el gobierno ruso decidió invadir Ucrania, las explicaciones son muchas para entender mejor por qué se produce esta guerra. Son explicaciones, pero no justificaciones de una invasión. Solo voy a comentar algunos aspectos que han resultado especialmente llamativos cuando se habla de este conflicto. Por ejemplo, en el debate sobre la conveniencia o no de enviar armamento al gobierno ucraniano, las discusiones dentro de las izquierdas han sido especialmente agrias. El tema es complejo, plantea dilemas morales, políticos y geoestratégicos y, casi siempre, las respuestas han sido excesivamente simples, cuando no simplonas o directamente insultantes.

Hemos podido leer a escritores y periodistas muy, muy de izquierdas que, al poco de comenzar sus artículos o columnas de opinión, llamaban izquierdistas de salón, la “izquierda exquisita” o directamente imbéciles, a los que propugnan la no intervención con el envío de armas. Desde luego no parece el camino más clarificador insultar al que opina lo contrario a partir de la tercera línea, el resto de lo expuesto ya es para reiterarse o para abundar en tus supuestos argumentos. Las comparaciones son odiosas y las utilizadas en este conflicto han sido de todo tipo, tan abundantes como lamentables, solo para justificar lo que son afirmaciones categóricas de partida, como considerar que ayudar al gobierno de Zelensky es tan necesario como lo fue ayudar al gobierno republicano español legítimamente elegido, tras el estallido de la guerra civil, o que Putin y su gobierno es igual que el de Hitler y por eso hay que intervenir directamente…

Publicidad

Por el lado contrario, afirmaciones del tipo de que los que quieren enviar armas son los “partidos de la guerra” tampoco han ayudado mucho. Aunque en este lado de la izquierda desde luego se ha sido y se es mucho más comedido.

Algunas falacias que se han dicho: en esta guerra están a un lado las democracias y la OTAN, y al otro la dictadura rusa de Putin. Es la guerra de la democracia contra la dictadura. Vamos a ver. En la OTAN está Turquía, que encarcela a periodistas, prohíbe la libertad de expresión y detiene a opositores, ha ayudado directamente al terrorista Estado Islámico (reconocido) ¿Es el régimen turco actual una democracia? Estamos acostumbrados a denominar “democracia” o “dictadura” a cada país, sin más matices, aunque sabemos que esto no es cierto en la mayoría de los casos, tendríamos que hablar de regímenes autoritarios, democracias imperfectas, dictablandas… Son la federación de Rusia o el Estado de Ucrania ¿dictaduras o democracias? ¿Internamente, son mejores o peores que la otanista Turquía? En Rusia se persigue a la oposición, muchos opositores encarcelados, algunos eliminados, prensa amordazada… En Turquía lo mismo. En Ucrania doce partidos políticos fueron prohibidos antes de la invasión (comunistas, izquierdistas, prorrusos, etc.) y bastantes otros después. Se había reducido la enseñanza en ruso. Ucrania tiene un régimen de difícil calificación. No es un gobierno neonazi, aunque protege y ha integrado a ultraderechistas y neonazis en su ejército, como los del batallón Azov. El régimen ucraniano es considerado uno de los más corruptos del mundo. Entre otras de sus políticas reconocidas oficialmente está el convertirse en el Estado europeo que más promociona el negocio privado de los vientres de alquiler, con miles de mujeres a las que se paga entre 15 y 30.000 euros (el triple de un sueldo medio anual, más a las empresas que lo organizan) por quedarse embarazas y tener hijos que entregaran a sus compradores “dueños” legítimos.

Se dice: pero Ucrania es un Estado soberano y tenía derecho a entrar en la OTAN y en la UE si quiere. Relativamente. ¿Se permitió la instalación de misiles rusos en Cuba? No ¿Se hubiera permitido a Cuba que hubiera pasado a formar parte de la URSS? Tampoco. Las soberanías de cada Estado son relativas, como las democracias. Recientemente hemos sabido, de boca de uno de los más altos miembros de los gabinetes de Adolfo Suarez, que la embajada norteamericana hizo llegar el mensaje al gabinete de Suarez de que, si España no entraba en la OTAN, Canarias podría declararse independiente, de manos del grupo de “liberación” que realizaba atentados contra los intereses españoles, el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). Cuando el gobierno firmó el compromiso de ingreso en la OTAN su principal dirigente, Antonio Cubillo, sufrió un intento de asesinato en Argel (1978) que la Audiencia Nacional consideró había sido encargado por personas no identificadas «pero sí pertenecientes a los servicios policiales». España es soberana pero hasta cierto punto. Se arriesgaba si no entraba en la OTAN a perder Canarias, Ceuta y Melilla. Ya había cedido el Sáhara a Marruecos, vergonzosamente, de manos de una operación protegida por el gobierno norteamericano.

Publicidad

La Unión Europea y Ucrania son los grandes perdedores en esta guerra. La UE en su economía. Ucrania pierde miles de vidas humanas. Rusia también. Estados Unidos la gran beneficiada. Venderá más petróleo y gas a la UE. Se ha vuelto a la guerra fría, pero más caliente que puede extenderse si la OTAN se empeña en no reconocer acuerdos, ni cumplir lo comprometido en el proceso de disolución de la URSS. Más aún si se empeña en seguir provocando y, por ejemplo, no respeta que Kaliningrado es parte de Rusia. La paz en el resto de Europa está ahora mismo cogida con alfileres. Alargar el conflicto mediante el envío de armamento pesado ¿a quién beneficia?: a EEUU, y el más perjudicado vuelve a ser Ucrania, que pone los muertos, y la UE.

¿Cuáles han sido y son los mayores enemigos de la Unión Europea? Evidentemente Rusia y Estados Unidos. USA le ha interesado una unión de mínimos, desde siempre ha trabajado por una UE domesticada, a su servicio, y lo ha conseguido en la mayoría de los casos y conflictos. Solo le interesa que exista mientras no le haga la competencia económica, ni política, ni militar. Como las ultraderechas de todos los países, USA apoyó el Brexit: divide y vencerás. Y a Rusia también. El apoyo directo del gobierno ruso a los partidos ultraderechistas europeos está más que demostrado, ha sido la colaboración directa a todas las organizaciones ultranacionalistas y fundamentalistas cristianas, que ponen por delante la defensa de la independencia de cada país por encima del respeto a los Derechos Humanos y por encima de cualquier cesión de soberanía a la UE. En esto coinciden por igual Rusia y USA. Son los enemigos evidentes del desarrollo de la UE.

Publicidad

Y en este punto hay que recordar que la Unión Europea es la región del mundo donde más se respetan los Derechos Humanos. Con todos sus defectos e insuficiencias. La Unión Europea camina hacia una confederación de Estados independientes, si es que no lo es ya, y muchos lo consideramos beneficioso para conseguir más y mejor democracia, y por tanto mejores condiciones de vida para la mayoría de las clases trabajadoras. Incluso la UE puede llegar a constituirse como un nuevo Estado confederal. Lo cual plantea otras incógnitas. Puede un Estado, de este o de cualquier tipo, que cuenta con una población de unos 450 millones de habitantes, y que por lo tanto es una potencia mundial ¿puede existir sin unas fuerzas armadas propias? Ahí están los dilemas a resolver si queremos que la UE se independice de una vez de USA.

La OTAN celebra su cumbre en Madrid en los próximos días. Y habrá las lógicas manifestaciones de protesta por este encuentro internacional de una organización bélica que desde hace décadas perdió su razón de existir. Que ha intervenido fuera de sus fronteras repetidas veces, a pesar de lo que diga Borrell, la OTAN bombardeó Serbia, Libia, etc. Pero, a pesar de todo, si consideramos que el mundo cambió el 24 de febrero, con la injustificada invasión rusa de Ucrania, parece un error de bulto que en la publicidad de las manifestaciones de protesta solo se vean eslogan de “contra la OTAN, por la paz…” Las posiciones desde las izquierdas y organizaciones progresistas tienen que ser claras y globales. No a la OTAN y no a Rusia. No se ha seguido el ejemplo de algunos carteles y plataformas republicanas, con mensajes más claros “Fuera tropas rusas de Ucrania... y es un error. No queremos ni imperialismo norteamericano ni ruso.

Publicidad

Publicidad